Vanessa Thompson. Abro los ojos y un fuerte dolor me atraviesa. Llevo mis manos a cada lado de mi cabeza para intentar aliviarme, pero no es de mucha ayuda. El estómago se me revuelve con asco cuando trato de levantarme, todo me da vueltas y mis piernas me tiemblan, aunque no sostengo siquiera mi peso. «¿Qué mierda pasó anoche?». Un zumbido en mis oídos me aturde y la vista se me nubla por unos segundos, cuando me siento en el borde la cama y toco el piso frío con mis pies descalzos. Presiono dos dedos sobre mis ojos y gruño con molestia al ver que no mejoro nada. Enderezo la espalda y todos mis músculos se resienten, como si hubiera corrido un maratón y no hubiera descansado nada de nada. —No es para menos —murmuro, con los ojos medio cerrados, por la molesta luz que entra por alg