Alden Vorg — Tengo más de estos — asegura Hera. Cómo puede ser tan hermosa y verse como un ángel siendo el mismo demonio en persona. — Me darás esos labios a cambio. — Ese no era el trato — me recuerda. — Entonces empieza a quitarte ese vestido de lo que es mío. — ¿Cómo es lo de mis labios son tuyos? — pregunta con duda. — Míos, hago lo que deseo con ellos. Traga grueso observando la malicia en mi explicación. Me acerco lo suficiente tomando el camisón. — Alden yo... — lo arranco provocándole un respingo, algunos hilos golpean sus piel dejandole marcas rojas. — Míos — rozo sus labios y me mira con duda. Termino de romper el camisón y sus pechos hacen un ligero rebote que es difícil no verlos, tan perfectos y hermosos. — ¿Tus deseos? Siento como me mira pero solo puedo ver esas

