En silencio de pie en una esquina veo a Martin, recorrer el lugar. Los pisos oscuros contrastan con el mobiliario blanco y gris que había elegido para la paleta de colores. Las grandes cortinas con un estilo, un poco de época, resaltaban el sitio haciendo que el espacio se viera acogedor.
Martin es la parte de la relación compulsiva y derrochador. Pero, siempre para Gino. A él no le importa hacer lo que sea con tal de hacerlo feliz. El hombre riñe al principio. Sin embargo, termina cediendo y encantado con los detalles de su marido.
—A Gino, le dará un infarto.
—Esperemos que no—me rio ante su emoción.
—Me encanta—señala el lugar.
—Eso, que no has visto el resto—me inclino—La habitación quedo hermosa.
No necesita mucha persuasión. Deja el salón y camina por el pasillo y lo escucho ex
