Leilah No puedo evitar sonreír como una boba mientras estoy recostada en la cama. Acabo de tener una de esas noches apasionadas y románticas con Evan, de esas que me dejan suspirando y más enamorada que nunca. Las reconciliaciones siempre han sido nuestras mejores noches, y después de una semana de conflicto, necesitaba esto más que nunca. Pero la razón detrás de esa pelea aún me molesta. Todo comenzó con ese estúpido mensaje de Gerard. Lo leí despreocupada, sin imaginar el caos que desataría. "Solo quiero saber cómo estás, Leilah. ¿Podríamos vernos?" Me reí al principio y le respondí que estaba casada y tenía un hijo. Pero él insistió, diciendo que eso no le importaba. Eso me hizo fruncir el ceño. ¿Qué demonios quería? Gerard me aseguró que solo buscaba hablar con una vieja amig

