Martina se sentía demasiado incómoda mientras estaba acostada en el colchón tirado en el piso, en la habitación de Inés. Prefería mil veces la cama de Javier aunque estuviera un poco dura. Esbozó una sonrisa de costado al recordar que no solo su cama estaba dura… Debía admitir que ese chico, por más que le sacara canas verdes, le atraía un poco. Era diferente, quizás porque fue el primero en no intentar conquistarla enseguida y porque la odiaba. Bueno, ¿realmente la odiaba? De repente se le ocurrió una idea un poco pervertida. ¿Y si iba a acostarse con él? Inés estaba roncando, probablemente ni se daría cuenta. Negó con la cabeza, era demasiado arriesgado. Iba a ser solo para dormir, pero también para seguir haciéndole la vida imposible. Dio mil vueltas en ese colchón, eran las tres de