De camino a casa mamá no deja de darme unas regañinas sobre lo incorrecto que es saltarse comidas, me pide que le diga todo, incluyendo si me siento mal o alguien me molesta. Yo le digo que lo haré, pero en realidad es otra más de mis mentiras. El camino a casa se me antoja muy oscuro. — ¿Qué hora es? —pregunto. —Casi las ocho de la noche. — ¡Caramba! ¿Las ocho? ¿Pues cuánto tiempo me fui? — Estuviste dormida todo el tiempo que tarde en llegar del trabajo a tu instituto, como dos horas. El tráfico fue brutal por alguna razón. —Ya veo… Se me ha ido el día por completo. —No pasa nada. Por ahora solo cena, toma un buen baño y a la cama, ¿entendido? —Entendido. Esa noche cenamos burritos, mama prepara la carne y yo le ayudo a enrollarlos y meterlos al horno para que se doren un poco
Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books