Camila retrocedió un par de pasos hasta adentrarse nuevamente en la oscuridad. Aquel hombre miró en dirección hacia el pasillo buscando algo, luego volvió la vista hacia Camila, torció los labios y cerro la puerta dejándola aterrorizada. —¿En verdad es tu casa?—escucho una voz femenina del otro lado de la puerta. Camila no supo que pensar gracias a esa voz, ella sabia que esa casa era de Julián, incluso había fotografías suyas y pertenecías de él que lo confirmaban. —Debes irte—le ordeno en tono grave. —Pero acabamos de llegar— se quejó la chica— ¿Hay algún problema? —No necesito darte explicaciones, será mejor que te vayas ahora mismo—insistió el hombre, esta vez irritado. —¿Acaso estás casado? ¿Es eso?—cuestiono en tono divertido—porque no tengo ningún problema en hacer un trío si