Hera Kade — Sal de aquí ahora Hera, antes de que te ponga mis manos encima. Me odio tanto por qué quería sus manos encima, Jareth no fue un completo idiota como Alaric, miro por la ventana observando a tres personas peculiares entrar a la mansión. Tienen pinta de matones aunque hay algo elegante de ellos, dos hombres y una mujer, imponentes. Mi celular comienza a vibrar haciendo aleje mi mirada de ellos y tomo la llamada, es Lucia, me alejo de la ventana. — ¿Alo? — pregunto. — ¿Estás sola? — pregunta agitada. — Si aquí estoy ¿Por qué? ¿Ocurre algo? — me siento en mi cama y llevo mis dedos al dije en mi pecho. Es de una daga. — Fenris está aquí... — dice con voz temblorosa. Me levanto de la cama negando. — No... ¿Que hace ahí? ¿Que quiere? ¿Por qué no anuncio su llegada? — Tengo

