Juego de Amor

Prólogo Su hermana entra en la habitación, encuentra a Kristel mirando la foto de Damián, quitándole la foto le dice. Samantha y Kristel son buenas hermanas, entre ellas no se guardan secretos. Samantha es mayor que Kristel por cinco años. —¡Ay sí! —dijo emocionada —. Viendo la foto de tu enamorado —Le dijo con una sonrisa picarona. Kristel le quitó la foto de mala manera, diciéndole. —Ay ya, dámela. —Dile que lo quieres, habla con él, que sepa que él te gusta —Le aconsejó su hermana mientras se acomodaba en la cama de Kristel. Kristel abre sus ojos como platos. —¡¿Qué?! Estás loca —Exclamó ella. Con solo pensarlo se puso roja, sintió su cara caliente de la pena. (*) Al día siguiente, ella se levantó con el ruido del despertador, tomó su celular, quitó el ruido, se retiró el edredón de encima, y se puso de pie. Se dio una rica ducha, al salir se enrolló con la toalla, se puso frente al espejo y cogió la pasta dental. Al finalizar salió del baño, y caminó hacia su closet. Se paró frente al espejo para revisar que la falda negra con tablones y encaje en el dobladillo estuvieran en su lugar. Comprobó que sus botines de tacón rojo estuvieran limpios, mientras terminaba de abotonar la blusa blanca. Se puso la corbata roja con líneas negras para terminar de vestirse. Verificó que su uniforme luciera increíble al dar la media vuelta, volteando a ver su reflejo que le mostraba su espalda. —Hija, el desayuno ya está listo —Le tocó la puerta su mamá —. Apúrate para que no se enfríe —Le dijo Alexa con voz dulce. —Ya voy mami, ya casi estoy lista —Le respondió la hija desde el otro lado de la puerta, terminando de dar los últimos retoques en el cabello y lo empieza a cepillar. Como todas las mañanas, Kristel se pone nerviosa al ir al colegio, ya que ahí está él, Damián Balderrama, el chico que le ha gustado desde que lo vio hace dos años. Kristel salió de su recámara, bajo y se encontró con sus padres y hermanos en el comedor. Los saludó y a su papá le dio un beso en la mejilla. —Buenos días, papi —Saludó alegre. —Buenos días, tesoro. Mary trajo el desayuno de Kristel, y ella le agradeció con una gentil sonrisa. Comenzó a desayunar sus ricos hotcakes. —Al parecer hoy va a llover —Comentó su hermana Samantha. —Es verdad —Le dio la razón Mauricio. —Está muy nublado, amo este clima —Mencionó Kristel mirando por la ventana. Estaban a principios de octubre, era el mes más lluvioso en Guadalajara. La familia Escalante tomaba su almuerzo con tranquilidad, mientras conversaban y reían, era una familia muy unida, se amaban y se cuidaban, nunca han tenido discusiones ni peleas. Kristel terminó de desayunar, y se despidió de su familia con un beso en la mejilla. Salió de casa y se dirigió a su auto BMW serie 2 coupé 2022, color rojo. Al llegar al instituto Americano, se encontró con su mejor amiga Celeste, que afortunadamente se encontraban juntas en el mismo colegio, son amigas desde pequeñas. —¡Amiga! —Exclamó Celeste en cuanto vio a su amiga, casi hermana. Se dieron un cariñoso abrazo. Al separarse, Kristel miró pasar a Damián con sus amigos con los que iba charlando y riendo, al verlo, le brillaron sus bellos ojos verdes esmeralda. Celeste, al ver cómo le brillaban los ojos a su amiga, cada que veía a Damián, se rio mientras ladea la cabeza para ambos lados. —Se nota que te encanta ese chico, debes disimular un poco —Le dijo riéndose cuando la observaba. Kristel se puso rojiza, y le dio un manotazo en el brazo izquierdo. —Ay ya, mejor cállate y vamos al aula —Se fueron al salón de clases, al llegar se encontraron a Damián y a sus amigos afuera del salón. Luego de pedir el paso amablemente, entraron y se acomodaron en sus cubículos. Osvaldo, amigo de Damián, se dio cuenta de la forma en la que Kristel miró a su amigo, le dio un codazo a Damián para llamar su atención, él, al sentir a su amigo, volteó para ver qué es lo que quería. —Tienes a Kristel loca por ti, se nota que le gustas —Le dijo riendo con burla. Damián frunció el entrecejo. —Estás loco —Le respondió riéndose de su absurda idea, Damián la miró y sintió como ella se ruborizó, supo que su amigo no mentía, pero no quería creerlo, no quería sentir nada por nadie, así estaba a gusto, sin ningún compromiso. Se hizo el desentendido, pero su amigo insistió. —Te apuesto seis mil pesos —Soltó él —. Vamos, bro, ¿acaso tienes miedo de que ella te rechace? —Se burló. Damián puso los ojos en blanco fastidiado. (*) Osvaldo no había dejado de mirar a Kristel, desde que ingresó al salón. Dirigió su mirada a su amigo, dedicándole una mirada burlona. —Es bonita bro, dejaría a cualquiera sin aliento —Insistía Osvaldo con gesto de burla. —Ya basta, dije que no —Contestó molesto —. Mejor vamos a revisar las ecuaciones —le dijo levantándose de su lugar para dirigirse al profesor. Nathaniel al ver que Kristel seguía ahí, la miró con seriedad y le preguntó. —¿Ya terminaste los ejercicios? —No. Le dedica una ligera sonrisa a Nathaniel. (*) Kristel caminó a su auto, pero de la nada salió un perro, ella se quedó quieta, el animal le gruñia. Cuando el perro se le iba a lanzar encima, apareció Damián, la salvó jalándola con brusquedad a su lado, corrieron a su auto deportivo Audi R8 color negro. —¿Estás bien? —Preguntó preocupado mirándola a los ojos. —Si gracias, estoy bien —Le contestó con la voz entrecortada. Sus respiraciones estaban agitadas, por la corrida que habían echado. Damián, al estar un poco relajado, le pidió amablemente la dirección de su casa. Ella se la dio, tartamudeando un poco, mirando sus manos. Ella después de escuchar que soltó una ligera risa, dejó salir una pequeña sonrisa. Cruzaron sus miradas y los dos sonríen levemente. En el camino a la casa de ella hay un profundo silencio. Kristel se sentía nerviosa, le sudaban las manos y estaba ruborizada, trataba de no volver a mirarlo, ya que no sabe cómo actuar teniéndolo tan cerca de ella, era una sensación tan embriagadora. ¿Será que entre Damián y Kristel surgirá un hermoso amor que nada, ni nadie, podrá separar?