Capítulo Cuatro.

1506 Words
●▬▬▬▬๑۩۩๑▬▬▬▬▬● Previamente en El reino de los Trece —Junto al roble al pie del río, dentro del tronco hay una puerta que tiene que abrir con una gota de sangre, baje las escaleras y lo encontrará. Tercer calabozo a la izquierda. Gracias. —Es hora de irnos. —¿A dónde vamos? —A salvar a tu novio. ●▬▬▬▬๑۩۩๑▬▬▬▬▬● Dharani esta formando un nuevo ejército en el que dos personas destacaron por completo, el hombre que le ha hecho ver el pasado y el futuro y una exótica mujer de piel oscura que se presume es una Lêzer, quien puede leer no sólo la mente de todo aquel que ella quiera sino sus intenciones. Ahora ella sobre el lomo de su precioso dragón y en compañía de Istar, van en busca de Kratto, pues no está muerto como se lo hicieron creer, esta vivo bajo un hechizo poderoso. ¿Será capaz de salvarlo? ●▬▬▬▬๑۩۩๑▬▬▬▬▬● —¿Estás segura de que no nos está siguiendo? –cuestiona Istar preocupada. —No, descuida. Esta muy ocupado. —¿Por qué quieres a ese hombre cerca Dharani? —¿A Daven? –cuestiono y ella asiente–. Por qué... Él me mostró a Daem, esta vivo. —¿No crees que te mintió? —Sí ese fuera el caso, Kratto estaría muerto también, y no es así. A él lo tienen en un calabozo. Veo la angustia atravesar el rostro de mi guardiana. —Dime que todo estará bien ahora, Dharani. —Lo estará, solo debo aprender a controlar mis poderes. Aslak hace sonidos para llamar mi atención, miro hacia abajo y me encuentro con el roble, uno imponente a pie del río. —Vamos abajo Aslak. Aslak baja y puedo escuchar como Istar grita envuelta en pánico, luego frena y desciende lentamente. Se inclina para dejarme bajar y acaricio su cabeza. —Ve a jugar bebé, estaré bien. Aslak mueve la cola como un cachorro y disminuye su tamaño, corre detrás de una ardilla mientras Istar y yo caminamos al roble. —¿Aquí está Kratto? —Dentro del roble. —Sí sabes que los robles son custodiados por... —Driadas. –termina por ella una voz suave detrás de nosotras. Istar y yo nos damos la vuelta para verla, tiene el cabello y piel en tonos verdosos y aun así se le ve una cara angelical, su cuerpo va envuelto en hojas verdes y ramas. —Este roble está bajo mi cuidado, y ustedes no pueden estar aquí. —Lamento mucho la intromisión, mi nombre es Dharani Vega, Ragana Dvigubai, reina de la corona del reino de los Trece. Su semblante cambia radicalmente y hace una reverencia ante mi. —Lamento mi osadía su majestad, yo soy la driada de cuida este roble, ¿Qué puedo hacer por usted? —Necesito que saques al prisionero de tu árbol. Ella me mira perpleja y se acerca al árbol. —No puedo hacer eso su majestad, tengo órdenes estrictas de mantenerlo ahí. —El hombre que lo trajo aquí morirá por desobederme y mentirme, y no quieres ser parte de eso también, ¿o si? —Su majestad yo... —Abre la puerta. —Yo no puedo abrirla, mi sangre es la sangre del roble y... Pongo mi mano sobre una de las espinas que adorna al árbol y la pincho, la sangre brota de la herida y corre por todo el tronco, el sonido de la madera crujir comienza a notarse, la puerta es abierta y las raíces se vuelven escaleras que van hacia abajo. —Espérame aquí Istar, no tardaré. —¿Y si alguien viene? —Llama a Aslak. –pido antes de bajar las escaleras. A mi paso, las luces se van encendiendo, pero no son luces comunes, son luciérnagas, uno, dos tres calabozos y giro a la izquierda, mi corazón se detiene al ver a Kratto tirado en el suelo, con las alas expandidas. —¡Kratto! –le llamo y él se remueve un poco. Trato de abrir la puerta pero es inútil, me siento momentáneamente derrotada pero luego siento una mano sobre mi hombro. —Mi reina, déjeme ayudarla. El hombre que me hizo ver el futuro se encuentra parado junto a mi, toma la puerta y cierra los ojos, una fina línea de agua se cuela por el cerrojo abriendo la puerta. Apenas tengo acceso entro y me arrodillo junto a él. —Kratto, por favor mírame. Él abre apenas los ojos y murmura algo que no logro entender. —No te entiendo, no sé que hacer. –confieso. —Dharani, déjame ayudar. Él se acerca hasta donde está Kratto y toma mis manos y las lleva a su pecho, pone sus manos sobre las mías y me mira a los ojos. —Piensa en lo que quieres hacer, piensa en ello, visualiza tu poder, su color, cierra los ojos si te sientes más cómoda. —¿Puedo solo mirar los tuyos? –cuestiono y el abre los ojos sorprendido. —Por supuesto que sí, mi reina. Fijo mi mirada en la suya, sus profundos ojos azules me trasmiten tanta tranquilidad que asusta un poco, puedo verlo, hay algo dentro de él, en su garganta, algo afilado, largo, oscuro. —Trata de pensar en que lo estás sacando Dharani, alejalo de donde se encuentra. Trato de visualizar mi mano extrayendo el objeto que se atraviesa su garganta, me sorprendo al ver que se mueve, cierro los ojos y el objeto deja de moverse, vuelvo a mirar al hombre que tengo enfrente y me asiente dándome seguridad. Pienso en ese objeto, es afilado, su textura es fría y áspera, el borde está desgastado, casi parece dentado. —No puede ser. –susurra él y yo levanto mi mano llena de sangre, hay una daga en ella, negra, larga y dentada. La observo fijamente, casi quiero reconocerla. —¿Mi reina? —¿Lo hice? –cuestiono perpleja. —Dharani. –susurra Kratto. MIS ojos van hasta él y veo como sus alas se van ocultando. El color regresa a su piel y comienza a tomar temperatura, respira mejor que hace cinco minutos y supongo que esto es bueno. —Kratto, ¿puedes hablar? —Debmos irnos ya mi reina, aquí no estamos seguros, ni solos. Miro a Daven quien toma mi mano. —Bien, ¿puedes llevarlo hasta Aslak? —Por supuesto. Daven toma a Kratto y me mira antes de caminar. —¿Confías en mi? –cuestiona y parpadeo varias veces. —¿Por qué debería? —Merezco que por lo menos en esta vida lo hagas. —¿A qué te refieres? —No hay tiempo. –asegura antes de desaparecer con Kratto en su hombro. Camino de vuelta afuera y puedo ver la mirada asustada de Istar, al salir del árbol puedo notar que no solo hay una driada sino seis. —Istar, es hora de irnos. —Su majestad, en el bosque se corrió el rumor de que esta reclutando gente para su nuevo clan, y nosotras estamos dispuestas a luchar por usted. —¿Cómo puedo estar segura de su lealtad? —Cuando usted llegó a este lugar, le devolvió la vida completamente, nosotras despertamos de un largo sueño igual que todo aquí en el bosque. —¿A qué te refieres con todo? —Bestias que hace años no se veían, gigantes de roca y musgos, aves con cuerpo de león, entre otras. Le debemos la vida, usted nos dio una segunda oportunidad, es por eso que queremos estar a su lado. —Ustedes no pueden abandonar su árbol. —Así es su majestad, pero nosotros nos encontramos al inicio de su reino, nosotros seríamos el primer flanco que lo defendería. —¿Qué quieren a cambio? Ellas se miran entre sí y alientan a la que estaba charlando conmigo. —Protección nada más. —¿Protección contra quien? —Contra mi, naturalmente. –señala una voz en el aire–, todos en este mugroso lugar me temen, y ni siquiera saben como luzco, ¿no es eso extraño? —¿Qué tan cobarde debes ser para no mostrarte? ¿A qué le tienes miedo? –grito y su risa hace que mi cuerpo arda. —Pues no a ti, eso es obvio. Yo solo quiero diversión y sé que en este lugar la voy a encontrar. ¿Su majestad, sabe usted cuantas brujas se necesitan para detener un titan? Tic toc, tic toc. Las driadas me miran asustadas, yo ni siquiera sé qué demonios hacer. —¿Dharani? —Busca a Daven, él tiene a Kratto, váyanse de aquí. —No puedo dejarte sola. —No estoy sola. El sonido de unos pasos gigantes retumba por todo el bosque, yo trato de mantener la calma. Cierro los ojos y me concentro. —Aslak. –susurro y puedo escuchar su rugido simbrar entre los árboles. Una enorme piedra se detiene frente a nosotros, es deforme y como las driadas me lo dijeron esta lleno de musgo. —Maldito demonio testarudo, como me haces falta. –confieso y siento una mano ya conocida sobre mi hombro, giro mi cabeza y puedo ver a Daven junto a mi, con una sonrisa arrogante que casi me lo recuerda. —Yo estoy aquí para protegerte mi reina.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD