4. Mente Versus Corazón

1025 Words
Algunos días después: 29 de agosto Los últimos días no han sido nada fáciles, intentar evadir a Elían no me ha servido de mucho para evitar que me preguntara una y otra vez por el nombre del susodicho del que estoy enamorada. Por el otro lado Federico no ha comprendido el rotundo "no" que le he dado, y sumado a todo esto, Verónica me ha pedido que le ayude con los preparativos de la boda. No es extraño que me lo pidiera, después de todo soy su mejor amiga, el problema es que ese pedido ha sido la gota que ha derramado el vaso de agua; en pocas palabras, he colapsado. Nunca había sentido tantas ganas de volver a viajar como hoy, me subo a la furgoneta que nos ha enviado el equipo de producción y me voy hasta el último asiento. Hoy partimos rumbo a Mérida para rodar una parte de la película que está grabando Elín, y a pesar de que no me ayuda el viajar con él, al menos me alejo de todos los preparativos de su boda. Saco mi celular del bolso, conecto los auriculares y allí suena una de mis canciones favoritas y no específicamente porque sea la mejor canción de la historia, pero si porque describe un poco mi situación actual, "Tarde" de Ricardo Arjona. Cierro mis ojos y escucho su letra atentamente hasta que llega su final… ese final que es exactamente el que yo quiero..."Que ganas de rozarte. Que ganas de tocarte. De acercarme a ti y golpearte con un beso. De fugarnos para siempre sin daños a terceros" —¡Boo!— Grita Elían mientras me toma el brazo haciéndome asustar abriendo mis ojos. —Pero ¡¿qué haces?! ¡¿Me quieres matar de un susto?!— Le reclamo mientras todo el equipo que esta viajando con nosotros se ríe de las travesuras que hace uno de los actores consentidos de España. —Lo siento Larita, es que te veías tan concentrada... ¿Qué escuchas? — Pregunta con mucha curiosidad e intenta ver la pantalla de mi celular, pero la tapo con mis manos. —Elían, que me llamo Lara... LARA...— Le digo frustrada. Odio cuando me pone esa sonrisa de niño inocente, no solo porque no me puedo enfadar con él, sino que también me provoca querer comérmelo a besos —Sorry... Lara...— Dice poniendo a prueba mi paciencia. —¿Y qué escuchabas? — Insiste y debo respirar profundo. —Eres imposible Elían... me senté aquí para poder tener un poco de paz, y vienes tú con tu intensidad...— Me quejo y finalmente termino riendo porque no puedo enfadarme con él. —Bueno, lo siento es que de verdad estoy un poco ansioso y estresado.— Me explica y no entiendo porque pueda estar estresado. —¿Y porque estas estresado? — Pregunto mirándolo algo confundida. —Tu amiga, creí que contrataría una planeadora de bodas y que sería todo más simple, pero ha decidido hacer las cosas ella misma y me está preguntando a cada segundo que si quiero rosas, o tulipanes, o no sé qué otra flor... Lara, tú me conoces... sabes que soy actor, no florista.— Dice en medio de un arranque de estrés e inevitablemente rio ante sus palabras. —Lo sé Elían, sé que no tienes ni idea de todo eso y creo que por eso Verónica ha venido a pedirme ayuda a mí. El problema es que yo no tengo tiempo para eso. Estoy muy ocupada con todo lo de tu película, con los eventos a los cuales tienes que asistir, y con las propuestas de las campañas publicitarias que llegan a cada momento… a eso tengo que sumarle tener que lidiar con tus fans, con las cartas que te envían y con las acampadas que hacen afuera del hotel para tener una foto contigo — Bromeo. Su risa contagia de buen humor toda esta furgoneta y como siempre, tiene la mala costumbre de llevar su brazo por encima de mis hombros y pegarme a su cuerpo. Al principio esto no me molestaba, pero ahora sí y no porque sea algo malo; sino porque provoca que mis sentidos se intoxiquen con su exquisito aroma el cual es una mezcla de su perfume y el champú que usa —Lo siento mi niña, siento que Vero te esté volviendo loca a ti también...— Me dice y luego besa mi frente haciéndome querer tomar su cara entre mis manos y besarlo. «Realmente no entiendo cómo es que llevo tanto tiempo controlando estas ganas de besarlo...» —No hay problema Elían, ahora por favor... Déjame descansar un poco, ¿sí? — Le pido y es prácticamente una súplica. —Lo haré, pero que sepas que Xavi ha insistido que fuéramos todos a bailar esta noche a la discoteca de un amigo suyo y tú tendrás que venir con nosotros. — Me advierte y prácticamente lo aniquilo con la mirada. —¿De verdad? — Pregunto seria y él asiente. —Lo siento guapa, te toca...— Me dice y solo puedo resoplar un tanto frustrada. —Okey, si no hay de otra... Ahora vete con ellos y déjame un rato tranquila. — Le pido mientras lo empujo y él se ríe. Nuestra amistad siempre ha sido así, siempre nos hemos reído juntos y nos hemos dicho las cosas en la cara, el problema es que yo ya no lo veo más como tan solo un amigo y tengo la sensación de que eso está jediéndolo todo entre nosotros. Me da rabia haberme enamorado de él, pero al mismo tiempo es igual de inevitable que respirar. Lo veo irse hacia el otro asiento de enfrente y solo puedo pensar en lo perfecto que es. En lo mucho que me gustaría que me viera con otros ojos, que me besara... me encantaría que me acariciara con amor... me encantaría quitarle la ropa... «Ya... basta Lara, debes quitártelo de la cabeza, eso es lo que debes hacer.» Me grita mi subconsciente, pero no creo que sea lo suficientemente fuerte como para callar a mi corazón.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD