Hola Bonita

CAPÍTULO 1 OBSEQUIO Odiaba ser la más insignificante de las chicas de mi colegio, mi vida en la adolescencia fue muy difícil, ni siquiera había dado mi primer beso a mis 18 años, mis amigas ya lo habían hecho, inclusive ya tenían experiencias que yo ni siquiera imaginaba. Mi abuela Juana, falleció justo en mi cumpleaños número 18, este año cumpliría mis 20 años, ya ingrese a la universidad, iba en el segundo año de marketing. Tenía pocas amigas, y ni un solo amigo. Bueno, hubiese sido algo perfecto contar con un amigo, pero no, simplemente los hombres no se me daban. Podría decirse que fea fea, no soy, pero tal vez mi aura emane algo negativo, o posea un repelente de hombres. Mi cumpleaños número 20. Si pudiera pedir un deseo... No lo sé, aun no lo decido. Sofía, es mi mejor amiga de infancia, ella era lo opuesto a mi, era bonita, alta, de piel tan delicada, pelirroja, ojos cafés. Yo soy bajita, demasiado delgada, mi cabello es bonito, tengo el pelo lacio de color castaño, los granos no me dejaban en paz. ¡Ni hablar de superar la adolescencia! ¿O qué es lo que le pasa a mi estúpido y feo cuerpo? Ni siquiera soy la mejor en clase, así al menos me hablarían para pedirme resúmenes, pero bueno eso me tocó vivir. Sofía siempre me invitaba a salir, pero de verdad yo no quería, llegue a ir en una ocasión y simplemente me senté a beber coca cola en un puff. Mi cumpleaños número 20. Si pudiera pedir un deseo... No lo sé, aun no lo decido. -Suena mi teléfono celular- ¡Hola amiga! Esta noche debemos de festejar la previa de tu cumpleaños, iremos a un boliche (antro, disco) muy divertido. No puedes decirme que no iras. Te tengo una sorpresa, a la que no podrás negarte. –Era la voz de Sofía, muy emocionada- De acuerdo, iré solamente porque tú me invitas, ya sabes que no soy muy fanática de asistir a esos lugares- le respondí no muy feliz- Perfecto Sara, pasaré por ti a las 10 pm, ese es el mejor horario para salir, nos vemos. –cortó la llamada- Nos vem… nos vemos –Para cuando termine la frase, Sofía había colgado- Hubiese sido perfecto si mi abuela estuviera conmigo, ella era la única persona que me trataba con amor. Mi madre trabajaba todo el día, asique no la culpo por no ser muy demostrativa afectivamente. Yo amaba el dinero, en secreto mi habitación guardaba un vestido Chanel que había comprado en una tienda de rebajas, era de color rojo, ajustado al cuerpo, talle 36, como para una mujer de medidas perfectas. --Algún día me lo pondré, ese era uno de mis sueños. Uno de mis tantos sueños. --Sara, ya baja a comer, prepare pollo asado con ensalada de papas como a ti te gusta. –era la voz de mi madre- Quería camarones, langosta, sushi, pero no. Otra vez era pollo asado con alguna ensalada. Odiaba esta vida, mi madre trabajaba como secretaria todo el día, y yo iba a la universidad por las noches, no conseguía trabajo porque para la carrera que elegí casi no tenía experiencia, y mi apariencia no me ayudaba mucho. La cena estuvo fenomenal mamá, gracias. –Abrace a mi madre- Hija, tu mereces lo mejor de este mundo, la vida te premiará hija, tienes que luchar y ser feliz por sobre cualquier cosa. –Lágrimas cayeron y empaparon su rostro- --Lo se mamá, algún día lo conseguiré- la abrace fuerte- Bueno, creo que ya nos pusimos lo suficientemente sensibles mamá. Esta noche saldré con Sofia, no me esperes temprano. –Salí corriendo, oí la bocina del auto de Sofia.- Diviértete hija. –Mi madre estaba aún más feliz que yo- Esta noche, será inolvidable amiga, me encargare de que pases la mejor de las noches, deja todo a mi cargo, yo seré la anfitriona perfecta. Seré como tu hada madrina, solamente que no haré que regreses a casa a media noche, esta vez dejaremos que el sol nos indique el momento de parar. –Sofia estaba ansiosa- De acuerdo, pero sabes que no bailo, o cosas por el estilo. –Me puse una falda holgada, una blusa con encajes, me solté el pelo y llevaba maquillaje ligero- Tu debes divertirte, pasarla bien, bueno confieso que te mentí, realmente organice una fiesta en una casa con piscina, la alquile. Use mi salario de dos meses completos, así que mas te vale que te quedes hasta el final. –Ella solamente seguía conduciendo al ritmo de música electrónica en la radio- ¿Por qué haces esto?. No hace falta que te esfuerces tanto, yo ni siquiera conozco a esas personas. –Le reclamé- Ya deja de quejarte, lo hice por ti. Sé lo mucho que te molesta todo de ti, y quiero mostrarte que estás en un error, solo disfruta el momento y déjate llevar. –Sofia no paraba de repetir que disfrutara- Te tengo dos sorpresas, así sabes que pienso en todo. –sonrió y me observó de reojo- ¿Algo más? Me estas asustando Sofía, no hagas cosas que me molesten por favor, no quiero avergonzarme en mi cumpleaños al menos. –Le respondí cabizbaja- Amiga, esta noche será la mejor noche que hayas pasado, tengo ese presentimiento, ¿te acuerdas de la abuela Juana? Eso es obvio. –Ella menciono a mi abuela, también la llamaba así porque ambas crecimos juntas- Ella estará muy feliz, si tu estas feliz, me encargo que siempre te cuidara y te apoyara. Y eso es lo que hago. Eres una tonta Sofi, pero tu también puedes contar conmigo siempre. No tardamos en llegar a la casa quinta con piscina en donde mi cumpleaños sería festejado. --¡Feliz cumpleaños a ti! Personas extrañas me cantaron feliz cumpleaños, un hombre muy guapo me invitó a bailar, bebimos unas copas, fumé algo extraño, pero me sentía demasiado bien, estaba muy feliz, era el día más feliz de mi vida. Sara… --¡Sara! Es momento de tu regalo especial, ven conmigo. –Sofia me llevo hasta una habitación en el segundo piso, y me dio un cofre cerrado. Este cofre es tu regalo, la abuela Juana me lo dio cuando festejamos tus 15 años, me dijo que te lo diera cuando cumplieras 20 y te dejara sola para que lo abrieras. ¿Te sientes bien para hacerlo? –Me preguntó- Estoy bien, le respondí. Realmente estaba ebria y totalmente volando en ese momento, pero aún sabía, o al menos me percataba de lo que sucedía a mi alrededor. De acuerdo, te dejo con tu obsequio, ya son a las 00:00, feliz cumpleaños amiga. Sofia me dejo sola en la habitación.- Mi consciencia estaba confusa, empecé a llorar al ver el cofrecito, era como de unos 20 cm de diámetro, y como 10 cm de alto. Abrí el cofre, y tenía una especie de tapa por dentro, como si debajo hubiera algo oculto. “Pide lo que más quieras, todo es por ti, eres mi mejor obsequio, con amor tu abuela” Cerré mis ojos… Mi cumpleaños número 20. Si pudiera pedir un deseo... Todo oscureció en ese momento, levanté la tapa del cofre y una especie de humo color grisáceo, inundó la habitación. El olor era muy fuerte, sentía que me asfixiaba. Entonces, vi a alguien conmigo ahí dentro, en la habitación. Estaba tosiendo, no distinguí su silueta, pero estaba allí. Sofía, qué tipo de obsequio es este...