Capítulo 3: Mujeres locas.

1790 Words
Yo me apresuré a sacar mi teléfono y lo agité para que la luz se encendiera, alumbré y miré directo a los ojos a Oliver, el tipo estaba invadiendo mi espacio personal, ¿Cómo es que alguien podía ser tan atractivo?, en mi universidad había chicos guapos y eso, pero Oliver… cielos, él hombre estaba en otro nivel. —¿Esta borracho? —pregunté y di un paso hacia atrás, él estaba realmente cerca. Él me miró y en sus ojos había confusión, —Tomé mucho, eso es todo— respondió y me hizo a un lado, se sentó en la taza del inodoro y se llevó ambas manos a la cabeza, casi como si algo lo atormentara, ¿Qué podía atormentar a un hombre como él?, hombre rico, guapo, con una empresa, con mujeres por doquier, lo ven, todo parecía perfecto en su vida. Yo solo lo miré y luego miré al enorme animal que estaba sobre la cabeza del orgasmo andante, era… era… una araña, perfecto, más intrusos. —No te muevas —dije y busqué con que matarla. —¿Qué?. —No te muevas —ordené y tomé una revista vieja que estaba sobre un estante. El jefe sólo se quedó quieto y como si yo fuera un beisbolista profesional le pegué a la araña, pero creo que fue un error, pues la araña se soltó de su telaraña y cayó en la cabeza del orgasmo, Él empezó a sacudirse y se levantó muy asustado, yo no pude evitarlo y empecé a reírme. Es que fue muy gracioso ver a un hombre fornido y de 1.90 que se asustaba por una araña, mi risa desapareció cuando la mirada fría de Oliver se clavó en mi, —Había una araña— aclaré. La luz de mi teléfono se apagó y yo lo agité para que se volviera a encender, —Mira niño no te hagas el listo. —No señor. Oliver sacó su teléfono y yo solo traté de no hacer más tonterías, Oliver me dio la espalda y ahí estaba… Si, ahí estaba la araña, paseándose muy tranquila por la espalda de mi jefe, tomé la revista y la hice rollito, mi concentración estaba solo en una cosa, y era en esa araña, Sujeté la revista con ambas manos y me preparé para dar un golpe certero y seguro, “No te muevas araña… “ ………… Oliver sintió un golpe en su espalda, no le dolió, pero si le molestó, se giró con lentitud, pues sabía quién había sido el causante, apretó la mandíbula y Malik sólo sonrió avergonzado, —La araña estaba en su espalda… lo-lo juro— dijo el chico en su defensa, Pero esto había sido el colmo de los colmos. Oliver era un especialista en la intimidación, se acercó a Malik y lo sujetó del cuello, no lo estaba lastimando pero sí lo estaba sometiendo a su voluntad. —¿Quieres hacerme enojar? —preguntó Oliver mientras miraba los labios de Malik, el pobre chico negó con lentitud y de pronto la puerta se abrió, iluminando todo dentro de aquel baño oscuro, Lorenzo se quedó en shock al ver que Oliver sujetaba del cuello al pobre Malik, —¿Esta todo bien?. Oliver soltó al chico y se acomodó la camisa, —Si, todo está bien, ¿Por qué tardaste tanto?—reclamó y salió de aquel lugar. Malik estaba con el corazón latiéndole muy rápido, aquella escena había sido aterradora, por un momento pensó que Oliver iba a… ¿Besarla?. —¿Qué le hiciste? —preguntó Lorenzo muy confundido, Oliver podía ser arrogante, antipático, malhumorado etc. etc. Pero no era un hombre violento. —No le hice nada… en esta fiesta hay muchos locos… gracias por invitarme, pero me voy—dijo Malik y salió de aquel baño, bajo al primer piso, y salió de la casa, Miró su reloj y se dio cuenta de que faltaban diez minutos para la media noche, ya no iba a poder tomar el transporte público, tendría que llamar a un taxi, caminó hasta la calle principal y se quedo en la parada de autobus, Ya no había gente, así que se sintió un poco asustada, pues siendo mujer, joven, sola, y a media noche, era presa fácil, pensaba en eso cuando de pronto un hermoso Bugatti del año se estacionó frente a ella, y la ventanilla del copiloto se bajó. —Sube. Malik se sorprendió mucho de ver a su jefe, ¿Qué no se había molestado con él?, —Ya pedí un taxi, gracias, que pase buena noche—dijo Malik. Oliver parecía perfecto a simple vista, pero en realidad tenía muchos defectos, y uno de ellos, era que su paciencia, era nula. Se bajó de su auto y caminó hasta ese chico que lo desquiciaba y que a la vez le llamaba tanto la atención, de una manera única, lo sujetó del brazo, y aun en contra de su voluntad lo subió a su auto sin problemas. El chico era delgado, y él siendo un hombre mayormente compuesto de pura masa muscular, Malik no era un rival, ante los ojos de Oliver sólo parecía un achica indefensa. Malik sólo miró como la puerta se cerraba dejándola adentro, y en sus pensamientos sólo hubo una cosa, “El tipo está loco”. Oliver subió al auto y lo puso en marcha, —¿En donde vives?. Malik le dijo su dirección, y Oliver puso el Gps, Hubo un silencio incómodo y luego Malik decidió hablar, —No quería golpearlo, en serio tenía a la araña en la espalda, lo siento. —Creo que yo también exageré, como ya te dije, bebí demasiado. —Oh bueno, asunto arreglado —dijo Malik y se sintió menos incomoda. Al llegar a su casa Oliver estacionó y solo se quedó mirando al frente, —Bueno, muchas gracias por traerme a mi casa— dijo Malik y bajó del auto, miró como Oliver se marchaba y se apresuró a ir a la casa de Annet, la cual no estaba muy lejos, solo estaba a tres casas de la suya. —¿Y bien? —preguntó Annet mientras veía cómo su amiga se cambiaba de ropa, —¿Qué? —preguntó Malik, —¿Cómo estuvo la fiesta?. —Había muchas mujeres locas, bonitas… pero locas. —¿Por qué tu jefe te invitó a esa fiesta?. —No fue mi jefe el que me invitó, fue el vicepresidente. —¿Crees que ellos sospechaban?. —¿Qué soy mujer?. Annet asintió. —No, no lo creo. —¿Sabés que opino?…opino que deberías de buscarte una novia. —¿Por qué tendría que hacer tal cosa? —preguntó Malik. —Pues por qué hay muchos homofóbicos, solo digo que… deberías de buscarte una cuartada, ¿Qué harás si se dan cuenta?. Malik se quedó pensando y asintió, esa no era tan mala idea, —Muy bien, serás mi novia a partir de hoy. —¿Qué?, ¿Yo?. —Si, tú. —¿Y que gano yo?. —¿Qué quieres? —preguntó Malik. —Quiero que me presentes al papito de tu jefe. —Eres una sucia. —¿Lo harás o no?. —Esta bien, cuando haya una oportunidad, lo hare. Annet aplaudió muy emocionada y se quedo satisfecha, había logrado un buen trato. …………. A la mañana siguiente… —Mi amor ¿Me compras este?. Yo odiaba salir de compras con mi novia, era aburrido, tedioso y siempre elegía las misma cosas innecesarias, —Si claro—respondí y seguí mirando mi teléfono, Brisa, mi novia, se metió al probador con un vestido blanco en mano, si no fuera por la insistencia de mi madre ya hubiera terminado con ella, pero no podía hacer eso, —Oh, ¿Qué te parece este?. —Es muy costoso, todo aquí es costoso, ¿Por que no vamos al otro centro comercial?, ¿Quién gasta doscientos dólares en una camisa?. —La gente rica lo hace. —Vamos Ann… tengo hambre. Unas chicas platicaba muy animadas, fue ahí que aparté la vista de mi teléfono, para verlas, tenía esa necesidad de ver como eran ellas, no es que yo fuera un acosador o un pervertido. Eran bonitas, pero demasiado jóvenes, de pronto una de ellas se me hizo muy conocida… era delgada, no era muy alta pero tampoco era muy baja de estatura, tenía el cabello castaño y largo, usaba una falda de mezclilla y su sonrisa, era tan parecida a la de… —Mi amor, ¿Cómo se ve?. Yo miré a Brisa y cuando regresé la vista a esas chicas, ya no estaban, me puse de pie y las busqué con la mirada, pero… habían desaparecido. —¿Y bien? —preguntó Brisa, —Si, se ve bien — respondí sin siquiera verla, ¿Acaso ya me estaba volviendo loco?, si, eso tenía que ser. ………… —Hay, estas lastimándome— susurró Annet. —No hables. —¿Qué ocurre, te volviste loca?. —Mi jefe… esta ahí, en los probadores— dije en un susurro, por suerte me había logrado esconder entre toda la ropa junto con Annet. —¿En serio esta ahí?, quiero ver— Dijo Annet y trató de ponerse de pie, —No, va a vernos. Annet me ignoró y se puso de pie, saliendo de nuestro escondite y revelando nuestra ubicación. —No hay nadie— dijo Annet y me miró, —¿Qué?, Ahí estaban. —Pues debieron de irse, por que no hay nadie. Yo salí de mi escondite y respiré aliviada, ya no estaba, ¿Tan rápido se había ido?, —Bueno, ya esta vámonos, no quiero que me vea. —Puedes decir que eres la gemela… como esa película. —Si pero en esa película, ella si tenía un gemelo, y yo no, así que anda, vámonos—ordené y sujeté a Annet de la mano, “Mejor aquí corrió que aquí quedo”. Salimos de esa tienda departamental y solo entonces respiré aliviada, yo solo quería ir a comer tacos, era sábado, y solo quería descansar de la rutina diaria, —Necesito un churro o algo — dije mientras mi estómago gruñía por comida, –Yo quiero el churro de tu jefe. —Agh, que sucia eres. —¿Disculpa?... Esa voz y la cara que Annet puso me indicaron solo algo, yo era hombre muerto, no mejor dicho, yo era mujer muerta, sentía un escalofrío recorrer mi hermoso cuerpo, ¿Por qué esto me pasaba a mi?, ¿Por que él estaba aquí?, a, si, casi lo olvidé, este centro comercial era de él, si, era de mi jefe, Oliver Baruch.
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