La Academia Parte 2

2017 Words
Una estudiante en la primera fila alzó el brazo – profesora, ¿tiene que ser una mano?, porque, el hechicero William Vignon dijo que debemos usar nuestra imaginación – anunció con orgullo. Ofelia desvió la mirada para que no se notara su sonrisa. – Niña, ¿cómo te llamas? – Cecilia. – ¿Tienes alguna actividad extracurricular?, futbol, gimnasia, danza… – Ballet. – Buena elección, dime, cuando llegas a la clase y la maestra te pide que hagas estiramientos, ¿qué haces?, ¿te pones a dar saltos por todo el salón, o haces lo que se te indicó? Cecilia se puso nerviosa y movió los labios para responder. – Lo haces – dijo la profesora – porque los estiramientos aumentan el flujo sanguíneo y mejoran la capacidad de los músculos para las actividades físicas, ¿cierto? Cecilia asintió. – Obedeces a tu maestra de Ballet y a mí me dices que quieres usar tu imaginación – tomó la botella de la mesa de Cecilia – para todos los fanáticos del mago Vignon, les recuerdo que él enseñó magia en una época en la que esta poción no existía y los magos aprendían magia sin apoyo visual, solo con su instinto, sí tanto quieren emularlo, entreguen la botella y hagan el ejercicio como lo prefieran, a mí me pagan, ya sea que ustedes aprendan o no – finalizó. “El primer día no hagas preguntas, espérate a ver el carácter del maestro que te toque, no uses tu celular, no comas en el salón y no bosteces” Antes de su primer día, Lilith volvió a leer los mensajes de Percival y estaba muy agradecida de haberlo hecho, tomó la botella, bebió el contenido de un solo trago y la colocó en una esquina de la mesa. El efecto fue inmediato, los destellos dorados aparecieron en su mano, pero no tenían forma, tampoco fluían, eran estáticos, miró alrededor, los otros estudiantes también tenían problemas para darle forma a su magia, solo dos chicos al frente lograron formar una línea curva, que estaba lejos de ser una mano, pero era un buen comienzo. – No se impacienten – dijo la profesora – tienen todo el semestre. La clase se volvió ruidosa, varios estudiantes caminaban al frente para preguntarle al chico que logró avanzar cómo lo había hecho, otros formaron equipos y algunos suplicaron a la residente Ofelia Lacroix por una pista. – La profesora ya se las dio – respondió ella – piensen detenidamente, ¿qué es una mano? – dicho esto, siguió haciendo su recorrido por el salón. – Le pedí una pista, no una adivinanza – se quejó el chico que preguntó y Lilith estuvo de acuerdo. Con el brazo extendido, lo intentó una vez más, miró su magia y se concentró en su mano, sí lograba cubrir cada uno de sus dedos con ese destello, en teoría, formar una mano sería más fácil, era como tomar un trozo de papel, poner su mano encima y dibujar. – Sí no pueden con la magia básica, no sueñen con hechizos, encantamientos o conjuros – dijo la maestra veinte minutos después. Sus comentarios no ayudaban. La primera hora de la clase se fue, Lilith abandonó la idea de usar su mano como calca, lo intentó concentrándose en su magia y logró tener la forma de un listón, después trató de empujar la botella enredándola y jamás le atinó. Otra estudiante levantó el brazo – maestra, ¿no vamos a revisar el libro? – No en mi clase – respondió y alzó la voz para que todos escucharan – el libro de texto es para ustedes, léanlo en su tiempo libre, repasen las lecciones y memoricen los conceptos, todas mis clases serán prácticas. Se completaron las dos horas de la clase. La maestra se levantó – todos, hagan una fila, vengan aquí, dejen esas caras alargadas, no es el fin del mundo si no lo logran a la primera – los miró y repentinamente, fijó su vista sobre Lilith – olvide mencionarlo, este año tenemos una oyente, su compañera al fondo, Lilith Bonel, recibió su magia tardíamente y estará tomando esta clase con ustedes, sean amables, necesitamos más magos y una mundana que obtiene su talento a edad avanzada es algo bueno para todos nosotros. ¡Edad avanzada! Lilith quiso alzar la voz y decir, ¡tengo veintitrés, no ochenta, pero como dijo Percival, “el primer día no hagas preguntas” La primera estudiante en la fila era Cecilia. – Dame tu mano y pon mucha atención – dijo la profesora Mares, tomó la mano de Cecilia para voltearla de forma que su palma quedara hacia arriba, presionó sus nudillos y su magia apareció de pronto, formando la mano de un gorila – no te sorprendas, presta atención. Cecilia asintió, después de ella pasó otro estudiante y la profesora hizo lo mismo, uno por uno les fue mostrando cómo debían hacer para sentir su magia y moldearla. Lilith pasó al final, extendió su mano con la palma hacia arriba y prestó atención, después de que la profesora presionara sus nudillos, sintió que su magia se extendía como una nueva extremidad y se movía estirando los dedos. – ¿Por qué no hizo esto al comienzo de la clase? – se quejó un estudiante. Lilith apartó su mano, los efectos de la pócima terminaron y la magia volvió a ser invisible, pero ahí estaba – gracias – le dijo a la maestra. Faltaba una hora para su siguiente clase con el grupo de segundo año, para ocupar el tiempo fue a la biblioteca y sacó su libro de control de magia. El movimiento de la energía mágica era lo más básico, como sus padres decían, era similar a aprender a leer y escribir, todo lo demás vendría después. – Es el primer día – se dijo a sí misma, no quería ser muy negativa, empezó tarde y ya había planificado su vida sin la magia, no esperaba que algo tan grande le sucediera. Una hora después corrió a la clase de introducción a la alquimia, que estaba en el cuarto piso, del edificio equivocado, llegó tarde y se perdió la introducción, por suerte la actividad era elaborar pócimas para hacer que la magia fuera visible. Viendo el aspecto de las botellas, Lilith supuso que los profesores hacían que los estudiantes de segundo las elaboraran y después, las usaban los estudiantes de primero, era un plan muy ahorrativo. – ¿Eres Lilith Bonel? – preguntó el profesor, con las manos en la espalda y mirándola muy fijamente – la hija de Brenda. – Sí. – Buen trabajo. El control se le dificultaba, pero con las pócimas, tenía mucha seguridad. Su siguiente clase fue introducción a la hechicería, también con el grupo de segundo año. – Bienvenidos – saludó la maestra – voy a comenzar con un tema importante, diferencias entre hechicería y brujería, ¿alguien? Varios estudiantes levantaron la mano. – Las brujas no tienen control sobre su propia magia. – Dependen de los astros. – Discriminan a los hombres. Lilith, sentada en la parte de atrás escuchó todas las respuestas y permaneció en silencio. La maestra caminó por el salón – sinteticemos, la hechicería está diseñada para afectar el entorno, mientras que la brujería se ve afectada por este – recitó y el marcador escribió en la pizarra. Lilith se inclinó hacia el frente para observar la forma en que el marcador se movía, subiendo y bajando, luego miró las manos de la profesora. – Un mago llega a una habitación oscura, convierte su magia en sólida – tronó los dedos encendiendo una pequeña flama – e ilumina la habitación, a esto le llamamos, “afectar el entorno” – en la pizarra, el marcador subrayó la frase – la brujería actúa a la inversa, mi ejemplo favorito, ¡los nacidos en noviembre levanten la mano! Lilith lo hizo. – Les informo que Venus está en la casa de Escorpio, es la temporada perfecta para que se consigan una pareja. Hubo varias risas en el salón de clases. – A esto le llamamos, “ser afectado por el entorno”, la brujería asume que el movimiento de un planeta en el espacio, afecta sus relaciones, no se burlen, es una creencia y debemos ser respetuosos – continúo la profesora – la segunda diferencia es que la hechicería va de lo particular a lo general; un mago enciende una fogata en el bosque y provoca un incendio forestal, no es el mejor ejemplo, pero puede ocurrir, sean cuidadosos – advirtió – la brujería va de lo general a lo particular, un incendio provoca cambios en la naturaleza y eso afecta la magia de las brujas, la tercera diferencia es que un mago tiene una cantidad limitada de magia, el semestre pasados todos tuvieron su examen de capacidad, ¿cierto?, ¿quién punteó arriba de cincuenta?, levanten la mano. Lilith contó a doce estudiantes, de los dieciocho. – Un grupo talentoso, la capacidad les ayudará a saber cuántos hechizos son capaces de controlar, en mis tiempos le decíamos, ¿cuántas balas tienes? – bromeó – para las brujas, su nivel de magia depende de las estaciones, aumenta en luna llena, disminuye en verano, no tengo los datos específicos, pero en resumen y no vayan a olvidar este punto, ustedes controlan en entorno, no al revés. Mientras hablaba, la profesora caminó por el pasillo y llegó hasta el asiento de Lilith – quiero verte en mi oficina después de clases. Lo único que hizo fue levantar la mano cuando preguntaron por los nacidos en el mes de noviembre y logró meterse en problemas. Terminando la clase caminó a la oficina de la profesora de alquimia, el cuarto era pequeño, con certificados colgados en las paredes, una ventana cerrada y una placa de concreto por dentro del salón llena de macetas. – Me opuse a darte clases este semestre – dijo la maestra de manera cortante – todos mis estudiantes ya acreditaron psicología de la magia y control de la magia, también pasaron por un examen para conocer la capacidad de su talento, excepto tú. Lilith comprendió el problema. – Acepté como un favor para Brenda, ella me dijo que no planeas dedicarte a la magia y que estas materias son un requisito. – No – intervino, eso pasó antes de que se sincerara con sus padres – sí me interesa la magia y sí quiero aprender, lo siento, cancelaré mi inscripción a su clase y la tomaré el siguiente semestre, o el siguiente año. La maestra respiró profundamente – mi planeación para las primeras cuatro semanas es abarcar toda la teoría, después comenzaremos con ejercicios sencillos y finalizando el primer bimestre daremos inicio a los hechizos, sí para entonces no dominas lo básico, te quedarás rezagada y no podré enseñarte. Lilith apretó la correa de su mochila. – Ven a las clases, en un mes te haré una evaluación y veremos sí estás lista para los ejercicios. – Gracias. La cafetería estaba llena, la fila era larga y pegada a una de las paredes estaba la rocola de la que Percival le habló. Se sentó en una mesa libre y al mirar al frente notó como todos los estudiantes en las otras mesas se giraban para verla, los más jóvenes susurraban, los mayores usaban telepatía. Su primer día y ya había logrado ser una marginada. – ¿Está silla está libre? Lilith giró la mirada para ver a una joven con todo el cabello trenzado – claro, puedes llevártela. Ella sonrió – me llamo Verónica, soy la residente de ingeniería y no te molestes con ellos, son muy jóvenes y tú eres la chica que causó una revolución en nuestro pequeño círculo de magos – sonrió. Lilith frunció el ceño – ¿de qué estás hablando? – ¿Nadie te lo dijo?, después de tu caso el consejo escolar y el departamento de exploración organizaron un censo de todos los mundanos nacidos en familias mágicas para realizar una segunda exploración, redefiniste el límite de edad para la detección del talento mágico.
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