OBLIVION

Ella despertaba de un sueño de dos años. Había vivido dentro de la oscuridad, y conocido la soledad. Arañó la luz una vez que la vio, y no la dejó hasta que la sacó a flote. Sintió que volvía a la vida. Las manos de una desconocida la rescataron y se aferró a ellas, tenía miedo de volver a caer en el abismo. Cuando abrió los ojos, lo primero que se preguntó fue: ¿Quién soy? Todo era absolutamente desconocido para ella. Se sentía como una persona diferente, como si realmente volviera a nacer a una edad adulta. Los ojos azules de la desconocida la miraron con preocupación e hizo la pregunta que derrumbaría lo que todos conocían hasta ahora. —¿Becky? ¿Recuerdas lo que pasó? —Ella negó levemente su cabeza. La desconocida tragó saliva e hizo otra pregunta. —¿Recuerdas cómo te llamas? La chica se quedó inmóvil un rato reflexionando sobre la pregunta que la desconocida le hacía. Llegó a una respuesta y eso le asustó. Abrió la boca para responder y sintió como si no la hubiera usado en muchos años. —No. Esa simple palabra hizo que la desconocida rompiera a llorar. La chica desconcertada miró la escena, para ella todo era desconocido, y la persona que lloraba no le traía nada de recuerdos. Dos años atrás ella se hubiera levantado de la cama y la hubiera atraído hacia su cuerpo y reconfortado. Pero de la antigua persona que era, ahora solo quedaba un espectro, todo había cambiado. La persona que había despertado del abismo, era otra chica. Ya no era Becky, ya no era la hermana de Angie. Ya no era nada más que una persona sin nombre y sin vida.