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Marco.
—Entonces... ¿quieres pasar el resto de tu vida con este monumento italiano de buenos modales y genes fantásticos? –digo y ella ríe pero termina asintiendo.
—Sí, si quiero pasar el resto de mi vida contigo, Marco Bianchi.
Beso sus labios de nuevo y les juro que me siento tan feliz que tengo miedo que de un momento a otro todo explote en una lluvia colorida.
La puerta se abre de repente y Nicolette aparece con una expresión de angustia, luego la cambia cuando Khatia se gira para verla.
—Menos mal estas vestida, yo quería asegurarme de que estuvieran bien y vengo a robarme a Khatia un rato.
Ella se levanta y yo me trato de levantar también pero me lo impide.
—No te levantes Marco Bianchi, tienes que recuperarte rápido. –me reprende.
—Giovanni te esta esperand
