La caja roja

1749 Words
Capítulo 1 Kristel se encontraba en su habitación alistándose para ir al colegio. Se paró frente al espejo para revisar que la falda negra con tablones y encaje en el dobladillo estuvieran en su lugar. Comprobó que sus botines de tacón rojo estuvieran limpios, mientras terminaba de abotonar la blusa blanca. Se puso la corbata roja con líneas negras para terminar de vestirse. Verificó que su uniforme lucía increíble al dar la media vuelta, volteando a ver su reflejo que le mostraba su espalda. —Hija, el desayuno ya está listo —Le tocó la puerta su mamá —. Apúrate para que no se enfríe —Le dijo Alexa con voz dulce. —Ya voy mami, ya casi estoy lista —Le respondió la hija desde el otro lado de la puerta, terminando de dar los últimos retoques en el cabello y lo empieza a cepillar. Kristel sale de su recámara, baja y se encuentra con sus padres y hermanos en el comedor. Los saluda y a su papá le da un beso en la mejilla. —Buenos días, papi —saluda alegre. —Buenos días, tesoro —le contesta el papá con un bello gesto en los labios. Kristel, le corresponde el gesto a su padre, mientras toma asiento en el comedor. Mary trae el desayuno de Kristel, ella le da las gracias con una gentil sonrisa. Comienza a desayunar sus ricos hotcakes. —Al parecer que hoy va a llover —comenta su hermana Samantha. —Es verdad —le da la razón Mauricio. Mirando por el ventanal. —Está muy nublado, amo este clima —dijo Kristel mirando por la ventana. Están en el mes de octubre, en este mes va a ver muchos días de lluvia. Guadalajara está esperando un promedio de quince a veintidós días de lluvia. La familia Escalante tomaban su almuerzo con tranquilidad, mientras conversaban y reían, es una familia muy unida, se aman y se cuidan, nunca han tenido discusiones ni peleas. Kristel terminó de desayunar, y se despidió de su familia con un beso en la mejilla. Salió de casa y se dirigió a su auto BMW serie 2 coupé 2022, color rojo. Al llegar al instituto Americano, se encontró con su mejor amiga Celeste, que afortunadamente se encontraban juntas en el mismo colegio, son amigas desde pequeñas. —¡Amiga! —Exclamó Celeste en cuanto vio a su amiga, casi hermana. Se dieron un cariñoso abrazo. Al separarse, Kristel miró pasar a Damián con sus amigos con los que iba charlando y riendo, al verlo, le brillaron sus bellos ojos verdes esmeralda. Celeste, al ver cómo le brillaban los ojos a su amiga, cada que veía a Damián, se rio mientras ladea la cabeza para ambos lados. —Se nota que te encanta ese chico, debes disimular un poco —Le dijo riéndose cuando la observaba. Kristel se puso rojiza, y le dio un manotazo en el brazo izquierdo. —Ay ya, mejor cállate y vamos al aula —Se fueron al salón de clases, al llegar se encontraron a Damián y a sus amigos afuera del salón. Luego de pedir el paso amablemente, entraron y se acomodaron en sus cubículos. A Kristel le gusta Damián, desde que lo vio el primer día de clases cuando entraron a primero de preparatoria, desde ese día, quedo flechada, pero Damián ni la voltea a ver. Damián es el chico más popular de la escuela, un joven atractivo, inteligente, seductor, creía estar enamorado de su exnovia Marion, pero descubrió que no fue así, le atraía, la pasaban bien en la cama, pero con el paso del tiempo ya no se sentía a gusto en esa relación, ya que ella se volvió muy tóxica, lo celaba por todo. Después de esa relación, ya no quiso tener novia, puesto que se dio cuenta de que estaba mejor así, sin ningún compromiso. Osvaldo, amigo de Damián, se dio cuenta de la forma en la que Kristel miró a su amigo, le dio un codazo a Damián para llamar su atención, él, al sentir a su amigo, volteó para ver qué es lo que quería. —Tienes a Kristel loca por ti, se nota que le gustas —Le dijo riendo con burla. Damián frunció el entrecejo. —Estás loco —Le respondió riéndose de su absurda idea, Damián la miró y sintió como ella se ruborizó, supo que su amigo no mentía, pero no quería creerlo, no quería sentir nada por nadie, así estaba a gusto, sin ningún compromiso. Se hizo el desentendido, pero su amigo insistió. —Te apuesto seis mil pesos —Soltó él. —¡No bro! Estás loco —Se negó de inmediato —. Es una burla, no haré eso, aparte no es mi tipo. Sonó el timbre para la clase de cálculo y mientras iban para el salón, su amigo siguió insistiendo entre burlas y risas. Damián le volvió a decir que no con seriedad, ya que no le causa nada de gracia su propuesta. Al entrar al aula, saludaron a sus demás amigos, cada uno se sentó en su respectivo puesto y siguieron charlando amistosamente. Al llegar el profesor Nathaniel, dio los buenos días, los alumnos respondieron a su saludo amablemente. El profe se acomodó, sacó papeles de su portafolio, y los acomodó en el escritorio, ya que está por tomar lista llama a sus alumnos para que le pongan atención. —Jóvenes, voy a tomar lista, el que no responda a su nombre a mi segundo llamado tendrá falta. —¡Si profe! Empezó a tomar lista y todos contestaron a su primer llamado, no fue necesario que él repitiera el nombre de los chicos. Al finalizar con la lista, comenzó a explicar el tema que estaban viendo que era Parábola. En matemáticas, una parábola era la sección cónica de excentricidad igual uno punto uno, resultante de cortar un cono recto con un plano cuyo ángulo de inclinación respecto al eje de revolución del cono es igual al presentado por su generatriz. El plano resultará, por lo tanto, paralelo a dicha recta. Explicaba las ecuaciones con tranquilidad, disfrutando lo que le gustaba hacer. —Es simple, chicos… —Nathaniel al ver que algunos alumnos no estaban prestando atención, los miro con seriedad y les dijo —Pongan atención, por favor, por estar platicando, no entienden, y luego se quejan de que no saben cómo hacer los ejercicios. Se volteó y volvió a explicar. Los muchachos voltearon al pizarrón y pusieron toda su atención a lo que el profe les estaba explicando. —Voy de nuevo —Comenzó a decir —. Las ecuaciones se comienzan así… —Les explicaba, mientras iba haciendo los ejercicios, explicando las ecuaciones y fórmulas mientras anotaba en el pizarrón —. En esta ecuación, el vértice de la parábola es el punto H, da la coordenada en X del vértice. Terminó de explicar, y todos se pusieron sus auriculares. Kristel se quitó los audífonos, se levantó y se dirigió al profesor, él al verla le preguntó que si todo está bien. —¿Todo bien? —Inquirió con amabilidad. —Sí, solo vengo a decirte que quiero ir al baño —Le dijo bajito. —Claro, ve. Salió del salón y se dirigió a los baños. Cuando ella estaba regresando a su aula, la paró una chica pelirroja de primero, que venía sosteniendo una caja cuadrada roja. —Hola, disculpa, ¿de casualidad no sabes en qué salón está el profe Nathaniel? —Sí, está en mi salón —Le informa. La chica suelta un suspiro de alivio. —Ay que bueno —Le dio la caja diciéndole —. Es para él, dásela por favor, yo tengo que ir al tocador. Kristel, asintió y la muchacha le agradeció con una sonrisa. Regresó al aula, y al entrar, caminó hacia el profesor. En cuanto Nathaniel vio la caja, puso cara de como preguntándose, ¿qué haces tú con esa caja? La caja contienen las invitaciones para la fiesta sorpresa de Kristel, que será en unos días. —Una chica de primero me pidió que te le diera —Le dijo poniéndola en el escritorio. —Gracias —Le agradeció con gentileza. Kristel visualizaba la caja con mucha curiosidad. Osvaldo no dejaba de mírala y luego dirigió su mirada a su amigo, dedicándole una sonrisa burlona. —Vamos, bro, ¿acaso tienes miedo de que ella te rechace? Suelta burlón. Damián pone los ojos en blanco fastidiado. —Es bonita bro, dejaría a cualquiera sin aliento —insiste Osvaldo con gesto de burla. —Ya basta, ya dije que no y ya deja ese tema por la paz —Contestó molesto—. Mejor vamos a revisar las ecuaciones —Le dijo levantándose de su lugar para dirigirse al profesor Nathaniel. Estando los dos con el profe, escucharon a Kristel suplicándole que le mostrará lo que había en la caja. —¡Ay ya! Dime que hay en esa caja — suplicaba como niña pequeña. —No seas curiosa, no te diré Kristel hizo pucheros de niña chiquita. Nathaniel se rio por su actitud, la quiere mucho como a una hermana, siempre está para ella, igual que su mejor amigo Mauricio, hermano de Kristel. —Ya, deja de comportarte como una chiquilla, y deja pasar a Damián —En cuanto escuchó el nombre de Damián y saber que estaba detrás de ella, se comenzó a poner nerviosa, sentía que le sudaban las manos, y sentía sus mejillas rojas. Se hizo a un lado para darle paso, y Nathaniel comenzó a revisarle los ejercicios. Damián la veía de reojo, la visualizaba a detalle, ya que nunca se había fijado en ella. Ella al sentir la mirada de Damián, le sonrió tímidamente. Damián sentía algo, como nervios dentro de él, al sentir eso, ignoró aquel sentimiento raro que surgió de él, ver a Kristel sonreír. Regresó su atención al profesor. Osvaldo observaba la escena con una ligera sonrisa burlesca. Nathaniel al ver que Kristel seguía ahí, la miró con seriedad y le preguntó. —¿Ya terminaste los ejercicios? —No. Le dedicó una leve sonrisa a Nathaniel. —Ve y termina —Le pidió gentilmente. Kristel regresó a su lugar y tomó los auriculares, y comenzó a hacer los ejercicios. Al sonar el timbre, Kristel cerró el cuaderno, tomó su lápiz, se levantó y salió del aula de prisa, al ver que Damián y sus amigos se estaban acercando a donde ella estaba.
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