No esperaba encontrar en el contenido de esa carta una justificación de ese tipo. Sin duda sus palabras me crearon sentimientos encontrados, al principio tuve un enorme disgusto por no recibir estas explicaciones como claramente se debía,pero entonces mi buen juicio, cauto y prudente me obligó a cambiar de actitud y ver esa carta desde otra perspectiva. Reflexioné las palabras escritas en el papel que aún sostenía en las manos, así como mi propio comportamiento ¿Fui sensata al reprocharle mis quejas de tal manera, tan orgullosa e insolente? La respuesta a esa pregunta era un rotundo no. Me detuve para analizar lo que había ocurrido la noche anterior, como de la manera más grosera se había ido sin decir más que sólo palabras extrañamente vacías. Pero conocía a William, él no habría hecho