Me agacho y la dejo en el suelo con cuidado para que avance sola, cierro la puerta y la sigo hasta la sala.
—Abue —pensé que mi madre no estaba pero, supongo que en éstos momentos no nos iba a dejar solos.
—Mi amor —mi madre la abraza mientras la sienta en su regazo.
No quiero que Lissy la vea de manera repentina, puede ser demasiado fuerte para ella y no quiero que sufra ningún desmayo de la impresión. Y como si la hubiera invocado escucho el ruido de unos platos de cerámica romperse, giro hacia el pasillo de la cocina y la veo con ambas manos en la boca.
—¡Lisy! —la niña corre hacia ella y se envuelve alrededor de sus piernas con fuerza. Ella sigue en shock, remoja sus labios y trata de recomponerse para hablar con ella, se agacha a su altura y le acaricia el cabello. —. Te extra
