Capítulo 6.

4923 Words
▪️6.- Verdad o retó. —Quien se quedará como el nuevo presidente, será… Edward, solo por el momento, dentro de un mes votaremos para escoger al nuevo presidente— Daniel regresó a su silla y miró a Ezra, —Tal vez tu no lo sabes Ezra, pero le hice una promesa a tus padres, el cincuenta por ciento de mis acciones son tuyas, y se que están en buenas manos, la otra mitad está dividida en Esther, y Yun D. Ustedes son mis hijos y confió en ustedes, como ya lo dije, se que todos aquí son capaces… pero no soy yo el que va elegir al nuevo CEO, votaremos y ahí se decidirá. Esther golpeo la mesa con fuerza y se puso de pie, —Él no es tu hijo. —Esther, si crees que debes tomar el mando de la empresa, entonces demuéstralo, y compórtate como se comportaría una CEO —dijo Audrey de un modo autoritario. —No hagas comentarios de los que te puedas arrepentir. —Tienes razón, no soy su hijo de sangre, pero para mi, ellos son los únicos padres que conozco, si quieres que renuncie a la votación por tomar la presidencia… entonces lo haré… renuncio— dijo Ezra un poco ofendido por las palabras de Esther. —¡Si tu renuncias y ella se quedará al frente, entonces disolveremos nuestra sociedad!—Exclamó Madeleine. —No puedes hacer eso— dijo Sam mientras miraba a la bonita chica. —La ley general de sociedades mercantiles estipula que…. —No te necesito como socia, ni como accionista —interrumpió Esther a Madeleine. Madeleine estaba por responderle cuando Shuan-yan la sujetó del brazo. —Suficiente, no hagas esto mas grande — dijo él. —Esther, no creo que tengas una mínima idea de cuanto vas a necesitar a Madeleine si te quedas al frente de la empresa…. Estoy seguro de que Madeleine tomará el mando de Velatrix en un futuro, tal vez no lo sepas pero Velatrix es parte fundamental de Lingshe, toda la tecnología de primera que tenemos en nuestros hoteles, restaurantes, clubs, centros comerciales, etc. Es proporcionada por Velatrix, si pierdes una asociación así, alguien mas la tendrá— dijo Daniel manteniendo la calma, —Madeleine, ¿Sabes como nos conocimos tu padre y yo?. —Si lo se, se que fuiste el primero en invertir en su compañía, fue gracias a ti que él se abrió camino…. Pero señor Wong…. No quiero ofenderte a ti o a tu familia, Esther llevará a la ruina a Lingshe y nos arrastrará con ella, estoy segura de que ni siquiera sabe cuanto fue la ganancia de la empresa el ultimo mes —dijo Madeleine mientras miraba a Daniel. Todos miraron a Esther y ella solo se encogió en hombros, ella no sabía nada de Lingshe, ni siquiera sabía por que Daniel le puso Lingshe. —Bueno, Ezra no vas a renunciar, esto se decidirá en un mes, dentro de ese lapso pueden demostrar que son los indicados para asumir la presidencia, como sea no tienen que convencerme a mi, si no a los accionistas y a la junta directiva — dijo Daniel dando por terminada aquella reunión. Se puso de pie y salió de la sala junto con su esposa Audrey. —Bueno ya dejen pasar este trago amargo y vayamos a comer algo— dijo Nathaniel mientras se ponía de pie. —Yo no iré a ningún lado— refutó Esther de mal humor. —Vamos Esther no te pongas tan dramática, vayamos a comer— insistió Sam mientras la abrazaba. Madeleine se puso de pie y Axel se apresuró a correr a su lado, antes de que esta se fuera. —Señorita por favor acompáñenos. Madeleine miró a Shuan-Yan y negó, —Mi novio y yo ya tenemos planes. —No soy tu novio — aclaró Shuan-Yan. Axel sonrió al escuchar las palabras de aquel hombre y volvió su vista a la joven que le había robado el corazón. —Sabes que, si iré contigo, ya que aún no tengo novio. —Perfetto. (Perfecto)—dijo Axel usando su italiano, y también ignorando la situación que pasaba entre esos dos, no le importaba siempre y cuando él tuviera una oportunidad. Todos bajaron al estacionamiento unos más felices que otros, la mayoría se conocían, los únicos que eran ligeramente extraños eran Madeleine y Shuan-Yan. —Sube al auto—le ordenó Shuan-Yan a Madeleine quien se veía molesta. —No, yo iré con Axel. —Olvídalo, sube de una vez o voy a obligarte. —Eh dicho que no— dijo Madeleine con una mirada retadora, Shuan-Yan nunca se sintió tan molesto por culpa de una mujer. —¿Axel puedo ir en tu auto?—preguntó la bonita joven con una enorme sonrisa. —Certo che puoi, ti porto dove vuoi, (Por supuesto que puedes, yo te llevo a donde quieras) — dijo Axel aún usando su atractivo idioma. Madeleine sonrió, ella entendía perfectamente el italiano, fue hasta donde Axel y subió a un bonito Bentley junto con aquel chico. Esther por otro lado iba un poco molesta, a veces sentía que no encajaba en ningún lado, estaba por subir al auto con Sam cuando Ezra la sujetó del brazo. —Ven conmigo. —No gracias, no creo poder soportar respirar el mismo aire que tu. Ezra la miro al principio se sintió molesto pero después sonrió y la sujetó con fuerza jalándola hasta su auto. —¿Qué haces? — preguntó Esther. —Si no vienes por las buenas te llevaré por las malas — respondió Ezra. —Ezra no la lastimes — advirtió Nathaniel al ver la situación, sabía que había algo entre ellos dos, pero no aceptaba la violencia. —No te preocupes se como cuidar a una mujer— dijo Ezra mientras le ponía el cinturón de seguridad a la chica que renegaba, —Ya deja de pelear o le diré a Sam que te acostaste con su ex— amenazó él en voz baja, Esther se quedó quieta, lo último que quería era pelear con la única amiga que le quedaba, así que fue obediente. Ezra subió al auto y siguió a los autos que iban enfrente. —¿Cómo te enteraste de eso? —preguntó Esther mientras acomodaba su cabello. —Madeleine me lo contó. —Esa chismosa. —No deberías de ser tu la que la odie, fuiste tú la que trató de meterse con su padre. —No pasó nada. —No pasó nada por que William es un hombre fiel, ama a su esposa, de lo contrario, hubieras sido la amante de el padre de tu mejor amiga, ¿Hasta cuando vas a seguir con eso?. —Eso a ti no te importa. —Aun no se por qué me odias tanto, pero si me importas Esther. Esther sintió que su corazón se agitó, muy en el fondo Ezra tenía ese poder de volverla loca, ya fuera por un buen motivo, o por uno malo, giró hacia la ventana y trató de no llorar, tenía muchas cosas en su interior que la estaban carcomiendo de un modo brutal. —Solo quiero ayudarte, eres mi familia — terminó de decir Ezra. Mientras tanto… —Ese niño estúpido — dijo Sam al ver que Axel iba en el auto de adelante con Madeleine. —¿Qué tiene de estúpido?, subió a su auto a una mujer muy bonita dijo Nathaniel. —Si, le diré a Aurora lo que acabas de decir— amenazó Sam. Nathaniel sonrió y mejor prendió la radio. (Un año antes….) Nathaniel Kang se sujetaba el brazo un poco adolorido, había tenido un accidente en su motocicleta y ahora estaba en el hospital Hong, Edward y Margoth llegaron muy preocupados al enterarse del accidente de su hijo. —¿Por qué no te han atendido? — preguntó Edward muy molesto, se apresuró a ir a recepción e insistió en hablar con él director del hospital. Héctor D’angelo de casualidad pasaba por ahí cuando escuchó al molesto hombre. —¿Edward? —preguntó en un tono fuerte y claro. Edward se giró y miró a su amigo Héctor, no sabía que estaba ahí, de lo contrario lo hubiera llamado mucho antes. —Gracias al cielo. —¿Esta todo bien? — preguntó Héctor mientras se acercaba ellos. Edward le explico la situación a Héctor quien era médico cirujano y también el dueño de aquel hospital, de inmediato llevó al pobre Nathaniel a una habitación y algunas enfermeras entraron a atenderlo casi de inmediato. Nathaniel se quejaba mucho pero sus quejidos cesaron al ver a la bonita doctora que había entrado a aquel lugar, tenía el cabello largo y lacio, era delgada y alta, tenía una piel bronceada y unos hermosos ojos color avellana. —Ella es mi hija, Aurora D’angelo, ella cuidará de ti — dijo Héctor antes de salir del consultorio. —Veamos… te caíste de una moto… muy bien, te mandaré a hacer unas radiografías para ver si tienes fracturas en el brazo, ¿Esta bien?, Te duele en algún otro lugar?, ¿Te golpeaste la cabeza o algo, aparte del brazo? — preguntó Aurora mientras examinaba el brazo de aquel chico con cuidado. Nathaniel estaba mudo, había quedado hechizado por la bonita chica, Margoth se preocupó al ver que su hijo no respondía. —Tal vez si se golpeó la cabeza. Aurora miró al chico, conocía a Edward y sabía que tenía un hijo, pero nunca lo había visto, hasta este momento, Nataniel era guapo al igual que su padre, tenía una piel morena clara, se veía atlético y tenía el cabello crespo, era un chico que llamaba la atención. —Bueno… entonces también le haremos unas tomografías, solo para asegurarnos de que no tenga ningún daño… —¿Quieres salir conmigo? — preguntó de repente Nathaniel. Aurora se quedó muda y miró al chico que estaba recostado en la camilla. Edward sonrió y miró a su esposa, —Nosotros vamos por algo de tomar, enseguida volvemos —dijo y salió de la habitación junto con Margoth para no hacer un mal tercio. —Lo siento, no puedo involucrarme con mis pacientes. —Entonces asígname a alguien más —pidió Nathaniel un poco ansioso. —Mejor… recupérate pronto y una vez que estés bien, me invitas a salir y te daré una respuesta—Dijo Aurora con una tierna sonrisa. Nathaniel solo asintió y deseo que los días pasaran rápido. Después de que salió del hospital ya no regresó, Aurora creyó que solo fue un impulso del aquel momento, así que se sintió un poco decepcionada pues el chico era en verdad muy guapo, fue hasta un viernes en la noche cuando salió un poco cansada del hospital, estaba lista para subir a su auto cuando… —Buenas noches. Aurora se giró al escuchar la voz masculina y miró al guapo muchacho de hacía unas semanas, se veía diferente, traía un traje n***o de dos piezas y una camisa azul de vestir, su brazo ya no estaba enyesado y ya no se veía tan desalineado, casi le robó un suspiro a la pobre Aurora. —Buenas noches— dijo ella tratando de no verse muy obvia. —Te traje esto — dijo Nathaniel y le entregó un hermoso ramo de flores, era bonito y parecía costoso, —No se que flores te gustan, así que compré una de cada una. Aurora sonrió y tomó el ramo en sus manos, —Las peonias son mis favoritas… gracias. —Anotado — dijo Nathaniel un poco ansioso, nunca se había sentido tan nervioso, —¿Quieres ir a comer?, Conozco un lugar muy bueno. —Esta bien, la verdad tengo mucha hambre. Por fin Nathaniel pudo respirar aliviado y sonrió lleno de felicidad, —Vayamos en mi auto. (En la actualidad……) Todos estaban en un bonito restaurante, en una sala privada, la tensión aún se podía sentir en el aire, así que todos estaban en silencio. —¿A que hora vendrá Aurora? —preguntó Sam mientras se removía en su lugar. —Dijo que ya venía. —¿Y, Yun…¿Por qué no fue a la reunión?. —Dijo que tenía cosas que hacer. Un mesero entró con dos charolas de carne de todo tipo, puso algunos vegetales, entre otros platillos. Ezra y Axel empezaron a poner a coser la carne y de pronto Madeleine rompió el silencio tan incómodo. —¿Por qué no te gustó?. Todos se miraron unos con otros, por que nadie sabía a quién le hacía la pregunta, Shuan-yan sabía que le estaba preguntando a él, pero prefirió hacerse el tonto. Madeleine empezó a llorar y todos se preocuparon, ella parecía una niña indefensa ante la vista de casi todos, Shuan-yan sabía que la chica solo estaba exagerando. —¿Madi que ocurre? — preguntó Ezra al ver a la afligida chica, a él nunca le gustó ver a las mujeres llorar, eso lo ponía muy ansioso. —Soy fea Ezra… soy muy fea y a Shuan-yan no le gusto — respondió Madeleine entre llantos. —Eres muy bonita, eres la mujer más bonita que yo he visto —dijo Axel tratando de calmar a la chica. —Oye ¿y yo que?— preguntó Sam. —Shuan-yan dile algo— pidió Ezra al ver que Madeleine no se calmaba. Shuan-yan miró a Madeleine y se cambió de lugar para quedar a su lado, —No eres fea ni un poco… no te conozco y no me conoces, no puedes ir por ahí diciendo que somos novios, cuando ni siquiera nos conocemos. Las palabras de Shuan-yan calmaron a Madeleine quien se limpió los ojos sonrojados y miró al hombre de sus sueños, —¿De verdad no te parezco fea?. De todo lo que el hombre dijo solo le importó eso, Shuan-yan resopló y pensó que esta semana iba a ser una semana muy larga, de cualquier modo no quería tener una aventura con Madeleine, ella volvería a su país y no quería quedar obsesionado con ella, así que prefería mantener las cosas claras, tanto para él como para ella. —Hola lamento llegar tarde. Todos miraron a la chica que había llegado, se veía muy bonita y tenía algo que llamaba mucho la atención, ella era Aurora D’angelo, la hija de Héctor D’angelo. (23 años antes….) Héctor miraba a la bonita chica que estaba en su consultorio, era Audrey Miller, él siempre sintió atracción por ella y se sintió un poco decepcionado cuando se casó con Daniel, pero sus sentimientos no cambiaron ni un poco. —¿Cómo has estado?. Audrey formó una sonrisa un poco nostálgica y trató de no descomponerse delante de Héctor. —Bien. —¿Y Daniel como esta?, no lo he visto últimamente. —Él… él está ocupado, ya sabes… siempre trabajando. —Si, lo sé… ¿Y bien a que debo tu visita? —. —Vengo por una consulta. —Bien, ¿Dime que es lo que pasa?. —Pues… es que mi periodo no ha venido del todo bien, he tenido ligeros sangrados y estoy un poco preocupada. —¿Tu periodo vino bien el último mes?. —Si, pero este mes se descontroló. Héctor empezó a anotar todo en su computador, él llevaba el registro médico de Audrey. —¿Cuándo fue la última vez que tuviste tu periodo?. —Hace cuatro semanas. —¿Y la última vez que tuviste relaciones?. Audrey se sonrojo un poco, pero trató de calmarse, Héctor era profesional, así que no debía de sentir vergüenza. —Hace una semana. —Bien… mmm, haremos una prueba de embarazo, solo para corroborar que no estés embarazada, y te recetaré algo para regular tu menstruación. —Bien—dijo Audrey, ya no se hacía ilusiones de tener un bebé, habían intentado con fervor poder quedar embarazada, pero eso no pasaba, y últimamente discutía con Daniel, ya que él quería que se hiciera estudios, pero ella se rehusaba a que le dijeran que no podría tener hijos, así que estaban en una discusión constante. Héctor le tomó una muestra de sangre y la admiró más de cerca, ¡Dios!, ella era tan bonita, tenía unos hermosos ojos grises y ese rostro tan angelical. —Esto tardará unos veinte minutos, ¿Qué te parece si te invito a comer algo?. Audrey asintió y ambos fueron a un restaurante. Mientras tanto Daniel estaba ahogándose en cólera dentro de su enorme oficina, levantó su teléfono y le marcó a Sujin. Un hombre entró rápidamente un poco nervioso, —Dígame señor. —¿Dónde está?. —Está con el señor D’angelo. Daniel podía lograr que el ambiente se pusiera frío cuando estaba molesto, era como un súper-poder, Sujin tragó saliva al ver a su molesto jefe y rogó por qué no se desquitar a con él. —Vamos. Audrey se reía de las cosas que Héctor le decía, él siempre podía sacarle unas buenas carcajadas, esa era la mejor cura para la tristeza. De pronto todo el ambiente se puso un poco hostil, Audrey sintió un escalofrío y automáticamente miró hacia la entrada, sus ojos chocaron con los de Daniel, respiró hondo y miró a Héctor. —Daniel está aquí. Héctor miró hacia la entrada y se enderezó en su lugar al ver al bien vestido Daniel, él siempre tan intimidante y tan llamativo. —¿Qué hacen aquí? —preguntó Daniel cuando llegó hasta donde estaban ellos. —Hola Daniel, solo estamos comiendo, siéntate — dijo Héctor imaginando lo que Daniel pensaba. —Audrey…. ¿Qué haces aquí con Héctor? — preguntó Daniel tratando de no sonar muy agresivo, aunque por dentro los celos lo estaban volviendo loco. Héctor iba a responder, pero Audrey no quería que Daniel se enterara de la prueba de embarazo ni nada al respecto, no quería que él se hiciera ilusiones. —Solo estamos platicando, hace mucho que no veía a Héctor, es todo, ¿Qué haces tú aquí?, ¿Acaso estás siguiéndome?. Daniel miró a Héctor, estaba al tanto de los sentimientos de su amigo hacia su esposa, no desconfiaba de su esposa, pero si desconfiaba de sus pretendientes, ella se volvió muy popular cuando su compromiso se hizo público, le llegaban regalos de hombres, y cartas de amor, y el solo echo de pensar que alguien tratara de quitársela lo hacía enojar mucho. —Si estoy siguiéndote, por que me preocupas. Audrey se puso de pie y se sintió muy frustrada. —Gracias Héctor— dijo para después salir y tratar de huir de Daniel. —Eres mi amigo Héctor, pero no lo tendré en cuenta si te metes con mi esposa. La amenaza de Daniel iba en serio y Héctor sabía que Daniel Wong tenía palabra, y los medios para hacerle la vida imposible a alguien, no quería jugar con fuego. —Yo no haré nada que Audrey no quiera, y espero que respetes eso. Daniel se relajó y metió ambas manos a los bolsillos de su pantalón de vestir. —Te buscaré mujeres solteras para que dejes de pensar en mi mujer, creo que no he sido un buen amigo, no te preocupes, yo me encargo — dijo Daniel y dio media vuelta. Daniel salió del restaurante y su esposa ya se había ido de nuevo. —Lo siento señor no pude detenerla— dijo Sujin un poco avergonzado, pero Audrey estaba aprendiendo a ser intimidante igual que su esposo. —Está bien, solo síganla, y busca una mujer, alguien de buena cuna, que sea bonita, que sea joven y lista, en pocas palabras busca una mujer para Héctor. Sujin no entendía muy bien las intenciones de su jefe pero no se iba a poner a cuestionarlo, —Si señor. ………… Cuando Héctor llegó a su hospital entró a su consultorio y fue por los resultados de la prueba de Audrey, frunció el ceño al ver los resultados y se apresuró a marcarle a su teléfono. —¿Si?. —Te tengo noticias, es sobre la prueba de… —¿Estoy o no estoy? — preguntó Audrey un poco ansiosa. —Si lo estás, estás embarazada. —…. —Tenemos que hacerte estudios, para asegurarnos de que tu bebé se desarrolle hasta el final, ven mañana a mi consultorio y hablamos, ¿De acuerdo?, trata de no estresarte y descansa. —Si… gracias Héctor. Héctor entonces perdió toda esperanza de poder tener algo con la bella Audrey Miller, de cualquier modo, no planeaba meterse entre ellos. Después de una larga tarde de trabajo fue hasta el estacionamiento donde se encontró a una chica junto a su auto. —Buenas noches—dijo Héctor con amabilidad, la chica era guapa y vestía de un modo muy provocador, trató de no mirarla más de la cuenta y abrió la puerta de su auto. —¿Eres Héctor D’angelo? —preguntó la chica mientras admiraba al guapo hombre delante de ella. —Si, ¿Nos conocemos?. —No lo creo, soy Eun-Hye Kim, ¿Podemos ir a tomar algo?. Héctor miró a la chica y dudó un poco, pero no se negó y fueron a un bar muy concurrido, platicaron un rato y se conocieron más a fondo, Héctor no notó nada raro en ella, era una chica guapa que solo quería tener una plática casual, pero en cierto momento de la noche empezó a sentirse un poco somnoliento, la última imagen en su memoria fue llegar a un hotel junto con Eun-Hye, y después todo se volvió confuso, A la mañana siguiente se encontraba mareado y con un ligero dolor de cabeza, se miró y notó que estaba completamente desnudo, luego miró a la chica que dormía a su lado, ella también estaba desnuda, ¿Qué había ocurrido anoche?. Se puso de pie y notó la ligera capa de sangre que estaba sobre la colcha, “Mierda”, trató de no entrar en pánico y despertó a la chica que dormía. —¿Qué ocurrió anoche? — preguntó Héctor tratando de recuperar esos momentos perdidos que parecían muy valiosos. —Pues… tomaste demasiado, así que tuve que traerte aquí y bueno… tu me pediste que…. Me quedara, así que… tu yo tuvimos relaciones. Héctor resopló y se sentó en la orilla de la cama, él no era un mujeriego, si tenía admiradoras, pero no iba de cama en cama humillando mujeres, miró a la chica detrás de él y se sintió muy avergonzado. —Lamento si te ofendí, espero que no me malinterpretes. —No te preocupes, creo que debo irme— dijo Eun-Hye mientras juntaba su ropa. —Espera, deja te llevo — dijo Héctor y se apresuró a cambiarse. Fue así como Héctor conoció a su futura esposa, un mes después se enteró de que fue Daniel quien la había mandado y se sintió muy molesto con él, y sólo unos días después se enteró de que Eun-Hye estaba embarazada de él, se sentía humillado y usado, pero no era un hombre desobligado y se hizo responsable de Eun-Hye, se casó con ella solo un mes después y se enamoró de ella después de pasar por muchas dificultades, fue así como tuvo a su primer hija Aurora. (En la actualidad…..) Aurora miraba el ambiente tan tenso en aquel lugar y sólo sonrió un poco incómoda, la cena estuvo en silencio, solo de vez en cuando Axel hacia uno de sus comentarios y después todo volvía a quedar en silencio, —Muy bien suficiente, este ambiente me está robando mi buen humor, vayamos a un club o algo — dijo Nathaniel, Aurora asintió al igual que Esther. Ezra iría solo si Esther iba, a Sam le daba igual, el único que parecía no estar de acuerdo era Shuan-Yan, pero de cualquier modo tenía que ir si Madeleine iba, después de todo la estaba cuidando. Al final fueron a un bar, entraron a una sala privada y empezaron a traerles bebidas, había música y se sintieron más relajados de ese modo. Estaban bebiendo a excepción de Ezra y de Shuan-Yan, quienes habían sido escogidos como los conductores designados, Madeleine se sentía un poco fuera de su zona de confort, nunca antes había bebido y no quería parecer una inexperta, así que no dijo o mencionó nada. —Hagamos un juego—dijo Axel, —Verdad o reto. —Olvídalo yo no juego—dijo Sam. —Yo jugaré — dijo Madeleine. —Yo también juego — dijo Aurora y le dio un codazo a su novio Nathaniel, —Si yo también. —¿Esther? —preguntó Axel, Esther sólo asintió, Axel miró a Ezra y este negó, luego miró a Shuan-Yan y este con solo verlo pudo ver el ‘No’ en sus ojos. —Muy bien, empezaré yo… Mmm… Aurora… ¿Verdad o reto?. —Verdad— respondió Aurora. —Bien… ¿Si tuvieras la oportunidad de besarte con alguien aquí presente que no sea tu novio, ¿Con quien sería?, y no se vale decir que con nadie, tienes que escoger. Aurora tragó saliva y miró a todos, todos la veían esperando una respuesta, Nathaniel la miró y sonrió. —Esta bien, no me molestaré—dijo él incitando a su novia a responder. —Bueno… yo… —dijo una Aurora titubeante, su mirada se posó en Ezra y se sintió muy acalorada, —Besaría a… Ezra. Todos miraron a Ezra y este solo miró a Nathaniel, él no se veía molesto, pero era obvio que lo estaba. —Muy bien, salud— dijo Axel y le sirvió un trago a Aurora quien se lo bebió como agua, —Te toca. Aurora miró a todos y se detuvo en Madeleine. —Madeleine, ¿Verdad o reto?. Madeleine tragó saliva y respiró hondo, había sido un error participar, pero se armó de valor, ella no era una cobarde, —Reto— respondió. —Dale un beso a Axel… un beso de verdad. Madeleine miró a Axel y este también la miró a ella, ambos se avergonzaron pero aún así Madeleine caminó hasta donde estaba el guapo Axel, quien estaba emocionado, con el corazón latiéndole fuerte, este sería el mejor día de su vida, todos estaban a la expectativa de lo que podía ocurrir. Shuan-yan se puso de pie y sujetó de la mano a Madeleine y la detuvo en seco. —No va a besarte — dijo Shuan-yan y miró Axel casi como si le advirtiera a él que no se acercara a ella. —Vamos Shuan, solo es un juego — dijo Ezra al ver que podía haber problemas, de algún modo Shuan-yan se miraba como un lobo enojado que estaba listo para morder a alguien si se acercaban demasiado. —Bien terminemos con este juego —dijo Sam. —Shuan-yan te reto a que me beses, o de lo contrario besaré a Axel — amenazó Madeleine, olvidando las reglas del juego. —Oye no puedes usar a mi hermano — protestó Sam. —Shhhhh, déjala a mi no me importa — dijo Axel con una sonrisa, a él en verdad no le importaba, no si con eso conseguía un beso de la bonita Madeleine Weaver. Madeleine miró a Shuan-yan en espera de una respuesta y este solo se quedó un poco fuera de sí, no entendía por qué la detuvo, era demasiado pronto para sentir celos por esa niña, no, ¿Entonces que era?. Shuan-yan respiró hondo y negó. —Bien—dijo Madeleine y caminó a encontrarse con Axel, lo tomó del rostro y miró sus labios, este iba a ser su primer beso, en verdad hubiera deseado que fuera Shuan-yan quien se lo diera, Axel no le desagradaba pero tampoco le fascinaba, estaba lista para plantar sus labios rojos sobre los de Axel cuando fue jalada con brusquedad, Y de pronto unos labios tibios se pegaron a los de ella, generándole cosquillas en el vientre, haciéndola sentirse maravillosamente bien, su cuerpo se relajó y el beso se volvió más profundo, ella no sabía que hacer, así que se dejó guiar por Shuan-yan quien parecía tenía experiencia en dar besos, Todos se empezaron a sentir incómodos al ver el afecto que esos dos se estaban dando, Ezra automáticamente miró a Esther y ella también lo vio a él, había un deseo en ellos que ninguno de los dos se atrevía a tocar, por que eran demasiado orgullosos, o tal vez, sólo eran estúpidos. ▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️ Extra: Cuatro hombres seguían los lujosos carros, mientras uno de ellos llamaba a su jefe. —¿Adivina que?, se juntaron todas las ovejas de oro, tenias razón, dime, ¿Qué quieres hacer?. —Consigue a las chicas, en especial a Esther Wong y a Madeleine Weaver. —Huo, también acabó de ver a Shuan-yan, ¿Qué no es el hijo de Qiang yang?. Hubo un bufido y luego una voz gruesa de alguien mayor respondió, —Tengan cuidado con él, si es hijo de Qiang yang sabrá defenderse, no lo toquen, no quiero problemas con Qiang. ◾◾◾◾◾◾◾◾◾◾ Chan Chan Chan….¿Recuerdan quien es Huo?, es un personaje de la historia ‘¿Con quién m@#$&! me casé? ‘, no se preocupen, ya sabrán ¿Quien es?, y ¿Que quiere? …. no se pierdan el próximo capítulo…..:)
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