La alarma sonó a las seis de la mañana, a las cinco cuarenta y cinco Lilith estaba pegada al espejo acomodando su cabello. En su teléfono había una conversación que comenzó a la media noche de una de sus compañeras de la universidad, querían organizar una fiesta y ella canceló porque estaba ocupada. La razón, volver a la escuela. Brenda también se levantó temprano y la vio bajando los escalones – ya estás lista, aún no es hora. – Quiero ubicarme en los dormitorios. Brenda suspiró – son para los estudiantes que viajan para ir a la escuela, tú vives a media hora. – Me será más fácil quedarme a estudiar, tengo que aprender en un semestre lo que otros aprenden en tres años, es una gran carga – buscó una manzana para partirla en pedazos y comerla. Jacob también bajó a la cocina y escuchó

