La música sonaba tan alto que Rose no podía escuchar los aplausos y los silbidos, no podía ver absolutamente nada que no fuera iluminado por los láseres, se sujetó de aquel tubo y empezó su numero, esto no era indecente para ella, era un deporte, se necesitaba fuerza en los brazos y en las piernas, se necesitaba elasticidad y concentración. Un agarre en falso y ella caería de lleno al suelo.
Había visto como algunas chicas se dislocaban los hombros o se fracturaban el cuello por las caídas, no quería ser parte de ese número de accidentes, sentía la música vibrar en sus manos.
No había lugar para errores, hizo un movimiento rápido y se sujetó solo con las piernas estando en lo alto de aquel tubo, respiró hondo y sintió como su corazón desaceleraba.
Cerró los ojos y se dejó caer hacia a
