— ¡¿Dónde está Erick?! — gruñí, estaba entrando en pánico. ¿Cómo no iba a estarlo? Si lo último que recuerdo es al castaño proponiendo su muerte inminente frente a una plaga de vampiros y cuando reacciono en contra utilizan sus dones para sedarme, porque es obvio que Becher utilizo algún truco y manipulo mi cerebro. ¡Malditos vampiros y sus estúpidos trucos! Creo que cualquier chica en mi lugar, estaría igual o peor que yo; bueno, aunque yo no me clasificaría como una chica común y corriente, definitivamente, con todo lo que había vivido, no lo era. El asunto aquí era mi desacuerdo con todas las decisiones, arrebatadas y sin autorización, que habían hecho referente a mi persona. ¿Es que se les olvido que en poco cumpliría los malditos veinticincos años? ¡Puedo tomar mis propias de