Enciéndeme

- ¿Qué pasa? – pregunta Harby mientras baja de la camioneta con un bulto entre sus brazos. -  Va a matarla – respondo sin más – acaban de informarme que las descubrió y más porque ella les entregó la niña. -          Debemos volver – responde Harby mirando a su hija y luego a mí. -          Estos hombres irán con ustedes, pero recuerden que nadie más puede saber que yo los estoy apoyando – digo mientras ellos me observan para después ver a Cirilla – yo cuidare de ella – digo extendiendo los brazos – pase lo que pase cuidare de ella, te lo juro. -          Papi traerá de vuelta a mamá – dice besando su cabecita – te amo –dice entregándome a la bebé– en caso de que no volvamos, protégela por favor – lo veo quitarse su argolla de matrimonio – en argentina hay una casa – me la entrega junto a su celular – en el celular hay una foto de mi boda con Chiara, en ella hay coordenadas para llegar a la casa – los tomo – el anillo es la combinación, hay dinero y oro suficiente para que ella viva bien el resto de su vida. -          Así será – digo sintiendo como la bebé se acomoda en mi pecho. -          Te amo – dice antes de hacerme una señal para que me vaya. Me subo al auto con la bebé en mis brazos, cuando esté se pone en marcha observo a la bebé y veo lo hermosa que es. Su piel es blanca como la nieve, hace juego con el hermoso tono castaño de su cabello. Esta enfundada en una mantita Hermès blanca que la mantiene calientita. Su cabecita está cubierta por un gorrito negro a juego con su vestido negro y me sorprendo al ver que sus zapaticos son Louboutin. No sabía que existían zapatos de esta marca para niños. Parece una hermosa muñeca Cuando llegamos a la mansión camino rápidamente al interior para protegerla del frío. Al entrar no sé qué hacer con ella así que la llevo a mi habitación, la acuesto sobre mi cama y la rodeo con almohadas mientras voy a darme una ducha. Lo hago rápidamente antes de volver con ella, me visto rápidamente con un pijama, normalmente duermo desnudo, pero hay que respetar a esa hermosa damita en mi cama. Me acuesto con cuidado y me acomodo con delicadeza. Tomo mi portátil para trabajar un poco pero mi atención se desvía hacia la hermosa castaña junto a mí que se acurruca a mi lado y yo sonrío. -              ¿Qué te pasa? – me regañó volviendo mi atención a la pantalla – es solo una bebé. Molesto conmigo mismo cierro el computador de golpe y lo dejo a un lado. Para luego acomodarme con cuidado junto a Cirilla y por primera vez en mucho tiempo duermo tranquilamente. Al día siguiente escuchó un gorgoteo a mi lado y abro los ojos lentamente encontrándome con otros que me observan fijamente. Nunca en mi vida había visto unos ojos tan hermosos como los de la bebé a mi lado.   UN MES DESPUÉS... -          Me has enamorado hermosa – escucho a Guido decirle a Cirilla mientras juega con ella – vas a darnos muchísimos dolores de cabeza. Hace ya un mes que los Romanov y Guido están conmigo. Harby y Guido me quitaron un gran peso de encima al matar a Vasil Danca, pero durante el proceso casi matan a Chiara su esposa y madre de mi hermosa damita. Durante este tiempo le he tomado muchísimo cariño a esa bebé y me siento como un maldito enfermo por hacerlo. Pero cuando le observa con esos hermosos ojos me mata. -          Ni que lo digas – escucho a Harby tras nosotros – voy a viajar a Florencia, ¿vienes conmigo? -          Sí, quiero estar allí – responde Guido mientras nos ponemos de pie y le quito a Cirilla de los brazos. Veo a Harby fruncir el ceño observándome. -          Yo cuidare de ellas – digo mientras hace reír a Cirilla lo que me llena el corazón. - ¿No eres pedófilo verdad? – pregunta Harby observándome. Comienzo a pensar que si. -          No, me gustan más grandes, pero debo admitir que tu hija me ha cautivado, tiene una belleza poco común – respondo y él sonríe – yo cuidare de ellas, no se preocupen – le da un beso en la frente para luego irse. – estás volviéndome un enfermo – le digo a Cirilla besando su frente. – te tengo un regalo hermoso mía – digo, aunque ella no pueda entenderme. Camino con ella por la mansión hasta mi estudio donde tengo lo que le he comprado. En ese momento aparece Irina mi ama de llaves. - acabó de ver que salieron los señores – me dice viniendo hasta mi para que le entregue a Cirilla, pero me niego. - ¿quieres algo de comer? – pregunta observándome con una sonrisa. - ¿quieres algo de comer? – preguntó a Cirilla. La siento sobre mi escritorio mientras tomo la cadena que mande hacer para ella. Se trata de una matrioska hecha en oro y diamantes, detrás de esta tiene sus iniciales y un como más pequeñas las mías. Se la pongo y ella me sonríe, aunque no entienda a un lo que significa. -              Soy un puto enfermo.