Capítulo 5

2994 Words
▪️5.-El nuevo CEO de Lingshe. Madeleine llegó a la sala de juntas, junto con Shuan-yan, todos saludaban a la bonita joven, ella era tan tierna que conquistaba él corazón de los hombres, ambos se sentaron y mientras Shuan-yan se mantenía en su lugar, Madeleine lo miró disimuladamente y se atrevió a poner una mano sobre su pierna, Shuan-yan la miró y trató de no descontrolarse por aquella acción tan repentina, tomó la mano de la chica y la alejó de él. —Si te portas mal, tendré que castigarte— Dijo Shuan-Yan en un susurro y como una advertencia. —No le tengo miedo a un poco de dolor— respondió Madeleine y sonrió con cierto descaro, ella solo quería molestar al hombre tan serio, no parecía que sonriera muy a menudo, casi parecía un robot, frío y sin emociones, pero estaba segura de que pudo ver una curvatura en los labios de Shuan, o tal vez sólo fue su imaginación. —¡Buenos días!. Madeleine puso mala cara y miró a la mujer que había llegado, era Esther Wong, odiaba a esa mujer a muerte, casi quería saltar sobre ella y arrancarle los cabellos. Hacia seis años atrás eran muy buenas amigas, no fue hasta que Madeleine cumplió dieciocho años cuando su amistad se rompió. Madeleine había invitado a Esther a su fiesta de cumpleaños organizada por su madre, fue en un bonito salón de eventos, en la fiesta hubo mucha gente, amigos de Madeleine y familiares. Por azares del destino Esther se quedó a dormir en la casa de Madeleine, no era algo que no hubiera echo antes, pero en esta ocasión, ella encontró a Esther en el despacho de su padre, no hubiera sido un problema si Esther no hubiese estado en el regazo de William coqueteando con él. Por supuesto los celos invadieron a la joven quien tuvo una pelea muy fuerte con Esther, y aunque William le aseguró que no pasó nada y que todo había sido un mal entendido, Madeleine sabía que Esther había tratado de seducirlo, pues conocía muy bien los gustos de Esther y también sabía que era adicta a los hombres casados, nunca se imaginó que ella sería capaz de meterse en la relación de sus padres, ¿Acaso no le importaba?, la había considerado una amiga, pero ahora solo podía verla con odio. Esther miró a Madeleine y se sintió un poco avergonzada, nunca quiso ofenderla, o ofender a su madre, simplemente no pensó en las consecuencias de sus acciones, y ahora se arrepentía de lo que había echo, ni siquiera ella misma podía creer que se le insinuó a William Weaver, pero afortunadamente él era un hombre fiel, y la rechazó de un modo muy gentil, aunque sabía que aquella gentileza sólo se debía a que era la amiga de su hija, y la hija de uno de sus más grandes socios, de lo contrario tal vez William la hubiese arrojado muy lejos de su casa. Esther se disculpó con Madeleine muchas veces, pero Madeleine solo la llamó zorra, muy en el fondo sabía que se merecía ese título, aunque no le gustara. Miró a Shuan-yan y sonrió, pero Shuan-yan no le devolvió la sonrisa, no le sorprendía ni un poco, cuando él fue su guarda espaldas muy pocas veces interactuó con ella, inclusive cuando ella coqueteaba con él, él nunca mostró sus emociones o un poco de interés, Shuan-yan era un hombre muy atractivo, y a ella siempre le gustó que él fuera caballeroso con ella, eso hablaba bien de su persona, era una pena que Shuan-Yan ni siquiera la viera como a una amiga. —Buenos días. Todos miraron al hombre que llegó y se apresuraron a ponerse de pie y saludarlo. —¡Ezra! — exclamó Madeleine con una sonrisa y corrió a abrazarlo. —Madi—dijo Ezra y le correspondió. Madeleine siempre fue una buena amiga y la quería mucho, para él era como una niña pequeña a la que debía proteger, ella despertaba ese sentimiento en las personas, pero también sabía que la chica era una navaja de doble filo, y que si se confiaba mucho, podía llegar a cortarse. —¿Cuándo llegaste?, debiste decírmelo y hubiéramos venido juntos— dijo Madeleine mientras se abrazaba de Ezra como si fuera un Koala. Esther solo los miraba y trataba de no tomarles importancia, luego miró a Shuan-yan y notó que él también tenía la mirada en otro lugar, como si tampoco quisiera ver lo cercanos que eran ellos dos. —No sabía si vendrías, creí que vendría tu padre — dijo Ezra y admiró el bonito rostro de Madeleine, ella era una mujer realmente cautivadora. —Mi padre está en Francia con mamá, y está un poco ocupado, así que vine yo— dijo Madeleine y se acercó más al rostro de Ezra, —¿Sabes para que nos convocó Daniel? —preguntó en un susurro. —No lo sé, solo espero que no sea algo grave—respondió Ezra. —Ven, te presentaré a alguien— dijo Madeleine con emoción y lo tomó de la mano para llevarlo hasta donde estaba Shuan-Yan. —Ezra, él es mi novio Shuan-yan — dijo Madeleine con una sonrisa. Shuan-yan se puso de pie e hizo una reverencia hacia Ezra, Ezra hizo lo mismo y luego miró a Madeleine. —No soy tu novio — le corrigió Shuan-Yan. Ezra sonrió y miró al hombre serio delante de él. —Eres el CEO de Lingshe S, ¿Verdad?, te miré hace unos meses en uno de los eventos de la empresa, solo que no pude presentarme como era debido —comentó Ezra. —Si— respondió Shuan-yan sin dar pie a una buena conversación. —¿Verdad que es guapo? —preguntó Madeleine mientras miraba a Shuan-Yan. Ezra no sabía cómo responder a esa pregunta así que sólo sonrió. —Por favor no vuelvas loco al hombre— pidió él mientras miraba a la emocionada chica. Madeleine le hizo un gesto de inconformidad con su comentario y luego volvió a sonreír. —Buenos días a todos. La atención se puso en la mujer que había llegado. —¡Sam! — exclamó Esther, la mujer que llegó era Samanta Bartolini, la hija mayor de Dino Bartolini, Samanta al igual que su padre, se convirtió en abogada, y ahora manejaba todos los casos de Lingshe. Samanta miró a Esther y sonrió de oreja a oreja. —Creí que estabas en Italia—dijo Esther cuando llegó a lado de su prima, para Esther era casi como su hermana mayor y también era la única amiga que le quedaba. —Lamento no haber venido antes, tenía algunas cosas que arreglar y eh estado muy ocupada— dijo Sam mientras miraba a Ezra. —Hola— dijo Ezra cuando llegó hasta ella. —Kurt— Dijo Sam, —Te vez igual de feo. —Y tu te vez igual de engreída — dijo Ezra sin apartar la vista de ella. Samanta solo sonrió y terminó abrazándolo, ella era mayor que él solo por un año, y siempre habían tenido esa relación de Amor-Odio entre ellos. —¡Ezra!. Ezra miró al joven que entró detrás de Sam y sintió un poco de dolor en la cabeza, Axel Bartolini era el hermano menor de Samanta, era un joven de 22 años muy elocuente, y siempre se pegaba a Ezra como un chicle. —Hola Axel— dijo Ezra. Axel abrazó a Ezra como si fuera una mujer emocionada y sin importarle en absoluto, le dio un beso en la mejilla a su primo, Ezra lo alejó y lo miró un poco ofuscado, Axel siempre lograba descontrolarlo. —Basta, no sofoques a Ezra— dijo Sam. —Es solo que te ex… — Axel se quedó callado y miró a la bonita joven que sonreía, la había visto antes, pero nunca se presentó con ella. Ezra miró en su dirección y notó que veía a Madeleine Weaver, no le sorprendía, esa chica siempre se robaba las miradas de todos. …………… Mientras tanto en la oficina del presidente….. Daniel trataba de acomodarse la corbata pero esta no parecía querer hacerle caso y quedaba torcida, Audrey no pudo evitar sonreír, sabía que cuando Daniel estaba estresado no podía hacer el nudo de la corbata correctamente, se acercó a él y lo miró. —Déjame hacerlo — pidió ella y Daniel suspiró y levantó un poco la cabeza. —¿Te arrepientes de la decisión que tomaste? —preguntó Audrey mientras trabajaba en su nudo, —No, te amo y quiero pasar tiempo contigo, es solo que… esta empresa es… —Es tu vida, lo sé— dijo Audrey y fue por su saco. —Tu eres mi vida—afirmó Daniel. Audrey sonrió y miró a su esposo, en todos estos años, no lo había dejado de amar ni siquiera un poco, todas las dificultades que pasaron al final valieron la pena. —Necesitamos esto Daniel, tu y yo, necesitamos vivir un poco la vida, ya somos mayores. Daniel asintió y se sintió muy afortunado de poder envejecer hasta el final con Audrey, no cambiaría nada de su vida aunque tuviera la oportunidad. —Lo se, me preocupa un poco Esther, me preocupa como vaya a reaccionar. —Es por su bien. —A veces creo que es por mi culpa, por… por mi… —No digas eso, Esther es joven, y también es una chica muy mimada, esto le servirá para madurar, además tu se lo prometiste a Ashton, ¿No es verdad?, ya sabes que Yun no quiere nada que ver con Lingshe, tú hijo es igual a ti y se abrirá pasó él solo, solo queda Ezra y Esther. —Si, tienes razón. Audrey sonrió y sujetó el rostro de su esposo, depositó un tierno beso en sus labios y lo abrazó para poder impregnarse de él. ………… —¡Perdón por el re… Todos en la sala de juntas miraron al joven que llegó, parecía que había corrido para llegar, aquel joven se aclaró la garganta y enderezó su postura. —Buenos días —dijo con más formalidad, y se peinó el cabello con una mano. Aquel joven era Nathaniel Kang uno de los accionistas y también el hijo mayor de Edward Kang y de Margoth, amigos muy cercanos de la Familia Wong. —Siempre tan puntual— Dijo Sam y negó con la cabeza. —Había tráfico— se justificó Nathaniel. Esther lo miró y sonrió, para ella Nathaniel era como otro hermano, siempre tuvieron una buena relación debido a sus padres. —Buenos días a todos— la voz fuerte y firme de Daniel hizo que todos se enderezaran, él venía acompañado de su esposa y de su mejor amigo Edward, todos se acomodaron alrededor de la enorme mesa y guardaron silencio. —Bueno… antes que todo, empezamos con las proyecciones del mes—ordenó Daniel mientras se acomodaba en su silla. Eun-Jong el vicepresidente de Lingshe se puso de pie con un folder en mano y se acercó al computador. Empezó a dar su presentación y mientras tanto Axel golpeó a Ezra quien estaba a su lado, Ezra lo miró con mala cara y esperó. —Preséntame a la chica bonita—susurró Axel. Ezra sonrió y negó, —No es para ti, es demasiado inteligente, incluso para mi— respondió él. Axel hizo un puchero y recargó su cabeza sobre el hombro de Ezra. Mientras tanto Madeleine hacia garabatos sobre la libreta que tenía enfrente, dibujó dos monitos y un enorme corazón. ❤️Shuan-Yan Y Madeleine❤️ Se lo mostró a Shuan-yan y este solo arrancó la hoja y la hizo bola para después guardarla en el bolsillo de su pantalón, Madeleine rodó los ojos y suspiró. —Oye… te vez, más delgada, ¿Estas comiendo bien? —preguntó Nathaniel en voz baja, Esther lo miró y se dio cuenta de que la pregunta era para ella, sonrió y asintió, la verdad era que sí, había bajado mucho de peso. No por que quisiera, simplemente se había vuelto descuidada de sí misma. —Oye… saliendo de aquí, vayamos por Aurora y vayamos a comer gogi gui, no he desayunado. —Esta bien— respondió Esther. Nathaniel sintió una mano sobre su hombro y se giró para ver que ocurría. —¿Yo puedo ir? — preguntó Ezra en voz baja. Nathaniel asintió. —Y eso es todo— dijo el señor Eun-jong dando por terminada su presentación del balance general. —Si mal no me equivoco, los resultados están equivocados— dijo Madeleine mientras seguía dibujando en la libreta, todos se miraron unos a otros, y Daniel solo miró a su vicepresidente. Eun-jong miró la gráfica y no encontró nada mal, no había ningún error visible para él. —Yo mismo revisé los números y están correctos— dijo el director de finanzas el señor Chung, se sentía ofendido de la acusación de una adolescente. Madeleine dejó de hacer garabatos y miró al hombre frente a ella. —¿Está seguro?. Daniel le hizo señas a Eun-jong y este le entregó el folder que tenía en sus manos, todo estaba en completo silencio mientras Daniel revisaba él mismo los datos presentados. —Tiene razón — dijo Daniel después de revisar los números, puso el folder sobre la mesa y miró a su director de finanzas. Este empezó a sudar y se puso pálido muy rápido. —Lo siento señor, vamos a revisar y a corregir — dijo el señor Eun-jong mientras mantenía la vista en el suelo. Toda la tensión se disipó cuando Axel aplaudió muy emocionado, él era delgado, era mitad italiano y mitad coreano, había heredado los rasgos atractivos de su padre y los ojos rasgados de su madre, tenía una piel caucásica y el cabello de color n***o, era alto y algo que lo caracterizaba era el que siempre podía robarle sonrisas a la gente, todos decían que había heredado el humor de su padre Dino Bartolini. Madeleine no le había prestado atención al chico, no hasta ese momento que se hizo notar. —Quiero que revises todo y lo traigas a mi oficina, y lo quiero para hoy — dijo Daniel en tono áspero. —Si señor. Audrey miró a Ezra y le sonrió, lo que le había dicho era verdad, Madeleine era joven pero horriblemente inteligente. Shuan-Yan por otro lado solo comprobó lo que Daniel le dijo, él pensó que Madeleine no estaba prestando atención, claramente estaba equivocado, y ahora se sentía un poco preocupado de perder la apuesta que hizo con ella. La reunión continuó, los gerentes daban sus opiniones para un mejor desempeño, aclaraban dudas y al final en la sala de juntas solo quedaron los accionistas. —Bueno…¿Se que todos se preguntan por qué los cité?, por algún tiempo he estado un poco… indeciso, pero al final creo que tomé la decisión correcta— dijo Daniel y se puso de pie. —Yo fundé Lingshe cuando tenía dieciocho años, fue difícil llegar a ser una compañía global, pero no lo hice solo, Dino estuvo conmigo, Edward y un sinfín de personas estuvieron a mi lado, hoy que los veo a ustedes, me doy cuenta de que son la siguiente generación…—Daniel dio un largo suspiro y miró a Audrey, —He decidido que es tiempo de… retirarme. —¿Qué? — preguntó Esther muy sorprendida pues ella no tenia ni la menor idea de tal decisión. —Así es, tengo todo lo que quiero, todo lo que siempre quise, así que es tiempo de disfrutar mi mas grande logro… mi esposa. Audrey podía sentir su corazón latir con fuerza y mientras ella sonreía, todos los demás estaban sorprendidos a excepción de Edward, quien ya sabía de la decisión de Daniel. —P-pero… pero ¿Quién se quedará al mando? — preguntó Esther. —Bueno, de eso quería hablarles, Lingshe es una compañía muy grande, todos los aquí presentes son realmente competentes como para quedarse al mando pero, solo puedo escoger a uno. —Espera papá…—Dijo Esther procesando la información, —¿Me estas diciendo que no me la dejarás a mi?. —¿Por qué te dejaría a ti al mando?—Cuestionó Madeleine, —Tu no tienes sentido de la responsabilidad, no le darás el mando a ella ¿o si? — le preguntó Madeleine a Daniel directamente. —Por derecho me corresponde— dijo Esther mientras se ponía de pie muy molesta. —Vamos, no nos volvamos locos tan rápido— dijo Nathaniel, tratando de calmar los ánimos. —Si, dejen que Daniel termine— dijo Ezra y sujetó de la muñeca a Esther para hacerla sentarse de nuevo, Esther regresó a su silla y miró con coraje a Madeleine. —Mi decisión es la siguiente, por el momento quien se quedará como el nuevo presidente será… ▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️ Extra: Ezra se removía en su cama, no podía dormir, no después de lo que Daniel le dijo, casarse con Esther. Se levantó de golpe de la cama y fue directo a la habitación de Daniel y Audrey. ‘Toc, toc, toc’. Ezra esperó y volvió a tocar. ‘Toc, toc, toc’. La puerta se abrió y salió un Daniel somnoliento. —¿Qué ocurre Ezra? — preguntó Daniel y cerró la puerta detrás de él. —Sobre lo que hablamos, si. —Si… —Si me casaría con Esther… si tu me lo pidieras… bueno… por eso y por que… bueno yo… —Esta bien, te entiendo — dijo Daniel al ver al nervioso joven, —Ven, vayamos al jardín a fumar un cigarro. —Creí que lo habías dejado. —Si, pero por ti haré una excepción, solo no le digas a Audrey.
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