Capítulo 4.

2034 Words
Nathaniel. -jefe, ¿Esta todo en orden? - Pregunta Jules cuando me ve saliendo del ascensor, sin embargo, a mi me parece una tarea casi que imposible responder, así que a cambio le doy un asentimiento de cabeza y continuo con mi camino- jefe, un momento- Jules viene detrás de mí, pero yo no la espero, me siento lo suficientemente entumecido como para hacerlo La vida me parece una cosa extraña en este segundo, y quisiera decir que no le creo a Alessandra, y que pienso que todo esto lo esta haciendo con el único propósito de torturarme, pero después de tantas mentiras, esta no es mas que una de esas que a ella parece que le encantan Supongo que es más fácil creer en una mentira, pero en esta ocasión, me niego a ser un completo estúpido, ella me lo ha dicho mirándome a los ojos, ella me ha asegurado que el bebe es de Adler, que se acostó con él, y que ahora tienen en común mucho mas que solo un mal recuerdo Alessandra me ha mentido en todos los sentidos en que una persona puede mentir, y no debería extrañarme, no debería sentirme tan traicionado, pero lo cierto es que siento como si el mundo se me hubiera caído a pedazos, siento algo difícil de describir, algo que no había alcanzado a sentir ni siquiera cuando mi padre murió Es algo que va muchos mas allá de la rabia, o la tristeza, creo que es decepción Si, justamente eso, decepción porque pensé que ella era diferente, que ella no era como el resto, y que podíamos solucionarlo -¿Qué ha pasado con Alessandra? Intento responderle a Jules, pero siento que no puedo, realmente no puedo, no es que no quiera hablar o que tenga un nudo en la garganta, se trata de que simplemente soy incapaz de emitir una palabra, de repente se me ha olvidado hablar, e incluso siento que he olvidado como respirar -¿Qué le ha dicho?- Jules se acerca a mí, y envuelve sus brazos alrededor de mi torso Yo hago lo mismo y entonces estamos abrazados ahí en la mitad de mi oficina, yo llorando en su hombro, como si fuera un bebe y no un hombre de casi 30 años de edad, definitivamente el mundo se ha puesto de cabeza, y Jules, que es una de las mujeres más menudas que yo he conocido, se acaba de convertir en mi escudo Ella permite que yo derrame lágrimas en su hombro, y le agradezco por eso, por simplemente quedarse ahí y no hacer preguntas, es cierto que Jules me conoce desde hace demasiado tiempo, me he acostumbrado a su rostro, a sus palabras y por como veo las cosas, en este momento ella es la única familia que me queda Jules se ha convertido en lo único a lo que puedo aferrarme en el mundo Mientras sollozo en su hombro, pienso en la ultima vez que alguien me abrazo con tanta fuerza, y pienso sobre todo, cuando fue la ultima vez en que me permití ser tan vulnerable Ahora que cavilo al respecto, creo que nunca había llorado como en este momento después de que me entere que mamá había muerto, yo era muy chico, y ella se había ido demasiado pronto, dejándome prácticamente solo en el mundo, ese día, entendí que la realidad iba a ser siempre mas amarga de la que podría imaginar, ese día entendí que debía estar esperando siempre lo peor, me grabe eso en la mente, y viví con eso como mantra durante la mayor parte de mis años, eso me ayudó a crear una coraza a mi alrededor, una que me hacia casi que invulnerable, no era fácil romperme, o sentirme mal, había pocas cosas que causaban eso en mi Y entonces apareció Alessandra, y lo que era dejo de ser, y la vida tomo un nuevo rumbo y un nuevo sentido, le permití que me hiciera daño, le permití que me hiciera trizas aun cuando me había prometido que eso no podía pasarle a un hombre como yo -Me ha contado la verdad- Yo me separo de Jules, sorbo por la nariz y me siento en el sillón n***o que esta en el ala derecha de mi oficina, Jules me sigue y se sienta a mi lado -¿Le ha dicho todo?- Ella parece confundida, sin embargo se limita a hacer preguntas puntuales mientras frunce el ceño con confusión -Si, Jules, ya lo se todo, se que el bebe es de Adler- Resoplo poniéndome en pie y caminando con las manos en la cadera No me siento capaz de quedarme quieto, eso me deja mucho espacio para pensar, necesito moverme, caminar, entumecerme lo suficiente para no tener que pensar en ella, en Adler, en ese bebe o en sus mentiras -Espere ¿Qué? - Espeta ella -Si, me ha dicho que el bebe es de Adler, y se ha terminado, hoy se ha terminado por completo -¡Esto debe ser un error! -¿Tu lo sabias?- Le pregunto -¿Saber qué? -Que ella se había costado con el malnacido de Adler -No, no lo sabía- Murmura- Pero, ¿No le parece esto muy extraño? -¿A que te refieres, Jules? -Es decir, la noche de la gala, usted la salvo de que precisamente Adler intentara sobrepasarse, ¿No es acaso absurdo que haya hecho todo eso cuando ya se había acostado con él? -No lo sé Jules, ya conoces a Alessandra, un día si, un día no, ella no tiene absolutamente nada claro en su vida, ella es solo una corriente que se mueve hacia donde el viento la dirija -Para mi sigue sin tener sentido, no hay forma en que ese bebe sea de Adler-Asegura -Y si no lo es, ya no es mi problema -¡Por supuesto que es su problema! ¡Ese bebe es suyo! - Exclama -Créeme, Jules, yo también quise que fuera mío -¿Ah sí?- Parece que ella deja de pensar en su teoría con respecto a Alessandra, y entonces me mira con atención -Si…Quiero decir, se que no tengo experiencia en el ámbito de la paternidad, se que probablemente me equivocaría una y mil veces, pero algo dentro de mi quería que ese bebe que Alessandra lleva en su vientre fuera mío, ¿Te lo imaginas? - Me rio cínicamente de mi mismo, y entonces vuelvo a enjuagarme los ojos -Si, realmente puedo imaginarlo -Pero se ha terminado, me niego a ser su marioneta, a que me mienta cada vez que se le de la gana, lo que sea que hubo entre Alessandra y yo ha tocado su fondo esta tarde -¿Cómo lo sabe? -¿A parte de porque se ha acostado con uno de mis enemigos más acérrimos y después me ha mentido al respecto? -Si bueno, aparte de eso -Le he entregado esto- Yo saco la caja de terciopelo que ella ha dejado tirada en la mesa de la cafetería, y se la entrego a Jules -¡¿Que?!- Ella abre los ojos con sorpresa en cuanto ve el diamante brillando- ¿Iba a pedirle que fuera su esposa?- pregunta con real sorpresa -Si, iba. Antes de enterarme de todo este chiste de mal gusto -¡Por Dios!- Jules se lleva una mano a la boca y continua mirando anonadada la joya- ¿Qué le ha dicho ella? -No ha dicho nada, solo se ha marchado como siempre, es una maldita cobarde y por como yo veo las cosas, no va a dejar de serlo nunca -No puedo creer que todo esto este pasando de esta manera- Ella niega y yo suelto un bufido -Créeme, yo tampoco pensé que las cosas serian así, ni en la mas oscura de mis pesadillas llegué a imaginarlo, pero ya ves, ella tiene un bebe de Adler, tiene un buen puesto en esta compañía, y a parte de eso, no pasara un solo día tras las rejas, ¡Que irónica es la vida! ¿No es así? -Eso no significa que ella la este pasando bien, ella también ha estado cargando con una cruz muy grande desde que todo esto exploto -Eso lo dices porque eres muy buena, Jules, pero Alessandra no es así, ella solo se sale con la suya Jules se queda en silencio, y entonces yo volteo a ver su perfil que sigue embelesado con la cajita de terciopelo, veo su nariz respingada, sus ojos alargados, sus pómulos altos, y sus labios delgados Veo todo eso en ella y me pregunto, ¿Por qué es que no la he visto antes? Si bien es cierto que Jules me lleva un par de años, no son lo suficientes como para que yo no pueda verla como a una mujer, ella que es la única que ha estado siempre incondicionalmente conmigo, y es sin embargo a la única a la que yo jamás he visto con otros ojos De repente, y dejándome llevar por un arrebatado impulso que no se de donde ha salido, yo le quito la cajita negra de las manos, dejo que se caiga al suelo, y entonces tomo su mejilla derecha, la hago mirarme y la beso Al principio, ella se muestra confundida e incluso un poco renuente, y debo admitir que se siente raro, y de alguna forma incomodo, sin embargo a medida que nos dejamos llevar y permitimos que nuestras lenguas exploren lugares desconocidos, se siente mejor, reconfortante, y dulce, yo llevo mis manos al cuello de Jules, y ella enreda sus dedos en mi cabello, pienso en ella como en la persona que ha estado siempre conmigo, y antes de caer en cuenta muy bien en que es lo que estoy haciendo, la tomo por la cintura, y la invito a sentarse sobre mi regazo, cosa que ella hace sin pensar ni un segundo, todo marcha bien, confusamente bien, y entonces el sonido del teléfono en mi escritorio nos hace separarnos estrepitosamente -¡Por Dios!- Ella abre los ojos, y me mira como si no pudiera creer lo que estábamos haciendo hace tan solo unos segundos, y tal parece que va a marcharse, hasta que yo la insto a que se quede -No te vayas, dame solo un segundo- Le pido mientras atiendo la llamada -jefe, hay un hombre, Thompson, que pide verlo -Thompson, si- Me llevo dos dedos al puente de la nariz- Dile que me de diez minutos y entonces hazlo seguir -Por supuesto- Me responde la mujer y entonces cuelga la llamada -Jules…-Intento razonar con ella -¡No! No tiene porque decirme nada, esto ha sido un completo error- Asegura entretanto se arregla la falda gris de lápiz que lleva puesta- Nos hemos dejado llevar por las emociones, pero no ha debido pasar, y no volverá a pasar -Yo quería que pasara- Le digo -Pero yo no- Ella me habla con firmeza, sin titubar, y entiendo que esa es una discusión que yo no voy a ganar- Antes que cualquier cosa, usted es mi jefe y yo soy mayor que usted -Cinco años, Jules, eres mayor cinco años, no es como si fueras mi madre -De todas formas, esta Alessandra de por medio -¿Y qué? Si entiendes que ella es la última persona de la que nos deberíamos preocupar, ¿Cierto? -Mire, puede que Alessandra haya cometido demasiados errores, pero el que ella se haya comportado incorrectamente no quiere decir que yo vaya a hacer lo mismo, se que ustedes se aman, y lo siento, pero yo no pretendo ser el plato de segunda mesa…Es que ni siquiera debería estar diciéndole todo esto- Ella rueda los ojos y se dirige en dirección a la salida de la oficina -¡Jules!- La llamo -¿Qué pasa? -Llévate esto, haz lo que quieras con eso- Yo le extiendo el anillo de compromiso y ella se acerca a mi para recibirlo -¿Está seguro de que quiere que me lo lleve? -Por supuesto que si- Frunzo los labios Ella me mira fijamente por unos segundos más, cierra la mano en la que lleva el anillo, y me da un beso en la mejilla -Yo sé que algún día será un padre excepcional- Me dice tras darme ese beso que a mi me ha resultado como el mas sincero en mucho tiempo -Gracias Jules- Le sonrió, igual a como ella ha hecho desde siempre.      
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