Capítulo 6.

2384 Words
-¿A dónde se supone que vamos? -Le pregunto Kendall a Ethan mientras miraba por la ventana de la vieja camioneta de su madre, la misma que Ethan iba conduciendo. -Al centro comercial-Respondió él restándole importancia al asunto. -¿Para qué? Que yo sepa no hay nada más que hacer conmigo-Ella se había molestado mucho esa mañana en la que Ethan habia tocado a su timbre y la había despertado, sobre todo porque ella sentía que los últimos días habian sido una completa locura, y lo único que en realidad deseaba era descansar un poco. Desde el día en que Ethan se presentó en su puerta aceptando la arrebatada propuesta que ella le había hecho en el baño, todo se había vuelto demasiado confuso para Kendall, demasiados gritos, insultos, golpes, e incluso demasiadas emociones arremolinadas en su interior. Era como si su vida después de involucrar a Ethan Lake, hubiera tenido un desesperante vuelco, todo era un sube y baja de emociones que la tenían en un estado en el que nunca se había encontrado antes. Aunque no iba a mentir, algo dentro de ella había ansiado toda su vida esa emoción que ahora sentía, la adrenalina que le producía estar al lado de Ethan, y sobre todo, Kendall toda su vida había deseado poderse mirar al espejo y no sentirse avergonzada por lo que había delante. -Tienes que comprar ropa. -¿Mas? No sobra recordarte que yo no soy Britney ¿Cierto? Mi cupo de la tarjeta de crédito está al borde, y no quiero ni imaginar la cara que pondrá mi madre cuando se entere. -No vuelvas a mencionar a Britney-Soltó Ethan casi que con fastidio. El día anterior, cuando había llevado el auto de Britney hasta su departamento, se había topado con Kevin en la recepción, llevaba el pelo revuelto, y una cara de placer que a Ethan le habría encantado romperle, y no por Britney, no porque le dieran celos, era solo que no le gustaba que alguien más pudiera acceder a lo mismo que él. ¡Si tan solo él supiera que Britney le abría las piernas a Kevin para saciar su hambre mientras se imaginaba el rostro de Ethan! -No puedo gastar más dinero Ethan-Kendall bajo la cabeza. Era cierto que su padre tenía un buen empleo, y que ella y su madre se habían podido permitir lujos durante toda su vida, pero últimamente sus padres estaban reservando todo a la universidad, para ellos lo primero era la educación de Kendall, y en cuanto a eso no pensaban escatimar un solo peso, por lo cual el resto de asuntos se quedaban sin presupuesto. -Si es el caso, yo te ayudare a pagar lo que compremos, pero me apuesto lo que quieras a que no tienes ropa de fiesta en tu armario-Ethan rodo los ojos mientras aparcaba la camioneta frente al centro comercial. -¿Para que necesitaría yo ropa para una fiesta? -Eso no le olía nada bien a Kendall, Ethan estaba planeando algo, y como siempre, ella temía ser el conejillo de indias de su plan. -Este viernes el mariscal de campo de la NYU va a dar una fiesta, vamos a ir, al fin y al cabo, dentro de poco tú serás una más de los estudiantes de la NYU, es hora de que vayas integrándote. -¿Quieres decir que vamos a ir a una fiesta de universitarios? -¡Demonios Kendall! Estas hablando como si fuéramos a asesinar a alguien, es solo una fiesta, y acostúmbrate, este será el pan de cada día de nuestros próximos tres años. -Sera el tuyo, yo no pienso estar desperdiciando mi tiempo en fiestas, tengo planes para la universidad. -¿Cómo cuál? ¿Sentarte a tejer suéteres para los profesores? ¿Por qué Ethan tenía que ser tan estúpido? Kendall ni siquiera sabía tejer… pero claro, esa sería una de las cosas que él sabría de ella de no ser por el estúpido y absurdo contrato verbal. -No, como conseguir unas prácticas-Ella se cruzó de brazos mientras continuaba la discusión que tenía lugar en el estacionamiento. -¿Vas a ir o no? No pienso llevarte a rastras-Ethan estaba empezando a enfurecerse. -Y vamos a ir… ¿Juntos? -Algo dentro del estómago de Kendall se revolvió, era como emoción, de la cabeza de ella aún no había salido el rostro de Ethan que había estado a escasos centímetros del suyo, lo que la llevo a inconscientemente morderse el labio inferior. -No-Ethan soltó una carcajada mientras apartaba la mirada de la boca de Kendall. Para él era absurda la manera en la que ella le coqueteaba y lo provocaba sin siquiera notarlo, como si fuera natural la forma en la que lo miraba y jugueteaba con su pelo, o como allí, que se mordía el labio y sus mejillas se tornaban levemente rojas. -Claro-Ella susurro mientras sentía que todas sus esperanzas se iban al piso. -Vamos, debes encontrar algo que usar. Ethan arrastro a Kendall a una tienda a la que ella jamás habría entrado en su sano juicio, la ropa se veía demasiado… Demasiado Britney para el gusto de Kendall -Escoge algo, yo volveré después, tengo que contestar-Ethan frunció el ceño en cuanto vio la pantalla de su móvil iluminándose. Catlyn lo estaba llamando, y las llamadas de Catlyn solo significaban una de dos cosas, sexo y dinero, o problemas, y en ese momento Ethan no tenía cabeza para soportar ninguna de las dos cosas. Kendall se movió por entre los percheros mientras buscaba algo medianamente decente, sin embargo, justo cuando estaba a punto de agarrar un vestido color n***o ajustado y que llegaba hasta la rodilla, un pensamiento le embargo la cabeza. ¿Qué pasaría si por una noche se despegaba de todas sus moralidades? ¿Qué se sentiría vestir y actuar como Britney y que por una noche todos los reflectores estuvieran sobre ella? Con eso en la cabeza, y con la valentía a flor de piel, dejo el vestido n***o donde estaba, y por el contrario tomo dos atuendos, un vestido color plata con escote en V y que llegaba a la mitad de los muslos totalmente brillante, y el otro, un conjunto color Vinotinto de lentejuelas que estaba compuesto por dos partes, un top que terminaba en la cintura, y una falda que terminaba justo debajo del trasero de Kendall. Luego de elegir los vestidos, cogió unas sandalias color n***o de plataforma, y se llevó todo al probador. Tras un par de minutos, Kendall llego a la caja, rogándole al cielo que Ethan no llegara antes, ella no quería que él supiera que había elegido, ella de alguna forma quería que fuera una sorpresa. Le dio uno de los trajes a la cajera, junto a los zapatos negros, y justo cuando iba a pasar la tarjeta de crédito el rostro de Ethan se apareció por las puertas de cristal. -¿Ya ha elegido? -Él la miro con el ceño fruncido. -Si-Ella se apresuró a poner su clave en el aparato que la dependienta le daba. -¿Qué has comprado? -Él reparo en la bolsa que había frente a Kendall. -Ropa. -Muy graciosa Kendall, muéstrame. -No-Ella puso resistencia y tomo el paquete antes de Ethan lo hiciera, para después salir de la tienda dándole a entender a él que por nada del mundo le iba a dejar saber que había en la bolsa amarilla de Forever 21. Aunque conociendo a Kendall seguro había elegido un soso y aburrido vestido n***o y suelto-Penso Ethan. -¿Te sucede algo? Te ves algo tenso-Kendall se fijó en la forma en la que Ethan apretaba los dientes, en los últimos días se había dado cuenta que él solo hacia tal cosa cuando algo realmente lo molestaba. -Eso no es problema tuyo-Ella solo volteo los ojos y se quedó absorta en el paisaje de las calles. -¿Si? -Ethan respondió a la llamada que entraba nuevamente por su móvil, mientras Kendall se aferraba al cinturón de seguridad, odiaba a la gente que hablaba por el móvil mientras conducía, eso la ponía de los nervios, la tasa de mortalidad de los accidentes de tránsito era bastante alta, y ella no quería ser un número más de esa estadística. -¿Tiene que ser ahora? -Él siguió hablando- ¡Mierda! ¿No puede ser después? -Ethan le lanzo una pequeña mirada a Kendall, como si algo le preocupara-Bien, bien iré para allá. Luego de que Ethan colgara, y a Kendall casi le diera un ataque al corazón cuando él acelero y rebaso un coche, Kendall soltó una pregunta que esperaba que él realmente respondiera. -¿Todo bien? -¿Traes maquillaje en la bolsa? -Ethan se detuvo en el atuendo de Kendall, si bien no iba mal, no estaba lo suficientemente arreglada para el lugar al que él necesitaba llevarla. -Un labial-Ella lo miro confundida. -Necesito que te lo pongas, si es rojo mejor, y suéltate el cabello, vas a acompañarme a un sitio-Él miro al frente ignorando la cara que ella había puesto. Sin embargo, sabiendo que Ethan no iba a responder a sus preguntas, Kendall se puso un labial oscuro en la boca, y después saco un poco con los dedos y se los paso por las mejillas, tal cual como Catlyn le había enseñado, después enchino sus pestañas con sus dedos y se revolvió el cabello dándole un poco de volumen. A medida que Ethan avanzaba, las calles se iban haciendo más grises, y sobre todo más solitarias, y lo único que Kendall esperaba era que él no estuviera pensando en asesinarla, mientras que Ethan a su lado rezaba para que ella mantuviera la boca cerrada cuando llegaran. -Vamos, no puedo dejarte aquí dentro-Ethan salió del auto, al tiempo en que Kendall lo hacía-No te alejes de mi ¿De acuerdo? A la chica empezaban a ponérsele las manos frías y los vellos de punta, no sabía dónde estaba, pero sabía que nada bueno podía salir de ese lugar que tenía una pequeña puerta negra con un 32 en rojo en todo el centro. -¿Qué hacemos aquí? -Ella empezó a hiperventilar. -Solo dame la mano-Ethan la agarro fuertemente, gesto que a Kendall la hizo sentir tranquila, e incluso por unos escasos minutos se sintió protegida, como si nada pudiera pasarle si solo se mantenía agarrada de él. Ethan toco a la puerta, y enseguida un hombre robusto, grande, incluso más que él, y lleno de tatuajes por todos lados los dejo seguir, ambos avanzaron por un pasillo totalmente oscuro, después llegó la hora de bajar las escaleras hasta donde se suponía que llegarían. Todo se iba haciendo más oscuro y misterioso, y tanto Kendall como Ethan estaban de los pelos por lo que fuera a suceder a continuación. Un salón lleno de paredes negras, mesas de póker, y de billar en el lugar invadieron los ojos de Kendall, había un bar, meseros atendiendo a todos los presentes, y al fondo, en una mesa aparte, y que parecía reservada, estaban cuatro hombres y la persona a la que Kendall menos espero encontrar. Catlyn se acababa de poner de pie mientras palidecía al ver a Kendall junto a Ethan. Kendall se fijó en la mujer que tenía al frente, sobre todo en el atuendo que llevaba, iba vestida de una manera muy descubierta, adornada de perlas y de brillantes, lo que hizo a Kendall sentirse incomoda con su atuendo. -¿Por qué has traído a la virgen María? - Catlyn pregunto mientras miraba a Kendall con repugnancia. -Hagamos esto rápido-Ethan se acercó a la mesa, se sentó, intercambio un par de saludos y miradas con los hombres, y entonces Kendall sintió que la cabeza le daba vueltas. De un maletín los hombres sacaron montones de billetes, y empezaron a repartirlos, todos y cada uno de ellos se iban quedando con lo que parecía un porcentaje, Ethan no era la excepción. Kendall siempre se había sentido atraída por la vida de Ethan, pero ahora sabía que esta se basaba en una que probablemente ella no quería conocer, nunca lo había pensado, pero si Ethan aparentemente no trabajaba, y su madre no era más que una mesera en una cafetería local. ¿Cómo era que Ethan tenía una costosa moto? ¿De dónde sacaba para costearse sus caprichos? Preguntas y preguntas era todo lo que ella tenía, y era justamente eso lo que Ethan había evadido durante toda su vida, los cuestionamientos. -¿No vas a presentarnos a tu amiga? Ethan-Pregunto un hombre de barba negra y ojos castaños. -No, de hecho tenemos que irnos-Él volvió a agarrar a Kendall mientras intentaba alejarse. -Hombre, tomate un trago-Pidió otro, sin embargo la manera en la que estaban mirando a Kendall iba a hacer que Ethan se saliera de sus casillas. Ella no era una de las putas a las que ellos impresionaban con el dinero y sus autos. Pero Ethan sabía que ellos no iban a dejarlos irse así como así, así que antes de que dijeran una palabra más, tomo una de las botellas de coñac que había sobre la mesa y se la llevo a la boca, le dio un largo trago y la volvió a dejar en su lugar. -Nos vemos en un par de días-Ethan se alejó mientras evitaba la mirada molesta que le dirigía Catlyn. Ya después se ocuparía de ella y de callarle la boca, por ahora solo rogaba sacar a Kendall sana y salva de aquel sitio. -¿Qué fue todo esto? -Kendall miro a Ethan. -Nada, súbete al auto. -No-Ella se paró enfrente de él, deteniéndolo. -No soy asesino a sueldo ¿Sí? No tienes que preocuparte. -¡Quiero que me digas que era eso! -Grito. -Un lugar de apuestas ¿Contenta? -Ethan la miro con rabia. -¿Y que hacia Catlyn ahí? -Créeme, entre menos sepas de ella, mejor, no querrás conocer la faceta que esconde detrás de una casa para chicas. Pero Kendall no se iba a quedar con lo que él le estaba dando, ella iba a buscar las respuestas, y lo iba a hacer incluso si eso significaba ir en contra de su acuerdo y husmear en el pasado de Ethan.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD