Punto de vista de Lilith
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El aire en el lobby del hotel estaba cargado de un lujo opulento que me resultaba asfixiante. Las lámparas de cristal brillaban con una intensidad que solo acentuaba mi incomodidad, y el murmullo de los pocos huéspedes presentes apenas era audible sobre el suave sonido de un piano que tocaba en algún lugar cercano.
Caminé hacia el ascensor, intentando aparentar calma, aunque por dentro estaba en un torbellino de emociones. Cada paso era una batalla contra mi instinto de dar la vuelta y huir, pero no podía darme ese lujo. Rowan dependía de mí.
El ascensor se detuvo en el piso indicado, y las puertas se abrieron con un suave "ding". Frente a mí estaba la suite que Damián había reservado, con su puerta entreabierta, como si me estuviera invitand
