La mujer que quiero

CAPÍTULO 7: Que romántico.

Regresar a esa enorme casa era un poco confuso para Reen, nunca pensó que volvería a cruzar esas puertas, así que al llegar, dio pequeños pasos después de cruzar el umbral, y de pronto dio un grito cuando pensó que un ratón pasó entre sus pies, pero al ver más detenidamente miró que era una pelota plateada con una luz roja que rodaba por si sola.

—Solo es un limpiador, tus zapatos están sucios y con gérmenes, así que te seguirá hasta que los desinfecte por completo —dijo Kai mientras la miraba, si, ella era muy ruidosa, pero eso no le molestaba, de echo ella se veía muy tierna.

Reen miró aquella pelota y de pronto llegaron unas diez más, y todas se pegaron a sus pies causándole cosquillas, se río y se asustó al mismo tiempo, al final se quitó los zapatos y corrió a esconderse detrás de Kai, mientras veía como esas pequeñas cosas devoraban su calzado.

—Sígueme— ordenó el hombre mientras sentía el agarre de la chica en su brazo.

Reen lo siguió con los pies descalzos, afortunadamente el suelo no estaba tan frío, no, de echo estaba muy cálido.

—¿A dónde vamos? —Preguntó con curiosidad.

—A mi laboratorio.

—Woow… — dijo Reen y se detuvo en seco, —¿Qué vamos hacer ahí?.

—Solo investigar.

Ella no estaba muy segura de a qué se refería con Investigar, pero no lo cuestionó más y lo siguió, entrar en aquel laboratorio fue algo impresionante, todo estaba lleno de tecnología.

Había un montón de aparatos que Reen nunca antes había visto, había algunos robots desarmados en un rincón, que parecía eran proyectos fallidos, había un asistente sin terminar, y lo que más le sorprendió fue un robot de color blanco que estaba dentro de una vitrina, era increíble, se veía terminado, pero parecía que estaba siendo guardado como un trofeo.

—¿Eso que es?—preguntó ella mientras lo examinaba a detalle, no había visto ese tipo de robots, tan sofisticado, era increíble que alguien como Kai tuviera la capacidad de hacer algo como eso.

—Es un prototipo nuevo.

—¿De asistente?.

—No, más bien es… como un recipiente.

—¿Recipiente?.

—Ven, es por aquí — dijo Kai sin responder a la pregunta, llegaron hasta una camilla, había algunos cables y todos estaban conectados a un computador.

—No me pondré eso—replicó la chica al ver aquellos instrumentos.

—No son para ti —Aclaró Kai.

—¿A no?.

Kai empezó a quitarse el costoso saco de su traje, prosiguió con el chaleco y aflojó su corbata, desfajo su camisa blanca y empezó a desabotonarla, mientras que Reen solo lo miraba con atención, aquella situación era un poco vergonzosa, pero no podía apartar la vista de aquella escena, sus mejillas se tiñeron de rojo cuando aquel hombre se quitó la camisa por completo y dejó ver su fascinante cuerpo, tenía un cuerpo musculoso y una piel blanca muy hermosa.

Él no se percató de la chica que lo admiraba, o más bien que se lo comía con la mirada, se empezó a conectar a esos aparatos, primero las muñecas, se pegó unos cables al pecho y otros en la cabeza, se recostó en la camilla e ingresó algo a un computador.

—Muy bien, empecemos.

—¿Con que? —preguntó Reen mientras lo admiraba.

—Con una conversación.

—Ya estamos conversando.

—Una conversación entre novios —aclaró el hombre.

Reen frunció el ceño y miró sus hermosos ojos. —No te estoy entendiendo.

—Solo cuéntame algo, no pienses en mi como un extraño, finjamos que nos conocemos desde hace mucho y que me amas— dijo Kai mientras se quitaba las gafas.

Reen lo miró con desdén y resopló. —Mi amor, ¿Sacaste a pasear al perro? —preguntó ella tratando de seguirle la corriente.

—No me gustan los animales, son sucios, tienen muchos gérmenes.

—Creí que sólo estábamos suponiendo.

—Usa otra cosa.

—¿Qué es lo que quieres averiguar exactamente? —preguntó Reen para no perder su tiempo, estaba cansada y tenía hambre.

—El otro día, cuando te vi semidesnuda en la habitación, tuve un sinfín de emociones, pero no se como se activaron, o ¿Por qué?, digo, he visto pornografía, y esas emociones no se activan, entonces, ¿Por qué contigo si?, quiero pensar que hay muchos otros factores, algo que no estoy viendo.

La quijada de Reen se había caído al suelo, ¿Acaso el tipo era tonto?, ella no lo podía creer, pero entonces, se le ocurrió jugar un poco con él, pues no siempre tendría aquella oportunidad.

—Ya veo—dijo ella y se acercó a Kai. —Entonces déjame ver— continúo ella y con la yema de sus dedos tocó el fuerte abdomen de Kai, él no estaba listo para el tacto, por lo que su piel se erizó casi de inmediato.

—¿Qué haces?.

—Mi amor, estuve pensando en ti todo el día— Dijo Reen y se acercó a su rostro, él no parecía intimidado, o asustado, solamente estaba atento a lo que esa mujer hacía, y cuando él aliento cálido de la chica golpeó su cuello, la computadora empezó a pitar muy rápido.

—¿Qué es eso? —preguntó ella mientras miraba el computador.

Kai se quitó los cables y se incorporó muy rápido, —Es… nada—respondió él, aquellos cables medían su frecuencia cardíaca, su temperatura y la sensibilidad en su cuerpo, todo aquello se disparó tan rápido que aquel sonido era una advertencia de que debía calmarse.

—¿Qué?, ¿Es todo?.

—Si, por hoy si —respondió Kai mientras se ponía la camisa con rapidez.

—Que romántico, nuestra primer cita, será inolvidable.

—No es una cita.

—Solo estoy siendo sarcástica.

—Vamos a comer— dijo Kai y se apresuró a salir de aquel lugar.

—Ahora si nos estamos entendiendo —, Reen lo siguió, y mientras miraba a su alrededor, notó que en aquella enorme casa no había ningún retrato, las paredes eran de un tono amarillo claro y de un café muy bonito, ella estaba embobada y sin darse cuenta chocó contra la espalda de Kai Xuen, él solo la miró de reojo y ella se sobó la frente, —¿Tienes familia? —preguntó Reen mientras se sentaba en una de las sillas de aquel enorme comedor, seguía habiendo solo dos lugares, todo se miraba tan solo.

—Si.

—¿Y donde están?.

—No lo se.

—¿No lo sabes?.

—Hace mucho que no hablo con ellos.

—¿Por qué? —preguntó Reen más interesada.

—Mis abogados dicen que es mejor así.