Luego de la conversación con Hunter, me dirijo a mi casa. Al llegar veo a Lila jugando, haciendo levitar una especie de mariposa de papel. Se la ve tan tranquila, me gustaría compartir ese sentimiento, hace mucho tiempo la tranquilidad se esfumo de mi vida. Mientras la veo pienso en como a pesar de todo lo malo que paso no se ha corrompido, en algunos momentos me recuerda tanto a Crystal. Siempre pensando en huir, a la defensiva, pero a la vez, divertida y comprensiva.
Me quedo mirándola hasta que me nota. Ella al verme me sonríe y dirige el papel hacia mi. Este comienza a girar por mi cabeza hasta detenerse en mi nariz.
—Te ves muy divertida Lila— mientras digo esto, comienzo a fruncir mi nariz, esta cosa hace cosquillas.
—La vida es incierta Jack, debemos aprovechar cada momento que tenemos para reír—entonces me mira como si investigara algo— Tú estas triste ¿Quieres contarme?
—No es tristeza, es cansancio.
—Es lo mismo, ven siéntate aquí.—señala el lugar junto a ella en el sillón— Anda, yo no muerdo, el perro aquí eres tú.
—Soy lobo, no perro—pero lucho con una sonrisa.
—Lo que sea, tiene dientes y gruñe— pone sus ojos en blanco y comienza a reír—Solo espero que no tengas pulgas.
—Yo no tengo pulgas.
—Que bueno o debería raparte mientras duermes—mientras me siento junto a ella, comienzo a sentirme más relajado.—Ahora si, dime ¿Qué sucedió?
—Estoy cansado, Jennie me volverá loco. Con Crystal la vimos besándose con otro chico.
—¿Lo golpeaste? Jack, es por eso que traías esa tristeza.
—No lo golpee, como te dije, estoy cansado. No volveré a hacer nada, que haga su vida como ella quiera.— siento como acaricia mi espalda.
—Tranquilo, esto pasara. Debiste dejarme golpearla en su momento, quien sabe y le aclaraba las ideas.—su toque me calma, es algo extraño.
—¿Qué me estas haciendo? No me digas que nada porque estoy sintiendo más calma—esto no es normal. Ella solo baja la mirada algo avergonzada.
—Te veías muy triste, solo quitaba eso de ti. No olvides que soy una bruja, puedo extraerlo. Ahora estas mejor, no me gusta verte triste, has sido bueno conmigo.
—Gracias.—entonces la abrazo, sorprendiéndonos a ambos.—No dejare que lleguen a ti Lila.—Su mirada se vuelve a la mía, cuestionando mis palabras. Nuestros rostros están tan cerca y me acerco, pero ella termina de sellar un beso. Al principio solo son leves roces, conociéndonos, pero entonces muerdo su labio, haciendo que gima y aprovecho para besarla como se debe, como quiero. Tomo su rostro, no permitiendo que se aleje de mi. No creí que seria así, pero me siento bien, completo.
Poco a poco, corto el beso por falta de aire, pero nuestros rostros siguen juntos, ninguno hace un movimiento de alejarse.
—Me besaste—me dice, comenzando a alejar su cara.
—Tú me besaste a mi-digo sin ningún arrepentimiento— ¿Estas loca?—comienzo a sobar el lugar donde me pellizco.
—Si, un poco, pero no estamos hablando mi estabilidad mental. ¿Por qué me besaste Jack?
— No lo se, solo no lo resistí. No puedo decirte que me arrepiento, me gusto besarte, eso es lo extraño. Si tuviera que hacerlo lo volvería a hacer.—de verdad no me arrepentía, no había culpa.
—A mi también me gusto, puedes hacerlo cuando quieras. Pero solo te dire que no soy un premio de consolación. Si me besas, quiero que sepas que es a mi y no a Jennie.
—Créeme sabia muy bien que eras tú, en ningún momento cruzo Jennie por mi cabeza. — desde que llegue a casa los problemas con Jennie quedaron fuera.
—Bueno, porque si me gusto. No estamos en una relación, eso esta claro ¿No?—no espera respuesta y continua—Pero tú estas solo, yo también, la atracción entre ambos esta, entonces ¿Por qué no ver que sucede?
—Lila, estoy muy atraído hacia ti. En estos momentos debería estar arrepentido porque no eres mi mate y sin embargo solo quiero volver a besarte. No quiero ponerme a evaluar nada, solo se que tú me haces bien.— en este momento quiero que ella sea mi mate.— ¿Ahora no te importa que tenga pulgas?—me rio al ver su expresión.
—Ay por Dios, lo había olvidado. Deberé hacer un hechizo antipulguicida. —entonces me golpea con un almohadón— Y eso sin contar la rabia— comienza a reír cuando la levanto.
—Ven aquí pequeña bromista—aún riendo choco nuestros labios.
Esta vez cuando dejamos de besarnos ella se acomoda en mi regazo, apoyando su cabeza en mi hombro.
—Tú mate me matara— comienza a reírse— O lo intentara.
—Ya no es mi mate, mi rechazo aún sigue y no pienso retractarme. Incluso si no hubieras aparecido, no estoy dispuesto a aceptarla—siento como comienza a acariciar mi pecho y nuevamente siento esa tranquilidad.— ¿En verdad no te gusta verme mal?
—Eres el único que ha sido sincero conmigo, a pesar de que al principio no confiaba en ti, puedo ver ahora que eres un buen hombre. Si alguna vez decido estar con alguien espero sea como tú.
—Aún no sabemos si eres mi mate Lila, quizás estamos destinados.
—No estaré con alguien solo por destino. No es justo, quiero a alguien que me quiera por quien soy y no porque su Diosa luna se los impone.—No digo nada, pero comparto su pensamiento. Ya me fue mal con mi pareja destinada, no seria una relación sana. Pero con Lila es distinto, ella es un hogar al que llegar.