Tengo rato haciéndome la dormida, pero la verdad es que yo tampoco puedo conciliar el sueño. Me volteo de frente hacia él, y sigue boca arriba mirando el techo, se levanta para ir al baño y yo aprovecho de subir la sabana y dejar mis piernas descubiertas al igual que el escote de mi blusa. Vuelve acostarse y lo escucho suspirar, abro lentamente los ojos y me está viendo fijamente. —¿Qué pasa que no te duermes JuanPa?— —Nada, solo que no tengo sueño, porque no te tapas, te vas a resfriar—. Sonrío y me dejo llevar por mis impulsos, ¡al diablo la cordura! me levanto y me recuesto sobre él diciéndole. —Yo sé lo que te pasa talentoso productor, vamos déjate llevar y disfrutemos esta noche— no lo dejo responder y comienzo a besarlo con mucha pasión, succionando sus labios lentamente. Un ge