Aleksei... Un mes después... Sonrío al verla comer galletas oreo con mantequilla de maní lo que se me hace extraño ya que a ella no le gusta la mantequilla de maní. Acaba de llegar del hospital después de un turno de cuarenta y ocho horas. - ¿estás bien amor? – preguntó observándola y ella frunce el celó curiosa. - ¿Por qué? - No lo sé, no pareces cansada – respondo sonriendo. - Es curioso porque hoy estoy enérgica y con ganas de hacer el amor contigo todo el día – dice abrazándome. - Debes descansar – digo sintiendo sus labios besar mi cuello. - ¿No quieres tener sexo conmigo? – pregunta sonriendo mientras se sienta sobre la isla de la cocina frente a mí, de un rápido movimiento se quita la parte superior de su uniforme dejándome ver un hermoso sujetador de encaje

