Demián Heller
Hago su cabello aún lado cuando se queda dormida sobre mi, sus labios algo secos me hacen cargarla, es demasiado frío para ella acá fuera, se ve como un ángel caído del cielo, con todo el cabello esparcido en la nieve y sus aferrándose a mi de forma suave, la alzo quedándome encantado de sus expresiones fáciles y dulzura.
Trato de olvidar el hecho de que es humana pero me atormenta. No sabré lo que es hasta no hablar con sus abuelos, la dejo en los sofás que hay afuera de la casa Milken, dejo sus guantes al lado y tomo su bufanda para mí, beso su pequeña nariz.
— Pórtate bien mi luna, aún tienes un castigo pendiente y no queremos acumular más ¿Verdad? — hablo con ella haciendo aún lado su cabello para sentir con mayor fuerza su aroma.
Sus dedos se presionan contra mi pecho cuando intento alejarme estremeciéndome por completo, tomo su mano besando la palma de ella, hace su mano un puño suave y ligero acomodándose en el sofá.
— Preciosa mate mía — digo alejándome de ella con toda la fuerza que tengo.
Hacerlo es muy difícil, me llevo su bufanda a la nariz, huele tan bien. Su risa aún se oye en mi cabeza. Me detengo apenas entrando al bosque cuando oigo el nombre de mi luna
— ¡Zae! — es su amiga.
Giro hacía la propiedad Milken tomando mi forma lobuna, me acerco un poco.
— ¡¿Que pasa contigo?! — se queja mi luna muy asustada.
Sé que le prometí a Sebastián no hacerle nada a su mate pero es tan molesta que me dificulta cumplir mi palabra.
— Nunca hemos sido un ser de palabra — responde mi lobo.
— Nunca le había dado mi palabra a Sebastián — le recuerdo.
Mi lobo no dice nada más, creo se queda tan hipnotizado como yo acerca de mi luna. Su amiga se ríe mientras mi luna mira hacía el árbol donde estábamos, la satisfacción crece en mi pecho cuando la veo levantarse y correr hacía el árbol.
Aún sigo aquí mi luna.
— ¡Zae! ¡¿A dónde vas?! — grita su escandalosa amiga.
Mi luna se concentra en las líneas en la nieve y la rama. Ella finalmente sabe cómo nos llamamos.
Ella gira sobre su eje buscándome, lleva sus manos a su cuello notando la deje sin bufanda. Ella se estremece girando su cuerpo en mi dirección, camina hacía aquí decidida, mi corazón reacciona mal deseando llegué hasta mi, Contengo un gruñido al ver su amiga la agarra de la muñeca con demasiada firmeza para mí gusto.
— ¿A dónde vas...?
Me tenso observando a mi luna reaccionar mal y soltándose con brusquedad lleva sus manos a sus oídos negando con la cabeza, respira profundo.
— ¿Zae? ¿Que sucede? Solo tome tu muñeca...
Mi lobo se pone alerta, comienzo acercarme a ellas.
— ¡No fuiste tú! — aclara dejándose caer en la nieve, pega su espalda al árbol — no fuiste tú... Solo me asusté sin razón...
Su amiga la mira preocupada poniéndose de cuclillas frente a mi luna.
— Estamos lejos de ellos Zae, nadie acá puede atormentarte, sino han encontrado a tus abuelos, menos a ti ¿Si?
Me siento en la nieve analizando lo que su amiga ha dicho ¿Quienes ellos? Me estremezco al sentir el miedo se mi luna en mi.
«Estamos peligrosamente conectados»
Resisto el gruñido que amenaza con salir de nuevo.
— Vamos por un chocolate caliente — pide suavemente mi luna — y luego me ayudas a conseguir algún trabajo...
¿Trabajo?
— ¿Que? Pero tenemos dinero suficiente y este lugar está más que perdido en el mapa, nadie nos va a encontrar Zae.
— Buscaré otro lugar igual de perdido que este pero asegurándome de no poner a mis abuelos o a ti en riesgo, necesito el dinero, un doble trabajo tal vez... No sé pero lo que tengo no estoy segura que sea suficiente, nunca está demás ser prevenida.
— Puedes pedirles prestado a tus abuelos, ellos no van a negarte nada.
— Lo se pero no quiero preocuparlos más.
— Estamos juntas en esto ¿Recuerdas? Vamos por el chocolate y luego buscaremos un trabajo juntas sino estás de acuerdo te advierto que te encadenare ¿Entiendes?
— Katia esto es serio.
— No perderé la única familia que tengo.
— ¡Zae! — exclama con molestia su amiga cuando mi luna la hunde en la nieve
— La que llegue de último cocina.
— ¡No!
Zae se burla de su amiga corriendo lento algunas veces y cuando está cerca de la entrada gira su cabeza mirando hacia mi línea luego mira el sofá. Recuerda debe entrar cuando su amiga está cerca.
No te irás lejos de mi Zae Swet, podrás estar casada pero sigues siendo mía. En el momento que pongas un pie fuera de Alemania te buscaré hasta por debajo de las piedras y eso será solo si logras estar lejos de mi vista. Corro hacia el bosque dejando a mi luna fuera de mi alcance.
No por por mucho. En el camino pienso en mil cosas que puedo hacer para impedir se vaya pero solo una me resulta razonal, una que podré disfrutar.
Tomo en mi forma humana cuando estoy en mi oficina quitándome la bufanda rosada que me he traído de Zae, su dulzura se ha quedado en la parte más sumergida de mi ser, busco algo de ropa para mi y llamo a Sebastián pensando en todo lo que hablo con mi lobo y su conversación con su amiga.
Abro mi laptop escribiendo un resumido informe de lo que quiero a más tardar en un periodo de dos meses, hablo con mi asistente asegurándome si el equipo de investigación ha encontrado más información acerca de la OCA pero esa maldita organización está más escondida que mi jodida manada, no encuentro mucho más de lo que me dió Sebastián acerca de Zae Swer Milken. Algo que me asegura tendré que hacer yo si quiero las cosas salgan como lo pido
La puerta de mi oficina se abre dejando ver a Sebastián.
— Tocas antes de entrar — le recuerdo pero me ignora sentándose frente a mi.
— ¿Dónde estuviste toda la madrugada y parte de la mañana?
Sonrío de lado.
— Con mi mate ¿Y tú?
— Me vio y me tiró un balde de agua helada — expresa con enojo.
Trato de no reírme. Tomo la bufanda en mi regazo, su aroma está impregnado en ella, huele jodidamente bien, el aroma más fuerte es el de la canela y coco.
— ¿Tienes la reunión preparada con los Milken? — pregunto interesado.
— Si, vendrán en la tarde, están preocupados por esta repentina reunión pero creo ya lo sospechan, se han dado cuenta de nuestra muy seguida presencia alrededor de su casa.
— Habla con Milo para que se asegure que Zae Swer Milken no consiga trabajo en ningún otro lugar de este país, ya sea restaurantes, tiendas, almacenes, locales o agencias, encárgate de que no le den trabajo y pon un anuncio en la prensa de que necesito una asistente y guardaespaldas... No tengo la menor idea a qué lugares vaya a buscar pero trata de que Milo cubra la mayoría de lugares, oi que quiere buscar un trabajo para ahorrar e irse, tu mate piensa seguirla, así que puedes poner otro trabajo en la lista.
La idea me disgusta ¿Porque se querría ir de este lugar?
— ¿Que? ¿Se quieren ir? — pregunta tensándose en segundos.
— Si, es lo que oí. Tu mate no lo sé pero la mía si y ella está dispuesta a seguirla...
— Joder, ella también tiene una mala influencia obstinada como yo.
Lo miro mal.
— Mi mate no es una mala influencia, ni yo lo soy para ti. Sino te gusta la puerta es muy grande para que te vayas.
Sebastian me sonríe como si nada.
— Que sensible ¿Que piensas hacer? Tengo unas ideas en mente.
— Voy a cerrar todas las más mínimas oportunidades de trabajo que encuentre hasta que llegue con nosotros, tendré un mejor control acerca de sus planes futuros y podré estar más cerca de ella.
— ¿Que harás con tu asistente? Zahra es buena en su trabajo, es eficiente, profesional y sería, no la despedirás ¿O si?
— Becker es buena en lo que hace, seguirá siendo mis asistente pero solo en los casos acerca de la manada y mi luna trabajara en otras cosas que puedo necesitar.
— ¿Porque Guardaespaldas?
— Zae es agente, puedo decir que alguien me sigue y necesito de alguien que pase por desapercibido y no se vea una amenaza.
— ¿No crees que eso la puede ofender?
— Tal vez pero ella no se ve como una amenaza, puedo ver si realmente lo es.
— Hablas de que mi mate puede matarme pero estoy seguro que la tuya puede acabar contigo.
Sonrío de lado.
— No vueles tan alto Sebastián, algunas veces las caídas suelen hacer daño.
— ¿Si notaste esa mirada en sus ojos?
¿La que me prende como el puto infierno? No creo verme perdido de esa mirada ni un solo segundo.
— Es inofensiva, no necesito un guardia real, creo que yo cuidare mejor de ella que ella de mi.
— ¿Has leído su historial como agente?
«No»
Preferí ir a verla.
— Lo haré y esperaré que ella me sorprenda personalmente.
— Si tú lo dices — se levanta de su lugar mirando el reloj en su muñeca — los Milken no tardan en llegar Demián.
— ¿Hay algo más que sepas de la organización dónde Zae trabaja? Si es así ¿Siguen con el caso? ¿El caso realmente existio?
— No, no se y si, si existio, los alfas Oisin Moore y Enzo Hill han estado ocultando demasiada información — toca la carpeta negra con letras doradas en el escritorio que no estaban ayer cuando salí de aquí — te traje un informe de lo que obtuve, siento serán un problema a futuro sino se controla ahora.
Asiento con la cabeza haciendo un movimiento de cabeza para que se vaya, con la curiosidad hasta en los dedos saco la carpeta con la información de mi luna. Busco en las páginas su trabajo como agente.
Agente: Zae Swet
Edad: 24 Años
Fecha de nacimiento: 22 de diciembre del 1997
Hay un breve resumen acerca de su familia que afirma mis teorías de no saber es nieta de una pareja de hombres lobo dónde su abuelo era un alfa, poderoso y honorable. Se me hace extraño que ella haya investigado el caso de licántropos sin saber que ella es nieta de dos y seguramente su madre es una mujer loba.
Misiones: 18
Misiones exitosas: 17
Misiones fallidas: 0
Casos: 44
Casos cerrados: 38
Casos inconclusos: 6
Años de conocimiento en el campo: 4 años
Nivel como agente: 1
Hay más información que considero innecesaria pero aún así leo todo.
Conocimiento en: Armas de fuego, armas blancas y armas de viento.
Sonrío leyendo eso, también sabe defensa personal, práctico desde niña artes marciales. Más abajo hay nombres de los hombres y unas mujeres que ha metido presos. Abro mi computadora y busco información personal de los tipos en una página privada hecha para mí. Encuentro muy poca información de uno de los hombres y la persona que los arresto, entiendo que fue una mujer y lógicamente se que es Zae.
Fue arrastrado en una persecución dónde trato de apuñalar al agente que fue tras el, ambos poseían un arma, el delincuente un arma blanca y la agente un arma de fuego, fue arrestado en el techo de un edificio, el hombre intento tirarse pero la agente lo detuvo requiriendo de fuerza corporal, lo inmovilizo y esposo…
Así es como pasó la mayoría de la mañana, ordenó me hagan mi desayuno mientras leí cada arresto que hizo mi luna y los méritos que se ha ganado, tomo en cuenta que es una ternurita peligrosa, logro encontrar foto de algunas de las escenas, fue herida unas treinta veces por los seres asquerosos con los que a tratado, cuatro heridas de gravedad. También se de qué trataron 12 de sus 18 misiones. Han intentado secuestrarla tres veces…
Alguien toca la puerta obteniendo un fuerte suspiró de mi parte, estaba llegando a las fotos de mi luna.
— ¡¿Quien?! — gruño con disgusto.
— El alfa Milken está acá — responde Sebastián.
Comienzo a juntar todas las hojas y las meto a la carpeta guardandolas en el cajón de mi escritorio.
— Adelante — digo cerrando mi navegador.
Lo último que necesito es que sepa estoy investigando a su nieta. La puerta de mi oficina se abre, frunzo mis cejas viendo solo viene Elian Milken y no su esposa.
— Demián — me saluda con mucho más seriedad de lo normal.
Sé que era un alfa cercano a mi padre pero nunca lo ha sido conmigo. Nunca me interesó realmente, sus territorios fueron entregados a mi padre, cuando cumplí treinta años hace más de dos siglos atrás fue que sus territorios ya siendo parte de los nuestros pasaron a mi.
— Elian — respondo evitando corregirlo sobre cómo me ha llamado.
Es el abuelo de mi luna, es el abuelo de mi luna...
Lo repito más de dos veces para no perder la cabeza rápido, en mi vida solo he soportado que Sebastián y Conan me llamen por mi nombre y aún así Sebastián algunas veces me dice Alfa.
— ¿Podemos ir al punto y evitar preámbulos? Has estado merodeando en mi propiedad y me siento muy molesto sobre eso, no viene a oír que quieres he venido por una explicación y espero sea buena — habla tomando asiento frente a mi.
Miro a Sebastián.
— ¿Me retiro? — pregunta por medio de nuestra conexión.
— No.
Con Elian siempre es mejor tener un testigo y uno mejor que Sebastián no hay.
— ¿Y Anh? — me atrevo a preguntar.
Si la seriedad de Elian antes de esa pregunta era mucha ahora es el doble.
— ¿Hay algo que me quieras decir Demián? — me quedo callado esperando su respuesta — considere que es mejor no viniera, no me gusta entrometerla en cosas como esto, si hay un problema lo mejor es que se hable solo conmigo.
— Ve al punto — me gruñe Conan.
— No he estado en tu propiedad porque quiero pero ha sucedido algo en especial.
— Ve al punto, tengo algo importante que hace hoy y no deseo perder mi tiempo.
Su disgusto por hablar conmigo es muy notorio, una parte me dice que ya sabe porque está acá y que probablemente es lo que más le disguste.
— Hay dos mujeres en tu propiedad…
— Eso no te incumbe Demián, no se si conozcas mi tratado con tu padre pero...
— Se lo importante pero una de esas mujeres es mi mate Elian y me gustaría saber que es tuyo porque... No siento sea como nosostros ¿Les das refugio a humanos? Sabía que estabas a favor de la causa ¿Algo cambio?
Su cuerpo se tensa y el mantiene la compostura lo mejor que puede.
— ¿Katia? — pregunta tranquilo.
— Debo decir que ella es mate de Sebastián, la mía es Zae Swet...
— ¿Cómo sabes su nombre? — interroga mirando de una forma que me es indescriptible.
— No creo que eso sea relevante Elian ¿Que es tuyo? — interrogó apoyando mi cuerpo al respaldar de la mesa.
Elian guarda silencio por varios minutos que me parecen una eternidad, la furia y negación denotan en sus ojos ¿Zae no nota como su abuelo se ve más joven que la mayoría de los abuelos a la edad de el?
Se debería de ver de unos setenta o setenta y cinco años, debería decir que ochenta es la edad de los que debería verse este hombre pero se ve demasiado joven, unos cincuenta y seis a unos sesenta y cinco. Es un hombre en forma y pocas canas, se ve como mi padre.
— Es mi nieta — responde después de lo que creo son cinco o ocho minutos — y ella ya tiene muchos problemas Demián, agradeceré que te mantengas lejos de ella...
— Es mi mate — interrumpo — lo que me pides es imposible y debo decir que imaginas la he investigado ¿No? Necesito respuestas.
— Entonces debo suponer que ya sabía es mi nieta — gruñe.
— Si y es por ello que no entiendo algunas cosas, hay piezas en el rompe cabezas que no casan.
— ¿Que quieres que te diga? No obtendrás nada relevante de mi Demián, tampoco a mi nieta.
Veo reojo cuando lo oigo decir eso.
— Alfa, dos almas destinadas por la Diosa ni el ser humano puede ser capaz de separarlas — responde Sebastián — y usted lo sabe.
Elian no repara ni un segundo en la presencia de Sebastián pero si en la mía.
— Si quieres respuestas esta conversación deberá ser solo entre nosostros dos y privada.
Miro a Sebastián.
— Retírate por favor, hablaremos de mi luna.
Sebastián se retira de la habitación. Me levanto de mi asiento y prendo dos velas frente a la puerta en cada lado.
— Puedes hablar.
— ¿Que es lo que sabes de mi nieta?
— Más de lo que desearía pero no lo suficiente, se que es hija de tu hija, Savannah Milken, que está casada, que la buscan hasta por debajo de las piedras y creen está secuestrada — gruño en la parte de casada.
Elian suspira.
— ¿Alguna ves has hablado con tu padre sobre porque les di mis territorios? — pregunta con pesar.
Me posiciono frente a él.
— ¿Que tiene que ver eso? — me mira sin responder — dijo que querías una vida tranquila con tu luna — respondo notando el no lo hará.
A pesar de que ya no sea un Alfa, su mujer debe ser llamada con el mismo respeto que todas las mates de los Alfas.
— No no fue así, mi hija Savannah ensucio el nombre de mi familia, insulto a la diosa luna y comento delitos imperdonables, el día que mi hijo iba a ser Alfa el concejo se presentó, tu padre estaba ahí, cuando el concejo me dijo que mi hija debía pagar lo que hizo con su vida no pude aceptarlo y su hermano tampoco, Runar amaba a su hermana con el alma, ambos decidimos buscar una forma para que no pagará con su vida, mi hija estaba al punto del colapso por el miedo, había una solo opción y era dejar mi lugar a otra persona que no fuera de mi descendencia, entregar mi poder también era válido y la única persona que creí podría manejarlo bien fue tu padre, con el tiempo creí sería suficiente pero no lo fue, la diosa convirtió a mi hija en una moral y a mi hijo le arrancó la vida, aparentemente ninguna ofrenda es más valiosa que la vida — puedo sentir el dolor en sus palabras por más que trata de ocultarlo — tengo dos nietos, Zae y Edan, Edan me aborrece a mi y a mi esposa porque sabe su padre murió por nosostros, la realidad es que nuestra maldición llegó por mi hija, ella alejo a Zae de lo que nosostros somos, le lavo el cerebro a Edan, nuestro castigo fue para mí descendencia, Zae es mortal al igual que Edan y su madre. Zae es humana Demián, mi nieta no podría con eso, amo a mi nieta, es mi única familia junto a mi esposa, no puede ser tu mate, debe existir un error.
Su mirada está perdida relatando su historia, apenas y me mira con esas últimas palabras. Créame que desearía esto sea un error pero cada vez que la veo solo me vuelvo loco ante esos ojos mieles que tienen algo muy similar aún hechizo para tenerme a sus pies.
— ¿Ella no sabe nada de esto? — pregunto pasando los dedos por mi barbilla.
— No, no lo sabe, ella es el ser más bueno y puro en la vida que la idea de ensuciarla con la mierda de nuestra familia no me gusta.
— ¿Que fue lo que hizo su hija?
— Eso no es de tu interés, me ha costado mucho limpiar mi nombre como para revivir eso.
Entre cierro los ojos, nunca pensé que el momento de hablarle antes de una fecha festiva a mi padre llegaría. Es un dolor de cabeza cada vez que lo hago.
— ¿Porque huye?
— ¿Huir?
— Es lo que hace, siente miedo cuando piensa en lo que vivía ante de llegar acá.
Elian respira profundo.
— Solo no la pienses, recházala Demián — casi me ordena diciendo estás palabras — ella sería un problema para la causa ¿Sabes cómo la van a atacar?
¿Quien la atacaría conmigo como su mate?
— ¿Rechazarla? No, es mortal no humana.
— Su padre es humano Demián, así te quieras convencer de que no es humana ella lo es, la Diosa lo decidió así, y si así lo decidió ella ¿No te da una señal de que no es para ti?
— La Diosa nunca se equivoca — gruñe mi lobo.
Analizo las palabras de Elian, ahora se es una familia con una reputación dañada, castigada por la Diosa Luna, que la Diosa Luna le arrebato a uno de sus hijos y volvio a tres de su descendencia mortales.
Demasiado perjudicial para la causa.
— Demián — gruñe mi lobo — no me hagas ir contra ti.
Ignoro a Conan por completo que comienza a moverse inquieto.
— Ella lo es todo para mí y mi luna, Demián — habla de nuevo Elian — no puedo siquiera considerar que algo malo le pase y contigo corre mucho peligro.
— ¿Sabes cuántos años tengo Elian? — pregunto.
El hace una expresión de desagrado.
— Más de dos siglos.
— Dos siglos y sesenta y siete años, doscientos sesenta y siete año y en mis doscientos sesenta y siete años solo una vez he sentido a mi mate y es la mujer a la que guardas y cuida en casa, en doscientos sesenta y siente años nunca había sentido está sensación por alguien y he esperado todos esos años por ella, si la rechazó ¿Sabes lo que nos va a pasar? ¿Lo que ella va sufrir? Sufrirá sin siquiera saber porque y cuando yo siquiera vea o este con otra mujer ella sufrira Elian.
Tensa la mandíbula.
— Ella no está pegada una relación.
— ¿Para sufrir si lo está?
— Debe existir otra forma...
— Tienes más años que yo ¿Alguna vez has visto una forma? Lo mejor que puede pasar es que quedemos vivos, con el tipo algunos mueren.
— Será un golpe muy duro para ella.
— Le daré tiempo, haré lo necesario para que no se sienta demasiado afectada si tú me ayudas claro, debemos hacerlo lo más ligero posible para ella.
— No lo entiendes Demián — responde frustrado.
— ¿Que?
— Está casada, lleva más de un año de matrimonio, es una mujer casada.
— La volveré viuda entonces.
Me mira incrédulo, como si el no hubiera pensando en eso sí su mate hubiera sido casada.
— ¿Te has detenido a pensar en su lo ama?
— Me amara a mi y eso será suficiente — gruño.
— Ella no volteara siquiera a verte.
En su sueño hizo más que verme.
— Elian elije, o la hago de buena forma o mala forma, pero otra no hay.
— Ella quiere irse, lejos de acá...
— ¿La dejaras ir?
— En realidad, estaba pensando en ir con ella, mi esposa y yo.
Frunzo el ceño.
— ¿Hay algo que no me estás diciendo Elian? No has respondido de porque huye de su familia.
Elian suspira.
— Solo quiero cuidar de ella Demián.
— Yo igual.
Elian le gruñe molesto mientras yo mantengo la tranquilidad, no esperaba que está noticia le afectará tanto.
— Te conozco Demián, la destruirás, ella merece más que eso.
— ¿Ustedes hubiera dejado ir a su luna?
Elian respira profundo poniéndose de pie apoya sus manos en el respaldo de su silla, mira un punto perdido por un tiempo.
— No — responde finalmente.
— Entonces no me pida que yo lo haga.
— ¿Que harás?
— No la lastimaré si es lo que pregunta.
— Si lo haces puedes considerarte muerto Demián, no me intimidas y si ahora considero esto es porque se que en un rechazó la peor parte se la puede llevar ella.
Sus palabras atraviesan mi alma.
— ¿Me dirá porque huye?
— Lleva un matrimonio difícil y mi hija ha cambiado mucho.
— ¿El le ha hecho daño a ella? — gruño la pregunta.
— No lo sé, se muy poco pero solo con oír la desesperación en su voz supe que me necesitaba, su comunicación con nosostros era poco por su madre, me enteré que estaba casada por un amigo, ella no quiere hablar del tema y yo no la presionaré Demián.
Analizo lo que dice.
— ¿Cómo era su relación con el? ¿Ella lo ama? — me atrevo a preguntar.
— No tengo respuesta para eso, sus sentimientos por el son algo inexplicables.
El maldito de Elian Milken se me burla en la cara disfrutando de mi frustración y enojo.
Ella no puede amarlo, ningún ser destinado puede amar a otro ser que no sea su destinado y su destinado soy yo.
— Ella dijo que iría a buscar trabajo ¿Puede ayudarme con eso? — pregunto.
Elian suspira frustrado sentándose de nuevo.
— No te quiero como pareja de mi nieta Demián — responde.
— Yo tampoco lo quiero como abuelo de ella pero no puedo hacer algo contra ello ¿O si?
Me mata con la mirada.
— Ella te matará lentamente — advierte.
— ¿Algo más?
— Absorberá tu alma y tu billetera.
— Me gustaría ver qué me deje pobre — respondo sarcástico sabiendo que eso nunca va a pasar.
— Si la tratas mal solo una maldita vez te mato.
No puede.
— ¿Me ayudara si o no? Lo puedo hacer por mi cuenta.
— ¿Que quieres que haga?
— Se que esta buscando trabajo… — busco la hoja que estaba haciendo para que lo publicarán en la prensa — ¿Puede hacer que llegue a mi oficina mañana por la mañana?
— Eres un bastardo...
— Sido siendo su Alfa.
— Y yo el abuelo de tu mate.
Gruño molesto.
— ¿La amiga de Zae es importante?
— ¿Katia?
— Ella
— Es espontánea pero le tiene terror a los lobos, puedes decirle a Sebastián que es soltera, le tiene pavor a los lobos y que es difícil de tratar.
— ¿Y como es Zae?
— Te dejaré lo intentes con ella, eso no quiere decir que te lo pondré fácil.