Sila me maquilla un poco y me coloca el hiyab, ella dijo que me hará una pintura con hiyab y otra sin el.
Después de posar para la pintura por varias horas me duele la espalda, esto es realmente cansado, y no soy yo la que pinta. Sila tiene una paciencia y talento increíble, ella se ve tan hermosa y concentrada.
Me pica la barbilla, quiero rascarme. Solo me moveré un po...
—¡Daelia, no te muevas!
—Lo siento, Sila.
—Llevamos tres horas y tengo el boceto, te daré un descanso, vamos a almorzar y después continuaremos.
—Está bien, vamos.
Antes de salir busco mi celular, más tarde recuerdo que lo deje en mi habitación.
—Te veré en la mesa, Sila. Iré por mi celular a mi habitación.
—Está bien, no tardes.
Me dirijo a mi habitación, subo por las escaleras, antes de llegar me encuentro
