Tal vez no era normal tener ojos purpura, de hecho, no era nada normal. He estado usando lentes de contacto por tres años, debido a que no quiero que vean lo diferente que soy, fue difícil al inicio, pero me acostumbré. Ella me dejó este regalo o maldición como me gusta llamarle. Ojos color purpura y un tipo de magia que no puedo controlar cuando quiero. Es difícil vivir así. He evitado a mis padres por un tiempo debido a que estoy tratando de acostumbrarme. Pero me siguen presionando para ir a casa, sé que no puedo tenerlos así para siempre y tarde o temprano se darán cuenta que su hija ha cambiado. Suelo ir una vez al año. —¿Qué ha pasado contigo? —Susan ha notado mi cambio estos últimos años. Bebo de mi vaso de cerveza y trato de ignorar su pregunta, pero sé que no puedo evitarl