Nathaniel.
-Thompson…- Lo saludo sin demasiado entusiasmo mientras el hombre entra en mi oficina, esa que ahora se siente jodidamente extraña, como si el espacio se hubiera recompuesto en las últimas horas
-Nathaniel, siempre es un gusto verte- el me extiende la mano derecha y yo la estrecho, pero aunque me gustaría decir lo mismo, no es posible, Thompson es como el ave de mal agüero que me ronda la vida justo cuando mas desordenada la siento, tal parece que se ha convertido en el mensajero de papá, que viene con el único propósito de dar su estocada final y terminar de acabar conmigo
Aunque para ser sincero… Alessandra ya se ha a encargado de eso por completo
-Ha llegado el momento- Él se sienta en la silla frente a mi escritorio, y pone un portafolio de cuero color n***o sobre el mismo, yo lo miro con el ceño fruncido, tratando de entender su actitud
-¿De qué está hablando?
Thompson, termina de acomodarse, saca sus gafas trasparentes del bolsillo de su abrigo, y se las pone mientras comienza a sacar una carpeta en específico de su maletín
-De la ultima clausula estipulada por su padre- Yo me quedo de piedra, con todos los acontecimientos recientes realmente había olvidado eso, había olvidado que ya falta poco para que la junta directiva estipule si cumplo con el testamento de papá, básicamente, de que esos bastardos decidan si soy lo suficientemente responsable como para heredar la fortuna Brown
Aunque en realidad nunca he podido entender cual es el meollo en todo este asunto, son negocios, son libros, es decir, no pienso hacer ninguna otra estupidez, ya he hecho las suficiente y he dejado que la personas a mi alrededor las hagan tambien por mí, he aprendido la lección y estoy tratando de enmendar todas aquellas veces en que me equivoque en el pasado
Porque ciertamente ya no soy ese estudiante ebrio, que protagonizo una escena en un burdel a dos cuadras de la universidad, no soy ese que apareció intoxicado en la primera plana de todos los periódicos locales
Estoy muy lejos de eso porque he tenido que aprender a madurar a los golpes
Comprendo la responsabilidad, pero no se porque presiento, que detrás de todas estas condiciones, de esta junta directiva que parece el centro de la decadencia, de las miradas, de las risas y los whiskys, hay mucho más que simplemente letras, es como si ocultaran algo, pero no alcanzo a ver muy que
-Lo escucho- Lo insto a hablar
-Como ya le había mencionado anteriormente, las condiciones para que pudiera tener pleno acceso a la herencia de su padre y por ende a las responsabilidades empresariales son las siguientes
-Se cuales son, Thompson, he tenido que vivir con ellas metidas en la cabeza los últimos meses, saltemos al punto importante
-Lo siento, su padre quiso que hiciera énfasis en ellas en cada una de nuestras reuniones- Hace una mueca y yo suelto un bufido
-Estamento numero 1. Usted, Nathaniel Brown deberá demostrar la suficiente responsabilidad ante la junta directiva, esto indica que su comportamiento debe ser intachable durante su periodo de prueba, nada de escándalos, de mujeres en su oficina, de drogas…- Continúa hablando
Sin embargo mis ojos se desvían rápidamente al sofá a un costado de mi oficina, y se queda sumergido en la imagen de Jules, allí conmigo, parece como si lo estuviera viendo todo en cámara lenta, como si se tratara de una película y no de mi memoria acechándome, realmente no se como describir ese momento en que ella estuvo sentada a horcajadas sobre mi y yo tuve el placer de rozar sus labios
De alguna forma, Jules siempre había estado prohibida para mí, ella estaba fuera de mi alcance, siempre había sido la chica bonita y mayor que había trabajado para papá, pero sentirla como a una mujer incluso aunque fuera solo por unos segundos fue exquisito, como algo que no sabia que necesitaba, sus curvas juntos a mi cuerpo, sus manos en mi nuca, toda ella contra mi fue algo sin precedente, y se que ella lo sintió de igual manera
Pero también se que esa preciosa Jules a la que yo he acariciado hoy, es lo suficientemente fiel y leal como para hacerle daño a su amiga, después de todo esa es una de las cosas que tanto admire siempre en ella, esa capacidad que tiene para no torcerse, para caminar siempre por el camino correcto incluso aunque sus mas oscuros y fervientes deseos le indiquen lo contrario, lo que me lleva a una inquietud
Quisiera saber, realmente anhelaría que ella me dijera, si acaso ella había imaginado ese momento en alguna otra ocasión en su vida, quizá cuando fantasea sobre su escritorio porque el trabajo se ha vuelto lo suficientemente aburrido, tal vez cuando se va a dormir y se imagina como seria no tener que acostarse a solas, si no con alguien mas
Conmigo quizá
Lo que me lleva a una única conclusión, Jules y yo nos debemos una conversación, una sincera y que consiga aclarar todo lo que acaba de pasar, porque me niego a creer que se trato de un simple impulso, porque no, ella no es así, ella es premeditada, y organizada, Jules no es una mujer de impulsos, ella es alguien de planes, y me intriga saber, si de pronto, yo he estado en esos planes en alguna ocasión
Justo ahora, con todo dando vueltas en mi cabeza, con los labios de Jules en mi mente y las mentiras de Alessandra clavadas en el pecho, siento que tal vez y solo tal vez el error ha sido siempre mío por mirar hacia donde no es, por escoger la incertidumbre, y los engaños, por haber mirado a Alessandra y no ha Jules que ha estado siempre ahí
-Para terminar y como ultima condición de su padre para finiquitar con lo correspondiente a su herencia, tenemos el estamento número 5, según el cual usted, el beneficiario de dicho testamento, ha de contraer nupcias en un plazo no mayor a seis meses- Suelta de repente Thompson y yo siento que lo he escuchado ha sido un puto chiste y no la ultima clausula
-Espera ¿Qué? - Pregunto centrando mi atención nuevamente en la lectura
-Si, tal y como la ha escuchado, el último deseo y condición de su padre es que usted se case en menos de seis meses
-¡j***r que era un malnacido!- Espeto con frustración
-¿Hay algún problema?
-¡¿Qué si hay algún problema?! Maldición Thompson, estamos en el siglo 21, no soy una aspirante a monarca del siglo 15, ¿Que estupidez es esa?
-Es lo que su padre quería
-Si, el quería muchas cosas estúpidas, pero esto es la gota que derramo el vaso, ¡Es increíble! - Suspiro, me levanto del asiento y comienzo a caminar alrededor de la oficina-No voy a casarme, mucho menos en seis meses
-De ser así no podría acceder a la herencia
-¡Al diablo la puta herencia! No voy a montar circo, maroma y teatro para algo que claramente no quiero hacer, ¿Qué se supone que deba hacer? ¿Compara a una mujer para casarme con ella?
-Siempre podría conseguir una de la manera tradicional- Suelta con desdén, casi que burlándose de mi
-No voy a cometer semejante locura, detesto las instituciones religiosas, no pretendo hacer parte de algo tan cínico como esto
-Se me olvidaba una cosa mas
-¿Enserio hay más?- Inquiero con arrogancia
-No puede separarse en por lo menos un año, de durar menos el matrimonio, entonces sus bienes se congelarían instantáneamente, su matrimonio será supervisado por una psicóloga de parejas que rendirá informe a la junta directiva a un tribunal que velara porque usted este actuando correctamente
-¡Perfecto! O sea que descartado lo de la actriz porno
-Esto es en serio, Nathaniel
-No lo parece, parece un chiste, ¡Papá siempre jodiendome la vida! Ni siquiera después de muerto pudo dejarme en paz- Suelto un bufido y vuelvo nuevamente a mi silla- ¿No hay nada que puedo hacer al respecto?
-Ya sabes como es esto, y como son las personas detrás de esto- Sentencia
-Si, si, ya lo se
-Bien Nathaniel, supongo que nos veremos para la boda- Intenta ser gracioso sin embargo, yo le dirijo una rápida mirada y el se torna serio nuevamente
-Hasta luego, Thompson- El hombre se levanta de la silla y sale de mi oficina mientras me deja ahí mas perplejo que nunca
De inmediato, tomo mi teléfono, y le hago una llamada a la única persona que creo que podría ayudarme en esta situación
-¿Puedo ir a verte?- Pregunto en cuanto ella me contesta al teléfono
-Por supuesto, ¿Sucede algo?
-Ya lo hablaremos en persona- Yo cuelgo, y entonces tomo el blazer de mi traje, y salgo de la oficina, poniéndole llave a la puerta, tal cual a como hago desde que Alessandra volvió aquí y yo deje de confiar en ella
Camino por el pasillo hasta llegar a donde Jules quien parece ponerse como un tomate justo cuando yo me acerco a su puesto de trabajo
-Tengo que salir, Jules, no sé si vuelva hoy, de ser así, entonces nos vemos mañana
-Por supuesto, jefe- Dice haciendo énfasis en la última palabra- ¿Está todo bien?
-Espero que lo esté- Aseguro, dedicándole una sonrisa que ella imita con timidez- ¿Alessandra ha llegado ya?
Ella de repente cambia de semblante y me mira de manera profesional
-No, no ha llegado aun, ¿Quiere que la localice?
-No, déjala que se tome su tiempo- Le digo y ella asiente
-Por supuesto
-Nos vemos después, Jules, creo que aun hay mucho de lo que debemos hablar- Ella me mira impasible, y entonces yo me acerco y le doy un beso en la mejilla
-Eso puede esperar- Responde aclarándose la garganta
Sin darle muchas vueltas al asunto, yo me alejo de ella y entro en el elevador, esos pocos segundos en que estoy dentro esperando llegar al parqueadero interno, pienso en esa cláusula, en la condición, y en lo jodido que quería verme mi padre como para hacerme algo semejante
Y debo buscar una forma de solucionar todo esto sin perder la cabeza en el intento, debo moverme y actuar y demostrarles a todos aquellos bastardos que no me voy a dejar de ellos
Una vez en el parqueadero entro en el auto y piso el acelerador a todo dar, no doy tregua y aprovecho la autopista y los pocos semáforos hasta estar frente al edifico de ella
Toco el timbre y ella me abre desde su departamento, subo las escaleras hasta estar frente a su puerta en donde ella ya me espera
-Pensé que nunca mas volverla a verte- Suelta coquetamente mientras eleva una ceja
-También pensé lo mismo, pero henos aquí- Le digo- ¿Puedo pasar?
-Por supuesto que si- Ella abre por completo la puerta y yo paso a un lado suyo mientras siento de inmediato ese característico aroma a Chanel numero 5- Ahora si dime, ¿Para que soy buena? - inquiere moviéndose en mi dirección
Ella lleva puesta una levantadora de seda color rosa pálido, y una bata a juego, sus piernas están mayormente al descubierto y sus pezones resaltan a través de la delicada tela
-Necesito que te cases conmigo
Ella simplemente se burla, y entonces cuando ve que yo me quedo tan imperturbable a como cuando he llegado, abre los ojos con sorpresa e incluso algo de preocupación
-¿Estas hablando en serio?
-Por supuesto que sí, Luciana, necesito que seas mi esposa por lo menos por un año
-¡Pero qué demonios, ¿Acaso te has vuelto loco?!
-¿Vas a casarte conmigo o no?
-¿Qué gano yo a cambio?- Pregunta llevándose una fresa que ha sacado de la nevera a la boca
-Dime lo que quieras y lo tendrás- Luciana sonríe, y ya tengo mi respuesta
Después de todo, voy a tener que pedirle el anillo de vuelta a Jules.