El millonario despertó y se desperezó con un bostezo. Sonrió, no se había sentido tan fresco y aliviado en años, pero cuando se estiró para abrazar al motivo de su alegría, se encontró con el espacio vacío. Bufó e intentó que eso no opacara su buen humor. De todos modos, encontró una nota sobre la almohada que Martina había ocupado hacía tan solo una hora.
Volví a lo de tus padres porque tengo que vestirme para la reunión. Me llevé tu ropa, nos vemos en la empresa.
Se levantó de un salto al recordar la reunión, todavía no le había sonado el despertador, pero aun así estaba muerto de ganas por ir a trabajar… porque la iba a ver a ella.
Entró al baño para darse una ducha rápida y volvió a pensar en los besos que le había dado anoche a la modelo, le gustaban demasiado y no podía olvidar
