Sus palabras me hacen sentir extraña, entre conmocionada porque no esperaba que dijera eso y al mismo tiempo indignada porque dice quererme, pero en realidad demuestra todo lo contrario, el amor es diferente, el amor no te hace sentir que te duele el corazón de tanto odio ni rencor.
—Dices no querer perderme, pero... ¿Cómo crees que me he sentido todos estos días?—me digno a decir sintiendo que las lágrimas están a punto de aflorar, pero al final logro recomponerme y dirigirle una mirada sería para demostrarle que ya no soy frágil ni tampoco manipulable, ya no más.
Una ligera brisa sopla sobre nosotros en el mismo instante en que Valois abre los labios para responderme, pero justo al mover los labios, alguien le llama.
—Majestad—dice una voz masculina y al desviar la mirada hacia ese ho
