—Buenos días —saluda mi madrina entrando a la cocina—. ¿Todo bien? —cuestiona al vernos tan serias. —Sí, abu —responde Eileen. —¿Te sientes mejor chiquitina? —le pregunta y Eileen asiente—. Hoy te vas a quedar en casa a descansar, así que te voy a preparar tu comida favorita y otro té, para que estés mejor mañana que vuelvas a la escuela. —Gracias abu, también podemos hacer galletas con chispas de chocolate —propone. —Claro, eso haremos —afirma mi madrina. —Por favor, me guardan algunas galletas —les pido y termino de desayunar. —Sí, mami, te dejaremos algunas —asegura Eileen. Me pongo de pie y recojo los platos. —Voy a cambiarme o se me hará tarde para ir a trabajar —les digo y voy a mi habitación. No dejo de darle vueltas a lo que dijo Eileen, tal vez siente que su padre es