Delaylah. Me desperté asustada temblando del frío, la habitación era muy oscura y no había ningún foco. Me acobije más aún con las sabanas sucias que me había dado el imbécil de Dom, me dolía la cabeza y sentía mucho frío. Así permanecí por largas horas hasta que amaneció, la poca luz que entraba por la rendija de la pared me calentó olvidándome totalmente del frío que sentía en unas horas anteriores. Estaba muy aburrida y fastidiada, debía encontrar la manera de escaparme, después de todo esa era mi especialidad. Pensé una y otra vez en alguna idea pero era complicado, me tenían con los pies amarrados por lo que no podía moverme mucho. ¿Cómo hacía para liberarme? Dom era minucioso, no me dejaba nada que pudiera usar en su contra. La puerta se abrió como siempre creí que sería Dom el qu