DELAYLAH. Regresamos al hotel en el que se estaban quedando, abracé como por una hora a Lena. Todos juntos cenamos y hablamos de todo lo que había sucedido en este tiempo, conocí a Harrison un chico muy inteligente y bastante divertido. —Es un gusto por fin conocerla, he escuchado mucho de usted—dijo el chico. —El gusto es mío, espero que cosas buenas—divertí.—, Papá, ¿Y Lío? —En Sicilia, no podía exponerlo. Nos están cazando, hija.—respondió como si fuese lo más obvio y realmente tenía razón. —Tienes razón, muero por verlo—respondí. —¿Cómo que nos están cazando?—preguntó Lena sorprendida mirando fulminante a Val. —Gracias Donatello, ahora se alterará—respondió val, mientras Lena le lanzaba un salami a la cara.—, Hay un enemigo que no conocemos, tampoco sabemos nada de él. —¿Y?