Salgo abrazado a su cintura del baño y la escucho reírse mientras que caminamos de esta manera hacia la cama. —Me voy a caer al suelo por tu culpa. — Dice entre risas y no le hago caso, simplemente beso su cuello. — ¿Sabes cuantas noches había soñado con hacerte mía en esa ducha donde tantas veces he estado solo? — Le pregunto al oído y me dispongo a desamarrar su toalla, pero ella me detiene. — ¿Qué sucede? — Pregunto preocupado. Ella voltea para que quedemos de frente y lleva sus brazos por encima de mis hombros. Juega con el final de mi cabello cerca de mi cuello y finalmente sonríe haciendo que me regrese el alma al cuerpo. —Sucede que eres un vicioso. — Bromea. Rio ante su reclamo y sigo haciendo que caminemos hacia la cama hasta que sus piernas chocan con la misma. —Sucede que m