Una vez que habían aterrizado en el Aeropuerto de Múnich, Múnich Franz Josef Strauss, Frederick, el chófer de Stefan, los recogió para llevarles hacia la casa del hombre castaño pero Kaia se negó.
Quería ir directamente hacia el hospital para ver a Stefan.
Después de llegar al hospital privado, se dirigieron hacia la habitación donde Stefan reposaba. Al abrir la puerta, se encontró con Federica, sentada a su lado, y a Jürgen que estaba apoyado en la pared.
El hombre moreno le miró sorprendido, ya que no sabía cómo se había enterado aquella mujer. Kaia se acercó a la cama y se puso al lado de ex marido. Le acarició el rostro conteniendo las lágrimas y le besó.
Federica se acercó a su marido y le sonrió después de abrazarle. Hilbert comenzó a preguntar qué era lo que realmente había
