Los chicos creían que Lilith exageraba, pero dada las diversas y extrañas coincidencias de la vida, Carmen (quien había escuchado vagamente esa teoría anteriormente) y, sobre todo, Ana sabían lo riesgoso que era tratar de entrar a la mente de alguien sin ser invitado, era invadir la privacidad de, en este caso, un ser sobrenatural que no era consiente ni de dónde estaba parado. Eso pintaba a que alguien mínimamente saldría herido, por sí no llegaba a la muerte. Y, no era que Ana tuviese algo personal en contra del vampiro, a ella le daba lo mismo quien fuera, pero creía fielmente que era el causante de que Rachel estuviera siempre inestable; sus pensamientos no habían cambiado desde la última vez que se dio el incidente, estaba de acuerdo con el rey, pero sus pensamientos propios le de