Capítulo dos: Verdades que duelen

1783 Words
—Ojalá las cosas hubieran sido distintas—susurra la joven dama completamente perdida en sus pensamientos—HAHAH—seguido de esto suelta un largo suspiro la joven—no sirve pensar en ello, nada puede cambiarse a estas alturas, nada puede ser diferente, ya es demasiado tarde como para volver atrás. La ansiedad me consume por dentro, poco a poco mi corazón se destroza, me estoy quebrando y nadie lo sabra. Ayer, hoy y en el futuro estoy condenada a vivir de esta misma manera. Estrujo la almohada entre sus brazos con fuerza mientras cerro los ojos en espera de caer rendida, el agotamiento mental hizo su trabajo y en un instante su consciencia se desvaneció como quería, logrando quedarse dormida con un solo pensamiento. “Nunca llorar” “Nunca llorar” “Nunca llorar” "Nunca pero nunca hacerlo" Pues pensar en lo que hubiera ocurrido si todo hubiera sucedido de diferente manera no cambiaría nada, todo solo sería un sueño, pero enserio que hubo y había ocasiones en las que en verdad quería que todo fuera un simple sueño y al despertar todavía pudiese verlo, pudiera caminar junto a él tomados de las manos como lo hicieron en aquellos momentos, sin embargo, las cosas no iban a volver a ser las mismas que una vez fueron, la razón es demasiado sencilla, una vez que se rompe la confianza ya nada vuelve a ser lo mismo, una vez que te lastiman, no puedes mirar esa persona del mismo modo, claro, si lo amas demasiado perdonas pero el recuerdo y su acción siempre quedan presentes en la memoria de la otra persona, además es posible que creyendo en que lo perdonaras siempre que se equivoque, este apte por traicionarte de nuevo. ... ¿Te ha pasado que duermes, pero sientes que no es suficiente? ¿Que deseas dormir indefinidamente? Ly a pesar de haber dormido más de 6 horas siente que realmente no lo ha hecho, esta tan acostumbrada a ese cansancio que no sabe si es debido a la depresión del último año o de los últimos, además los problemas que en su familia comenzaron a ocurrir terminaron por destrozarla, no tiene ganas de nada, el vacio en su pecho esta creciendo conforme pasa el tiempo, se queda en la cama sin ganas de levantarse y nuevamente se funde en un leve sueño al igual que todos los otros días rutinarios, ansiando dormir por la eternidad, no obstante, antes de que el sueño sea profundo su mejor amiga irrumpe en la habitación, de este modo se acaba el placentero sueño que iba tomar. ¿Porque a mi? quiero dormir. —Mueve tu trasero—Ingresa apurada Jess sin tocar y sin previo aviso tira de la sabana—Tienes que seguir con el trabajo. Tienes una fecha límite ¿recuerdas? —miente deliberadamente esta joven ocasionando que Ly se levante rápido para verificarlo. Y es que actualmente se encontro con un gran muro, su carrera como escritora inició hace poco, cuando finalmente lo logro también noto que no todos esperan un dulce romance pero ella ansia vivir ese dulce momento, más que a nadie le encanta fundirse en esos mundos donde al ultimo momento se concluye con un "Final feliz" sin embargo, a pesar de esto, muchos de sus lectores se encuentran aburridos de casi la misma vieja historia, el cliché también puede pasar de moda, ellos quieren algo innovador y por ello Ly se encuentra en un gran apuro y aprieto. Espera poder sumergirse en un mundo distinto y hacer felices a los lectores que la han estado apoyando desde un inicio. Las palabras resuenan en su cabeza una y otra vez, se levanta lo más rápido que puede, jala el teléfono de su mesita de noche para revisar la fecha y suelta un suspiro lleno de alivio, porque de tantas cosas que tiene que tiene en su vida ya ni sabe en qué día vive, a tal punto que olvidar fechas se le está haciendo una costumbre. Al ver la fecha del día suelta un gran suspiro llena de alivio y prosigue a hablar—Eres una MENTIROSA—escupe molesta, a sabiendas de que aún tiene tiempo para escribir el siguiente capítulo, coge la sabana del suelo y se recuesta de nuevo—¡HEY! arriba. ¿No me acompañaras al bar? —pregunta moviéndola con toda y su cobija. Honestamente la joven no tiene ganas de hacer nada, inclusive el hecho de levantarse le parece ridículo, la comodidad de su cama es mejor que salir afuera, en este instante no quiere ir a ninguna parte, no hay nada mejor que estar enterrada entre millones de cobijas calidas. Ly en ningún momento se digna a mirarla—Claro que lo hare, pero quiero dormir ahora—con los ojos cerrados perezosamente estira sus brazos y se reincorpora en la cama—La salida es hasta la noche. ¿A dónde quieres ir ahora? —le cuestiona seriamente. De manera indignada, Jess tira de las sabanas —Por ropa nueva—chilla, tira de su brazo obligándola a ponerse de pie. —¿Más ropa? —la mirada de incrédula que recibe de parte de Ly le hace inflar sus mejillas, un acto totalmente infantil. —Está bien, Jess, iremos por algunos pares de prenda. —terminan aceptando ante la mirada su amiga. Aunque también sabe que no serán solo unos, Jess es capaz de llevarse la tienda entera si nadie la detiene, así que prácticamente ella solo ira para asegurarse de que no lo haga. Con pereza Ly mueve su cabeza hacia el costado derecho y lo gira lentamente hacia el lado izquierdo, después alza sus brazos estirándolos para finalmente levantarse de la cama, sin tanto esfuerzo se dirige al baño, abre la llave y con su mano derecha toma un poco de agua y talla su rostro, agarra el jabón, lo pasa por su rostro, finalmente enjuaga su cara. Mientras Ly se toma el tiempo para hacer esto, la ansiosa Jess la espera sentada en su cama. Una vez que ya está más despierta, ambas chicas se dirigen rumbo a la cocina. Una vez ya despierta, ambas se dirigen hacia la cocina. Ella bosteza mientras toma un pan con la botella de mermelada, desearía poder seguir durmiendo, pero sabe que su mejor amiga no va dejarla en paz sino la acompaña con eso en mente prepara dos sándwiches de mermelada y Jess prepara dos café lo suficientemente cargado para terminar de despertarse por completo si es que no lo están. Si fuese por ella dormiría todo el día, sin embargo, no puede hacerlo. Entre lo que comen, su celular vibra interrumpiendo el desayuno, se levanta lo agarra y contesta finalmente. *Llamada* —¿Cuándo vendrás a casa? —Esa es la primera pregunta que le hace su madre al responder, ni siquiera pregunta para saber si se encuentra bien o si tiene algún problema. —¿Qué tal van los estudios? ¡espero que no suspendas ninguna materia! Por supuesto, sus padres siempre han sido estrictos. Está acostumbrada a ellos, aunque hay días que en verdad odia como son, días en que los detesta más que a nadie. —Va excelente. —miente sin limitación—Me gusta. La madre la descubrió una vez escribiendo sin embargo le guardo el secreto—¿Sigues escribiendo? —le cuestiona con voz seria, a su madre no le gusta que en su tiempo libre escriba simplemente teme a que alguien más la descubra, en especial su padre quien si se entera se pondrá furioso—deberías dejarlo, concéntrate en tu carrera.—Hay un momento de silenció en la línea, luego de algún tiempo vuelve a hablar—Al final y al cabo no ganas nada escribiendo esas cosas, mejor esfuérzate por subir tus notas—concluye con molestia. Entiendo—le sigue la corriente para que ya no escucharla—seguiré estudiando, hablamos luego. *Fin de la llamada* Entonces Ly le cuelga sin esperar una respuesta de su parte, esta cansada de escuchar lo mismo. —¿Tu madre? —Jess sabe que solo su propia familia logra ponerla molesta, pero al mismo tiempo decepcionada, ya que durante toda su vida la ha visto hacer de todo para complacerla, no obstante, aun asi nunca la han felicitado, solo le han exigido más y más sin tomar en cuenta que ella realmente lo ha dado todo, ha puesto su mayor esfuerzo en lo que hace. Al parecer querer seguir su propio camino no es posible, a pesar de querer lo mejor para ella le han colocado una cadena al punto en que a veces la joven no sabe ni que sucede con ella misma. Ella asiente ante la pregunta de su amiga. ¿Seguirás con la carrera? —Esa pregunta es algo que se ha cuestionado muchas veces a lo largo de ese tiempo, no sabe que es lo que quiere hacer de su vida, pero sabe que le gusta escribir, quizás debería haber escogido eso como carrera aun cuando sus padres estuvieran en contra y no aquella con la que sus padres decidieron que escogiera. ¿Y cómo decirles que no? Si ellos ya la habían imaginado, y ella deseaba hacerlos feliz, por otra parte, no quería ir en contra de ellos, ir en contra no haría que las cosas funcionaran bien, de algún modo su padre conseguiría arruinar sus sueños solo para hacerla entrar en razón. La vida ya era complicada desde el inicio, detrás de la sonrisa de ambos padres siempre se escondió aquello que no era perfecto, claro, todos son seres humanos y tienen el derecho de equivocarse, reparar sus errores sin embargo cometer el mismo error más de tres veces entonces ya no podía considerarse solamente un error. Agregarle otro problema colmó el vaso, lo que ocasiono que se derramara el contenido. ... Su grandiosa familia llena de amor simplemente un año atrás se rompió, no, la burbuja que contenía todo lo malo y los errores la reventaron. ¿El padre perfecto? Ese no existía. ¿El hombre amoroso? Se preguntaba si alguna vez existió ¿El matrimonio ideal? Ese estaba más que destrozado, no tenía idea de cuantas veces lo había hecho, mucho menos cuantas había repetido. "Me equivoque" "No fue mi intención lastimarte" "No va a volver a suceder" Pero encima de todo no lograba entender porque su madre permanecía a su lado fingiendo ser la pareja perfecta delante de todos mientras que detrás del telón no existía más que gritos y peleas. ¿Por qué se esforzaban tanto en mantener un hogar que se quebranto desde el primer engaño?
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