—¡Oh, Isabella, lo hiciste maravillosamente! —exclamó Cassandra en cuanto posó sus ojos en su hija por primera vez en dos días—. Manejaste a esos reporteros como toda una Montoya. —Gracias, madre — Isabella recibió las alabanzas de su madre, abrazándola con fuerza antes de dirigirse a su padre—. Hola, papá. —Isabella… —Benjamin se acercó a su hija, colocando una mano sobre su hombro y dándole un suave apretón—. Lamento haberte hecho pasar por algo así. Isabella negó con la cabeza y le ofreció una sonrisa. —No lo lamentes, papá, además, yo elegí encargarme de la conferencia de prensa, es lo mínimo que puedo hacer en esta situación. Al escuchar sus palabras, Benjamin no pudo evitar reflejar la sonrisa de su hija. —Gracias. —¿Para qué está la familia? ¿Vamos? —Señaló la puerta que cond

