Capítulo 2

2335 Words
En eso suena el timbre y me levanto a abrir, es mi vecino, Charly. —Hola Amber ¿cómo estás?  —Bien Charly ¿y tú? Le doy el pase y al ver a Kenneth se sorprende un poco. —Mira, él es mi nuevo compañero de apartamento, Kenneth. Se dan la mano pero Charly se ve un poco intimidado, es un chico muy agradable y servicial, aunque es muy reservado, tenemos varios meses viviendo en el mismo edificio y lo he visto en muy pocas ocasiones. La mayoría de las veces me ayuda a subir la despensa o con cualquier cosa que pueda necesitar. Es casi de mi estatura, muy delgado, con cabello negro y tiene los ojos cafés. —Disculpa la interrupción, pero venía a ver si me puedes prestar tú aspiradora, la mía se descompuso. —Claro —voy por la aspiradora y se la entrego. —Gracias Amber, más tarde te la regreso. —No te preocupes. Asiente y le hace una seña a Kenneth para despedirse, cierro la puerta y Kenneth me sonríe. —Con qué el vecino ¿eh?  —Si. —Me parece que no quería la aspiradora, sino algo más y al verme cambió de idea. —Ay no, cómo crees. —No soy ciego, y te ve de una manera muy extraña. —No digas tonterías Kenneth, por favor. Sonríe. —Escribes historias de amor y eres un poco despistada. —Lo que escribo no tiene que ver con mi vida, imagínate si lo hiciera, sería muy aburrido. —Amber puedo preguntarte algo. —Claro. —¿Por qué no tienes novio?  —Pues es algo obvio —digo señalando a mi alrededor—.  Porque no salgo, trabajo todo el tiempo, la única manera de tener novio, es que llegue a la puerta de mi casa. —Pues acaba de irse uno que se muere por ser más que tú amigo, y llegó justo a la puerta de tú casa. —Charly me cae bien, pero nunca me ha invitado a salir, ni nada, hemos hablado muy poco en realidad. —Tal vez sea igual de tímido que tú. —Si tú lo dices, pero,  ¿entonces qué? ¿veremos una película o me vas a seguir dando consejos de noviazgo? —Prefiero la película, no soy muy bueno para dar consejos románticos. Mientras Kenneth prepara todo para ver la película, yo hago unas palomitas y limonada para los dos, regreso a la sala y pone la película. —No Kenneth, los zombies no me gustan. —No seas miedosa. —Cuando veo películas así, tengo pesadillas. —Pues dormimos aquí en la sala para que no tengas miedo. Me cubro con una manta y en cada escena fea me tapo los ojos mientras Kenneth sonríe. —¡Amber! Te has perdido casi toda la película. —No me gusta ver zombies comiéndose las tripas de otras personas. —Es sólo una película, no es real. —Lo sé, pero se ve asqueroso. Terminamos la película y pone deportes. —¿Cuéntame de qué trata tú siguiente libro? —En realidad me está costando trabajo, por lo que no he avanzado mucho. —¿Por qué?  —Yo siempre he hecho novelas románticas, y resulta que la editorial para la que trabajo cambió de dueños, ahora me están pidiendo una novela con contenido más, erótico. —¿Y cuál es el problema?  —Que no es mi estilo. —Pero me imagino que entre el erotismo debe haber romance también. —Si, pero el nuevo jefe quiere que sea algo más descriptiva y no sé, siento que no puedo hacerlo. —Es un reto Amber y no creo que debas darte por vencida. —No lo haré, pero sin duda tendré que hacer algo al respecto. Nos quedamos viendo la televisión por un rato más. —Kenneth yo me voy a dormir, mañana tengo una entrevista con mi nuevo jefe. —¿Aún no lo conoces? —No, mi editora fue la que habló conmigo de los cambios que tengo que hacer. —Entonces mucha suerte, espero que no sea un ogro. —Eso espero yo también, hasta mañana. —Descansa. Me voy a mi habitación y me preparo para irme a dormir, después de dar varias vueltas en la cama por fin me quedo dormida. Despierto cuando suena la alarma de mi teléfono, voy directamente a la ducha, me pongo un traje sastre color negro, con una blusa blanca, me maquillo un poco y dejo mi cabello suelto. Al salir de mi habitación Kenneth ya está en la cocina. —Hola Kenneth. Voltea a verme y se sorprende.  —Buenos días ¿no vas a desayunar? —me pregunta entregándome una taza de café. —No, tengo el tiempo exacto para llegar a la oficina. Le doy unos tragos al café y lo dejo sobre la mesa. —Gracias por el café, pero me tengo que ir. —Que te vaya bien. —Gracias. Salgo del apartamento y me subo a mi coche, por suerte no hay mucho tráfico. Al llegar a la editorial empiezo a ponerme nerviosa, respiro profundo y entro a la oficina de mi editora. —Hola Zury, buenos días. —Hola Amber —se pone de pie para darme un abrazo—. Que bueno que llegaste temprano, el nuevo jefe es un energúmeno. —No me pongas más nerviosa de lo que ya estoy. —No es mi intención, pero también quiero que estés preparada para todo. Su comentario me pone peor. —Vamos, que entre más rápido salgamos de esto, mejor —dice tomando unos papeles de su escritorio. Salimos de su oficina y subimos en el elevador al último piso, que es donde esta la oficina de presidencia, en cuanto la secretaria nos ve, sonríe. —Buenos días, ya pueden pasar, el señor Dawson las está esperando. Al entrar me quedo sorprendida con el nuevo jefe, es un hombre delgado, alto, está vestido con un traje negro impecable. Tiene el cabello castaño, ojos claros, realmente es guapo y se ve imponente, pero tiene algo que me incomoda  y no logro saber que es. Su oficina está completamente remodelada y sin duda tiene buen gusto, todo se ve moderno y elegante. —Hasta que la conozco en persona señorita Spencer —dice poniéndose de pie. Me acerco y le doy la mano. —Mucho gusto señor Dawson. —El gusto es mío. Me imagino que Zury le explicó un poco las expectativas que tengo para usted próximamente —comenta sin soltarme la mano, Zury de inmediato le contesta. —Claro señor, yo le dí todos los detalles. Él la voltea a ver y por fin me suelta. —Zury, me gustaría hablar a solas con la señorita Spencer, ¿nos permites? —Por supuesto señor —se pone de pie y se va. Él espera a que cierre la puerta y vuelve a centrar su atención en mi. —Bueno señorita Spencer, me gustaría saber ¿qué opina usted del cambio que le pedí? —Llámeme Amber, en realidad me extrañó mucho este cambio, ya que como usted sabe, yo escribo historias románticas. —Claro que lo sé, y también sé que has tenido varios premios, incluso en unas semanas vas a recibir otro. —Así es, por eso me extrañó mucho su interés de querer cambiarme a otro género. —No veo ningún problema en eso. —No lo hay, pero preferiría no cambiarlo. —¿Qué pasa Amber, no te sientes lista para escribir una novela erótica?  —No es mi estilo señor Dawson, y más que estar lista, yo más bien diría que no me siento cómoda cambiando mi  estilo de escritura. —Llámame Garret, creo que puede haber más confianza entre nosotros, después de todo soy tú jefe y trabajaremos juntos. —Está bien, Garret. Sonríe y se sienta cruzando las piernas. —Tengo entendido que una escritora puede escribir lo que se le pida, no entiendo cual es el problema de que a sus novelas rosas, les ponga un poco de color. —¿Ha leído usted alguna de mis novelas? Sonríe burlón. —No soy fan de esas historias. —¿A qué se refiere con "esas" historias Garret? —cuestiono haciendo la seña de las comillas. —Mira Amber, vamos a hablar claro, ahorita el mercado de la lectura ha cambiado mucho, ya a las personas no les interesan las historias empalagosas y con tanta miel, ahora quieren una novela que las haga mojar sus pantaletas cuando la lean. —¿Mojar sus pantaletas? —pregunto algo desconcertada. —Claro, creo que una de sus historias actuales no lograría eso ¿o si? —No ha sido esa mi intención, lo que trato de hacer cuando escribo, es transmitir emociones. —Imagínese si en esas emociones, transmite también que las personas tengan ganas de… Me pongo de pie molesta antes de que termine  la frase. —Si lo que usted quiere es que yo escriba pornografía, se equivocó de escritora, le recomiendo que se busque a otra. Estoy a punto de salir cuando se pone de pie con prisa y me toma del brazo, volteo a ver su mano y me suelta. —No te pongas así Amber, además por lo que sé, no puedes renunciar, tienes un contrato firmado por dos novelas más, que serán eróticas, por supuesto. —Ya lo veremos Garret —salgo furiosa de la oficina mientras él se queda sonriendo, Zury me está esperando. —Vamos a mi oficina Amber. —¿Quién se cree ese hombre? —Es el nuevo dueño. —Lo sé, pero no entiendo porque me está retando de esa manera. —Yo tampoco lo entiendo, tienes mucho éxito con tus novelas románticas, pero Amber tú puedes hacerlo, no es tan complicado. —No es que sea complicado, es que no es mi estilo, es algo con lo que no me siento cómoda. —Entonces tendrás que salir de tu zona de confort, puedes escribir algo erótico sin que llegue a ser vulgar. —Tienes razón, lo haré ¿y sabes qué? Voy a taparle la boca a ese hombre tan prepotente. Ella me sonríe. —Estoy segura que así será. Me despido y salgo de la editorial muy molesta. Me voy directo a mi apartamento y  cuando llego me topo a Charly en el elevador. —Hola Amber, le entregué la aspiradora a tú compañero de apartamento, por cierto, algo imponente el chico. —Es que no conoces a mi hermano, impone mucho más que Kenneth. Él me sonríe. —Por cierto, me gustaría invitarte al cine el próximo sábado. Volteo a verlo sorprendida. —Lo siento Charly, pero quedé de ir a visitar a mi madre el fin de semana, tal vez en otra ocasión. —Está bien, tú me dices cuando puedas. Llegamos al tercer piso que es donde vivimos y salimos del elevador. —Bueno Charly, nos vemos después. —Adiós Amber, no olvides mi invitación. —No lo haré. Entro al apartamento y todo está en silencio, parece que Kenneth no está. Me cambio de ropa y me pongo a trabajar. Es mejor que trate de avanzar o estaré en problemas y no quiero volver a enfrentarme a Garret. Empiezo a escribir pero cuando llego a la escena de sexo me vuelvo a bloquear, en mi mente tengo la idea muy clara, pero al querer plasmarla no logro que quede como quiero, la siento superficial. Golpeo la mesa frustrada justo cuando se abre la puerta y Kenneth me sonríe. —¿Alguien está de mal humor? ¿Necesito algo para defenderme? Sonrío. —No lo necesitas, es que no me fue muy bien que digamos. —¿Qué pasó?  —Mi nuevo jefe es un hombre muy prepotente y me retó a escribir erotismo que haga que las mujeres mojen sus pantaletas. Kenneth se queda viéndome sorprendido. —Vaya, ¿eso te dijo? —Si. —Debe ser un idiota. —Lo es. —Pues patéale el trasero con tus historias.  —Estoy tratando, pero al parecer tengo un bloqueo y no se me ocurre nada. Me quita los lentes y cierra mi computadora. —¿Qué te parece si comemos y descansas un poco?  —Aún no cocino nada. —Traje una deliciosa pasta de mi restaurante favorito. —Perfecto, vamos a ver qué tal está. —No te arrepentirás, tengo muy buenos gustos. —Lo sé. Se queda viéndome mientras preparamos la mesa. —¿A qué te refieres con eso de qué lo sabes? —A nada en específico, anda vamos a cenar a ver si no estoy equivocada. Trae unos refrescos de la cocina y nos ponemos a cenar. —¿Qué opinas? —pregunta en cuanto doy el primer bocado. —Que está riquísima, deberías decirme de dónde es, para comprar más seguido. —Claro, aunque no necesitas saber de dónde es, con que me la pidas cuando se te antoje, yo te la traeré. —¿Y a ti cómo te fue? —pregunto tratando de cambiar el tema de conversación ya que me pone un poco nerviosa la manera en que me observa. —Parece que aún tardaré unas semanas más en poder trabajar, la recuperación será más lenta de lo que pensé. —Ve el lado positivo, te sirve para descansar. —Cierto, viéndolo de esa manera no está tan mal tener unas vacaciones, ya me hacían falta. Sonreímos y seguimos cenando. **********❤️❤️❤️❤️********* Hola mis bellas, aquí les dejo otro capítulo y espero vernos de nuevo el próximo Domingo para empezar las actualizaciones diarias. Estoy ansiosa y emocionada de volver, espero que les guste está nueva historia y me acompañen cada día con sus bellos comentarios. No olviden que las quiero un montón y gracias a ustedes es que sigo escribiendo y compartiendo mi trabajo ❣️❣️❣️
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD