Punto de vista de Atlas —————————————————— Elena era una maldita víbora. Lo había sido desde el primer momento que la conocí, y con los años, no había hecho más que perfeccionar su veneno. Sabía lo importante que era Lilith para mí, sabía que estaba jugando con fuego al meterse en este tema, pero no retrocedería. Tenía la intención de aplastarla como el maldito insecto que era, hasta que... —Sabes, Atlas —dijo Elena, con su tono de voz cargado de falsa dulzura mientras sacaba una carpeta de su bolso—, lo interesante de tu nueva esposa es que tiene secretos más grandes de los que imaginas. Mi mirada se afiló. Sabía que estaba intentando provocarme, pero no podía evitar que mi curiosidad se despertara. No le respondí, no quería darle la satisfacción de saber que estaba logrando atraparme