Capítulo 5.

2465 Words
La mejilla de Kendall estaba ardiendo del dolor, y su cabeza se sentía caliente, no podía creer que Britney acabara de pegarle, y no fue hasta que la rubia la tomo del cabello, que Kendall se dio cuenta que la estaban golpeando sin justificación, y más que eso, se daba cuenta que la causa por la que Britney le había pegado no era más que perdida. Ethan Lake era la causa perdida más absurda por la que Britney podía pelear. -¡Déjame! -Le grito Kendall a Britney mientras sostenía sus manos para que dejara de sacudirle el cabello. -¡Britney! -Grito Ethan mientras se acercaba a donde las chicas peleaban, él no podía creer que Britney estuviera haciendo eso, esa vez ya había tenido suficiente de sus shows y teatros, lo que sea que hubiera entre ellos dos estaba próximo a acabarse . -¡Britney! ¡Que la sueltes! -Ethan tomo a Britney por lo brazos, y la miro con esos ojos acusadores que podian hacer arder el mismísimo infierno con su ferocidad. Kendall no sabía muy bien lo que estaba pasando, para ella todo estaba sucediendo demasiado deprisa, o demasiado lento, ya no sabía distinguir muy bien entre lo uno y lo otro, pero su cabeza le dolía, sentía que la mejilla le palpitaba y los ojos le ardían por las lágrimas que había estado contendiendo, sin embargo hubo algo que llamo su atención, Ethan no se había ido en contra de ella para que se alejara de Britney. Él había hecho todo lo contrario, algo dentro de sí brillo de esperanza, él sabía que ella no tenía la culpa, y la iba a defender por eso. -¡Ven aquí! -Ethan zarandeo a Britney para llevarla lejos de Kendall y así poder tomar el control sobre la rubia que ahora estaba en el peor estado en el que él jamás la había visto. Kendall, que no pensaba quedarse más tiempo allí, se llevó la mano a la mejilla, y se dio media vuelta, intentado volver a su casa, el lugar en el que habría estado a salvo de no ser porque acepto nuevamente ayudar a Ethan. -¡Kendall! -Ethan era todo ordenes, y ciertamente su voz con ese tono que estaba utilizando en ese momento era lo suficientemente amenazadora para que cualquiera con un poco de sentido común le obedeciere-Entra a casa- Le dijo a Kendall. -Alla es donde pretendo ir-Ella le contesto todavía medio aturdida. -No, entra en mi casa, y espérame allí dentro-Él le señalo la puerta de su casa, y no sabía cómo, pero sus piernas se negaban a decirle que no a Ethan, así que con toda la tranquilidad del mundo, caminó hasta la sala de los Lake, y se sentó en el sofá. Mientras que Britney, al ver que la chica entraba a ese lugar al que a ella siempre se le había prohibido la entrada, lloró desconsolada, preguntándose porque parecía no ser suficiente para Ethan, porque él la hacía sufrir cuando ella con su belleza podía tener al hombre que quisiera a su lado. -¿Por qué le pediste que entrara? -Britney sollozo mientras mantenía su mirada fija en los ojos verdes de Ethan. -Ya te lo he dicho antes-El chico estaba arrastrando cada palabra que soltaba. Britney tenía los ojos un poco rojos, y de su boca salía un leve aliento a alcohol, ella había estado bebiendo, y él había sido tan estúpido que no lo había notado antes. -Dime una cosa, ¿Cuántos tragos te has tomado? -Ethan no podía sentir más lastima por Britney de la que ya sentía, detestaba a las chicas que hacían ese tipo de espectáculos. -No lo sé, media botella de vodka, supongo, he perdido la cuenta en la décima llamada que te hice-Le reprocho mientras levantaba los hombros. -Britney, tienes que dejar de venir a mi casa, tienes que dejar de llamarme-Dijo con condescendencia, lo menos que quería era que a Britney se le ocurriera hacer alguna idiotez por su culpa. Porque si bien ella no era santa de su devoción, y no la amaba, si había cierto afecto de él hacia ella, y no quería verla como estaba, mucho menos cuando sabía que la cura para lo que tenía Britney era algo que él tenía en su poder, pero así mismo era algo que él no le podía dar. Britney quería que él le diera su amor, pleno, completo, sincero y puro, y el único inconveniente que había para eso, era que Ethan sentía que dentro de si no había amor, él no podía amar a nadie, no tenía la capacidad de hacerlo. Durante toda su vida situaciones de mierda se habían atravesado en su camino, y eran esas mismas las que le decían que él amor solo marchitaba a las personas, las dañaba y las hacia vulnerables al abandono, cosa de la que él hacía tiempo había aprendido. Palabra a la que él tanto miedo tenia, abandono. -No Ethan, no puedo dejar de hacerlo ¿Qué no ves que yo te quiero? - Ella habría querido decirle que lo amaba, lo cual era la verdad de sus sentimientos, pero ni en su estado más ebrio habría soltado esas palabras. Britney conocía a Ethan, y sabía que si le decía que lo amaba, él solo tomaría sus sentimientos en la mano, y los estrujaría como si fueran un papel viejo e inservible, y ella no creía poder soportarlo, eso significaría tener que apagar esa pequeña esperanza que había en su corazón porque un día Ethan la amara como ella lo amaba a él. -Tienes que irte-Ethan sentencio mientras se daba cuenta que esa discusión era la más ridícula que había tenido nunca en su vida. -Yo no me quiero ir-La chica siguió haciendo berrinche. Ethan al ver el estado de testarudez en que Britney se encontraba, comenzó a rebuscar en sus bolsillos, y le quito las llaves del mini Cooper que ella claramente no podía conducir. -Te llamare un taxi-Ethan tomo su celular y busco el número del servicio de taxis de la ciudad. Lo mejor era que ella se fuera de inmediato, él no podía terminar las cosas con Britney allí, porque, aunque eso era lo que quería, ella estaba muy vulnerable, y se negaba a sentirse culpable por lo que fuera que le pasara a la rubia y esbelta chica que tenía delante. Mientras esperaban el servicio, Britney se quedó sumida en los brazos de Ethan, seguía llorando, pero para ella los brazos de Ethan eran el mejor lugar del mundo, y todo era más soportable si solo se mantenía allí, así que no se quería despegar de ese torso tensionado y tonificado, mucho menos quería alejarse del calor que los bíceps de los brazos del chico desprendían. -Oye, tienes que irte ya, vamos-Ethan le susurro a Britney, sin embargo en cuanto él trato de alejarla, ella nuevamente se descontrolo. -Prométeme que después de hoy todo va a ser igual que siempre-Las lágrimas de Britney no hacían ningún efecto en Ethan, pero algo le remordía en la conciencia verla como estaba. -Te lo prometo. -Quiero que me lo digas de verdad, júrame que volverás a buscarme, prométeme que contestaras mis llamadas-Para Britney nada de lo que estaba pasando era suficiente, si hubiera podido, ella ciertamente se habría quedado en casa de Ethan, hecho el amor con él, y después se habría acurrucado a su lado mientras exploraba con sus ojos cada parte del maravilloso rostro de Lake. -Si, te estoy diciendo que si-Él ya no sabía que más hacer o decir. -Dame un beso-Fue el último pedido de Britney. Ethan acerco sus labios a los de ella, dispuesto a darle un simple beso en su gruesa y ahora pálida boca, pero Britney, antes de que él pudiera retroceder, se tendió a su cuello, y profundizo todo mucho más de lo que Ethan tenía planeado . Ella pego su cuerpo mucho más al de él, y le obligó a abrir la boca para poder saborear con su lengua aquel lugar que estaba profesando suyo, Ethan parecía que empezaba a dejarse llevar, pero era ese sabor amargo a alcohol lo que lo hacía volver a la realidad y darse cuenta de que nada de lo que estaba pasando estaba bien. -Vete ya-Él se alejó y le dio la espalda para que ella entendería que debía marcharse-Yo te llevare el auto a tu departamento- Ethan pensaba llevar su automóvil más tarde, cuando lo más probable fuera que ella estuviera inconsciente, así no tendrá que enfrentarse nuevamente a los reproches de Britney, podría dejar las llaves en la recepción del edifico y marcharse dando todo por terminado. Britney se subió al auto, y vio desde el retrovisor como la imagen de Ethan se hacía más lejana, y solo esperaba que lo que veía fuera solo efecto de la distancia, y no de la premonición que su corazón avisaba. Kendall por su parte había estado viendo todo desde la ventana, pero se había apartado de allí en cuanto había visto la manera en la que se besaban, ella nunca se había besado así con nadie en toda su vida, y fue allí cuando entendió un poco la forma de actuar de Britney. Porque ¿Cómo era posible que un hombre besara así a una mujer sin estar enamorado de ella? Pero esa era una pregunta por la que no se iba a atormentar, Ethan podía hacer lo que quisiera, y si él quería estar con Britney, y si de verdad la quería como ella a él, eso no debía afectar a Kendall. -¿Estas bien? -Ethan entro en la casa, y tomo asiento al lado de Kendall en el sofá. -Supongo que si-Musito. -Oye, tienes sangre-Kendall había estado tan perdida los ultimo minutos que no se había dado cuenta que Britney había dejado una marca en el rostro de ella con el anillo que tenía en el dedo. -¿Enserio? -Ella se llevó nuevamente la mano a la cara, y cuando la aparto, se dio cuenta que un par de dedos quedaron manchados de sangre, eso era lo último que le faltaba, que aparte de todo Britney le hubiera dejado cicatriz . -Vamos arriba, creo que mamá tiene un botiquín en el baño-Ethan tomo de la mano a Kendall, y la llevo por las escaleras. Kendall podía sentir la corriente eléctrica que atravesaba sus dedos allí donde se encajaban los de Ethan, como si sus manos hubieran estado hechas la una para la otra, como si estuvieran diseñados para estar juntas. -Ya vengo-Él hizo que Kendall se sentara en su cama, y lo esperara mientras rebuscaba las vendas y un poco de desinfectante para el corte. Cuando él llego a la habitación Kendall tomo el botiquín dispuesta a curarse por si sola, pero se quedó gratamente sorprendida cuando Ethan se lo impidió. -Déjame hacerlo- Él se sentó al lado de ella, tomo un algodón descuidadamente y lo lleno de desinfectante. Ethan paso su mano suavemente con el algodón por la mejilla de Kendall, parecía que casi la acariciaba, su piel era tan tersa, que le molestaba que estuviera cubierta por tantos polvos y maquillaje, ella no necesitaba eso. La mente del chico estaba sin duda volando a otro lugar, otro donde podía acariciar, y tocar la piel de Kendall, y fue de esa forma en que sin darse cuenta, se movió más cerca a ella, mientras que Kendall, no pudo hacer más que seguir con la mirada los ojos verdes de Ethan. Un ardor empezó a recorrer el rostro de Kendall, y una lagrima se salió por el dolor, Ethan alejo el algodón, y con su dedo pulgar limpio la gota que caía. -¿Acostumbras siempre a llorar tanto? -Susurro Ethan. El espacio entre ambos se sentía más pequeño de lo que era, los cuerpos de los chicos estaban demasiados juntos, había un calor palpable en la habitación, y el corazón de Kendall parecía que iba a salirse de su pecho. -No-respondió ella, mientras dejaba sus labios entreabiertos. Los labios de Kendall parecían tan delicados, que a Ethan lo arrebataron unas ganas insensatas de probarlos, morderlos y acariciarlos, quería saber a qué sabia Kendall, seguramente era tan dulce como el resto de ella. Ethan puso un mechón de cabello detrás de la oreja de Kendall, y la chica soltó un pequeño suspiro que a Ethan le sonó a un dulce gemido que solo decía que ella quería besarlo a él tanto como él a ella. El espacio se estaba haciendo cada vez más corto, y fue entonces cuando Ethan se detuvo ¿Qué era lo que estaba haciendo? ¿Por qué parecía que perdía el sentido mientras se imaginaba devorando a Kendall? Cuando Kendall vio que él se detuvo y se aparto, no pudo más que mirar al piso sintiéndose avergonzada, seguramente se alejaba porque amaba a Britney, claro que era eso, pensaba ella. -Quítatela más o menos en una hora-Ethan tomo una vendita y la puso sobre el corte-Si tienes suerte se borrará completamente en un par de días. -Gracias, no tenías que haberlo hecho-Kendall se levantó de la cama y se dirigió a la ventana. -Britney no tenía por qué haberte golpeado-Aseguro Ethan. -¿Tu y ella…? ¿Ustedes son novios? -Kendall soltó la pregunta sin siquiera darse cuenta de que eso violaba las reglas que se han puesto hace solo unas horas. -No-Ethan se tensiono, cosa de la que Kendall se dio cuenta de inmediato-Yo no tengo novias. -Pero tú la amas… -Ella continúo hablando. -No tengo novias, punto final, no soy ese tipo de chicos, no creo en las almas gemelas, en el amor o alguna de esas chorradas, ¿De acuerdo? - Confeso esperando que eso fuera suficiente para que Kendall dejara de husmear. -Claro-Ella lo miro con el ceño fruncido. -¿Quieres volver más tarde? O ¿Estudiamos de una vez? No tengo planes ahora-Ethan la miro mientras desviaba la conversación a un terreno menos incómodo. -Podemos estudiar de inmediato-Kendall se sentó en la alfombra, tomo el libro de historia que él le dio y comenzó la lección a acerca de la antigua Grecia. Sin embargo, su mente estaba muy lejos de allí, la mente de ella estaba en la boca de Ethan que había estado tan cerca de rozar sus labios, y así mismo, en la forma en la que Ethan había cambiado de expresión cuando ella había mencionado la palabra amor, como si fuera un tabú para él, lo que la hacía pensar que Ethan escondía muchas más cosas de las que hacía ver. ¡Y vaya que Ethan Lake estaba lleno de demonios y pasados!
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