Alice-
¿Cómo es posible que justo hoy el calor sea abrumante? Tal parece que ni el aire acondicionado puede calmar mi bochorno o son los absurdos nervios por la importante reunión a punto de empezar.
Aliso mi vestido y retoco mi maquillaje, sopesando la posibilidad de huir de la empresa como una cobarde. Aspiro profundo y borro aquella estúpida idea, retomando mi camino hasta la sala de juntas.
me aliento, cambiando mi semblante lamentable por uno seguro, tal como lo practiqué todo el fin de semana.
— Buen día señorita Rodrich –aprieta mi mano entre las suyas y en mi estómago se posa una sensación de vacío como cuando caes desde cierta altura sin previo aviso, deteniendo hasta mi respiración por el impacto.
Trato de verme segura, calmando el retumbante latido de mi corazón y de mi
